
Gerardo Moyá Noguera* - Cubainformación.- El próximo día 5 de abril se cumplirán 7 años de la desaparición física de un gran HOMBRE, Alberto Granado Jiménez, hijo de padre extremeño y madre granadina.
Unos meses antes de su fallecimiento tuve el gran privilegio de visitarle en su casa de Miramar, La Habana-Cuba. Recuerdo como si fuera hoy mismo que cuando me informaron que podía ir a visitarle, lo que sucedió el 1º de enero de 2011, era un día apacible y que quedará en mi memoria para siempre.
Fue muy fácil la conversación con Alberto, porque desde el mismo instante en que nos presentaron sentí una gran emoción por estar junto a un hombre, como dijo José Martí, BUENO y ÚTIL.
Su vida, según Alberto, transcurrió alrededor de tres ejes: el primero, su amistad con Ernesto Che Guevara; segundo, el viaje que realizaron juntos por América Latina y tercero, su incorporación a la Revolución Cubana.
Cuando le pregunté qué es lo que más recordaba de su amistad con Che, su respuesta fue tajante: era un hombre muy drástico con los mentirosos y los cobardes, creyendo que tanto el mentiroso como el cobarde eran lo mismo.
Alberto nos dijo que sus mayores intereses eran, viajar y ser un investigador y bien es cierto que los mantuvo a las dos, además de haber formado una familia.
Recordemos que Alberto estudió bioquímica, aunque a su padre le interesaba más que fuera farmacéutico, cosa que no sucedió. Vi en Alberto Granado a una persona comprensiva y dulce, en definitiva, un ejemplo de ser humano.
* Gerardo Moyá Noguera es el Presidente de la Casa de Amistad Baleares-Cuba
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