Ronald Suárez Rivas - Granma - Caracas.- José Silva, un indito del Amazonas, está diseñando un puente para unir a Venezuela con Cuba. Cuentan que la idea le nació después de que en un centro de salud de la Isla le devolvieran la visión; por ello, nadie le habla de la imposibilidad de construir una estructura que atraviese el Caribe.
Sin embargo, la idea de establecer un puente entre los dos países no carece de fundamento. En cierto modo es lo que han hecho los trabajadores de Cubana de Aviación, para dar respuesta al intenso intercambio.
Aunque esta aerolínea conecta desde hace años a la Isla con Venezuela, el aumento de los viajes en los últimos tiempos ha llevado a afirmar que buena parte de los convenios de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), vuelan sobre sus alas.
Dagoberto Guerre-ro, al frente de su representación en la nación sudamericana, explica que hasta hace un lustro los vuelos entre La Ha-bana y Caracas se realizaban de manera esporádica; pero con el auge de las misiones Barrio Adentro y Milagro, han llegado a recibirse hasta 22 en un día.
"El incremento del flujo de pasajeros ha sido sustancial, debido a la presencia acá de más de 30 000 colaboradores y a la necesidad de enviar pacientes a tratarse a la Isla."
"Somos la única aerolínea que cubre la ruta Venezuela-Cuba y además de los vuelos en apoyo a los proyectos del ALBA —entre 12 y 15 semanales—, mantenemos 12 viajes comerciales al mes. Antes de que concluya el año debemos tener 16, y esperamos no menos de 20 en el 2008", comenta.
Para hacer frente a esa labor, un pequeño grupo de especialistas de la aviación garantiza la partida o el arribo de los viajeros.
"Se requiere de un gran esfuerzo, porque llegan vuelos en distintos horarios del día, la noche, o incluso la madrugada, y esto implica muchas horas de trabajo continuo para que no se afecten los parámetros de calidad y seguridad", aclara el doctor Conrado Olivera, uno de los encargados de velar por el chequeo médico y epidemiológico de los pasajeros y las cargas.
Francisco Bolaños, quien forma parte del personal de Cubana desde hace tres décadas, lleva muchos años viniendo a Caracas y asegura que "nunca pensé ver tantas transformaciones".
Hace 31 años, de este mismo aeropuerto que lleva el nombre del Libertador Simón Bolívar, partió rumbo a la patria el joven equipo de esgrima, después de ganar todos los títulos de un campeonato centroamericano. El avión nunca llegó a su destino, porque manos asesinas al servicio del imperio lo hicieron estallar en el aire, apagando 73 vidas inocentes.
Se puede sentir en las nostalgias que evocan al hablar de un tema tan triste, y también en el celo con que se cuida cada vuelo, para que los convenios del ALBA continúen viajando seguros sobre sus alas.
