Dos semanas después, la única conclusión para el Movimiento de Solidaridad con Cuba parece ser que el optimismo inicial se ha quedado en un espejismo. A pesar de algunos avances y buenas intenciones de parte de Barrack Obama y Raúl Castro, es poco probable que veamos a ver progresos en un futuro próximo.
Cuanto más analizamos las palabras de Obama y de la secretaria del Estado, Hillary Clinton, respecto a Cuba, más clara es la conclusión. Clinton incluso opinó del gobierno cubano que “creo que es un régimen que está finalizando. Un día terminará y debemos prepararnos”. Clinton dijo tres días después de la Cumbre “la Administración queremos ver un cabbio de actitud, y hasta ahora no vemos ningún movimiento”.
Resultado: si las pretensiones de Obama hacia Cuba son inaceptables para la Revolución, los comentarios y la postura de Clinton son sencillamente ofensivos e ignorantes.
Una salvación para Obama sería el darse cuenta de que se debe corregido los errores cometidos por EEUU contra Cuba, que a fin de cuentas nunca impuso un bloqueo a EEUU o prohibió sus visitas a la isla. Como se dijo en el último Cuba Va, la pelota sigue estando en el tejado yanqui. A lo será hasta el levantamiento del bloqueo. Obama debe darse cuenta de que la soberanía de Cuba le da todo derecho de mantener su sistema socialista y defender su Revolución también. Son principios que no pueden formar parte nunca de un sistema de trueque o gesto-por-gesto.
La cosa empezó bien cuatro días antes de la Cumbre. Como se esperaba, Washington anunció el levantamiento de las restricciones sobre visitas y remesas impuestas a los cubanoamericanos con familiares en la isla. Las visitas y remesas ya no tendrán límites, una situación que desde 1960 sólo existía durante el gobierno de Jimmy Carter entre 1977-1980. Las actuales visitas de 130,000 cubanoamericanos annuales pueden triplicarse, y las remesas de cerca de 800 millones de dólares podrían aumentar en unos 400 millones al año.
Pero no todo la oferta de Obama fue tan benigna. Washington dijo que para mejorar la comunicación con Cuba, permitiría la entrada en el mercado cubano de empresas de EEUU para trabajar con las autoridades locales y establecer mejores redes de telecomunicaciones.
El mensaje fue que los cubanos no tienen libre acceso a información, pero nadie comentó fuera de la isla que justo la semana después de la Cumbre, en el Foro Mundial de Política de las Telecomunicaciones celebrado en Lisboa, Portugal, Cuba iba a denunciar a Estados Unidos por “las acciones discriminatorias de interconexión y acceso a sitios públicos (…) aplicadas como parte del bloqueo”.
Cuba dice que “el ancho de banda autorizada a Cuba por EEUU para la conexión a Internet es casi igual al de cualquier empresa, incluso al de usuarios particulares en otros países”. El bloqueo impide el acceso a cables submarinos de Internet que pasan, como el de Miami-Cancún, a sólo 32 kilometros de la costa, por lo que la isla debe conectarse vía satélite.
Ya antes de la Cumbre, se veía que la intención de Obama no era corregir las injusticias y los fallos de EEUU hacia Cuba, sino presionar a La Habana a aguar la Revolución, a introducir una democracia occidental. Lo que buscaba en Trinidad era “alguna señal de que va a haber cambios en el funcionamiento de Cuba”. Añadió que si hubiera “alguna sensación de movimiento en Cuba”, podría haber una “distensión adicional de las relaciones” entres los dos países.
Las expectativas no son brillantes. La excelente idea de Raúl y Fidel de intercambiar los llamados presos políticos en Cuba por los cinco cubanos encarcelados en EEUU acusados de espionaje, ha sido rechazada por los ‘disidentes’ en Cuba. Ni Obama ni Clinton han respondido a la propuesta. Fidel acusó a Obama y a los ‘disidentes’ de reaccionar con “arrogancia” a la oferta. “Tanto el gobierno de EEUU como la gusanera dentro y fuera de Cuba, han reaccionado con todo tipo de arrogancia”, dijo Fidel.
Parece que los intentos de entenderse no acaban de fructificar. Fidel explicó que Obama “malinterpretó” la oferta hecha por Raúl en la Cumbre de la ALBA en Venezuela un día antes de la Cumbre en Trinidad. Hablando con términos normalmente utilizados por los enemigos de Cuba, Raúl dijo estar dispuesto a hablar con Obama sobre “los derechos humanos, la libertad de expresión, los presos políticos… sobre todo, todo, todo”.
Parece que Obama lo vio como el comienzo de la desarticulación de la Revolución, nada menos, y de ahí su “malinterpretación”.
Pero sí es posible que Obama lo haya pensado de nuevo y ahora entiende que el camino para mejorar relaciones con Cuba no pasa por desmantelar la Revolución. El diario ‘The New York Times’ informó el 27 de abril de que el gobierno de EEUU está planteando organizar “reuniones informales” entre diplomáticos del Departamento del Estado y unos cubanos sin identificar, para “iniciar conversaciones formales sobre una variedad de temas”.
Citando fuentes oficiales de la Casa Blanca y el Departamento del estado, el diario dijo que el posible dialogo se incluirían temas como seguridad regional, tráfico de drogas, migración, y los intercambios académicos y culturales.
Ahora, sí. De todo esto se puede hablar, respetando el sistema socialista de la isla. Todos sabemos que el tema central a lo largo, el levantamiento del embargo, será un proceso difícil que requiere un camino de diálogos previos sobre temas más o menos inocuos.
Mientras tanto, las declaraciones finales de las Cumbres de las Américas seguirán siendo inaceptables para los países latinoamericanos amigos de Cuba como Venezuela, Bolivia y Ecuador, que ahora constituyen el ALBA.
Cuanto más analizamos las palabras de Obama y de la secretaria del Estado, Hillary Clinton, respecto a Cuba, más clara es la conclusión. Clinton incluso opinó del gobierno cubano que “creo que es un régimen que está finalizando. Un día terminará y debemos prepararnos”. Clinton dijo tres días después de la Cumbre “la Administración queremos ver un cabbio de actitud, y hasta ahora no vemos ningún movimiento”.
Resultado: si las pretensiones de Obama hacia Cuba son inaceptables para la Revolución, los comentarios y la postura de Clinton son sencillamente ofensivos e ignorantes.
Una salvación para Obama sería el darse cuenta de que se debe corregido los errores cometidos por EEUU contra Cuba, que a fin de cuentas nunca impuso un bloqueo a EEUU o prohibió sus visitas a la isla. Como se dijo en el último Cuba Va, la pelota sigue estando en el tejado yanqui. A lo será hasta el levantamiento del bloqueo. Obama debe darse cuenta de que la soberanía de Cuba le da todo derecho de mantener su sistema socialista y defender su Revolución también. Son principios que no pueden formar parte nunca de un sistema de trueque o gesto-por-gesto.
La cosa empezó bien cuatro días antes de la Cumbre. Como se esperaba, Washington anunció el levantamiento de las restricciones sobre visitas y remesas impuestas a los cubanoamericanos con familiares en la isla. Las visitas y remesas ya no tendrán límites, una situación que desde 1960 sólo existía durante el gobierno de Jimmy Carter entre 1977-1980. Las actuales visitas de 130,000 cubanoamericanos annuales pueden triplicarse, y las remesas de cerca de 800 millones de dólares podrían aumentar en unos 400 millones al año.
Pero no todo la oferta de Obama fue tan benigna. Washington dijo que para mejorar la comunicación con Cuba, permitiría la entrada en el mercado cubano de empresas de EEUU para trabajar con las autoridades locales y establecer mejores redes de telecomunicaciones.
El mensaje fue que los cubanos no tienen libre acceso a información, pero nadie comentó fuera de la isla que justo la semana después de la Cumbre, en el Foro Mundial de Política de las Telecomunicaciones celebrado en Lisboa, Portugal, Cuba iba a denunciar a Estados Unidos por “las acciones discriminatorias de interconexión y acceso a sitios públicos (…) aplicadas como parte del bloqueo”.
Cuba dice que “el ancho de banda autorizada a Cuba por EEUU para la conexión a Internet es casi igual al de cualquier empresa, incluso al de usuarios particulares en otros países”. El bloqueo impide el acceso a cables submarinos de Internet que pasan, como el de Miami-Cancún, a sólo 32 kilometros de la costa, por lo que la isla debe conectarse vía satélite.
Ya antes de la Cumbre, se veía que la intención de Obama no era corregir las injusticias y los fallos de EEUU hacia Cuba, sino presionar a La Habana a aguar la Revolución, a introducir una democracia occidental. Lo que buscaba en Trinidad era “alguna señal de que va a haber cambios en el funcionamiento de Cuba”. Añadió que si hubiera “alguna sensación de movimiento en Cuba”, podría haber una “distensión adicional de las relaciones” entres los dos países.
Las expectativas no son brillantes. La excelente idea de Raúl y Fidel de intercambiar los llamados presos políticos en Cuba por los cinco cubanos encarcelados en EEUU acusados de espionaje, ha sido rechazada por los ‘disidentes’ en Cuba. Ni Obama ni Clinton han respondido a la propuesta. Fidel acusó a Obama y a los ‘disidentes’ de reaccionar con “arrogancia” a la oferta. “Tanto el gobierno de EEUU como la gusanera dentro y fuera de Cuba, han reaccionado con todo tipo de arrogancia”, dijo Fidel.
Parece que los intentos de entenderse no acaban de fructificar. Fidel explicó que Obama “malinterpretó” la oferta hecha por Raúl en la Cumbre de la ALBA en Venezuela un día antes de la Cumbre en Trinidad. Hablando con términos normalmente utilizados por los enemigos de Cuba, Raúl dijo estar dispuesto a hablar con Obama sobre “los derechos humanos, la libertad de expresión, los presos políticos… sobre todo, todo, todo”.
Parece que Obama lo vio como el comienzo de la desarticulación de la Revolución, nada menos, y de ahí su “malinterpretación”.
Pero sí es posible que Obama lo haya pensado de nuevo y ahora entiende que el camino para mejorar relaciones con Cuba no pasa por desmantelar la Revolución. El diario ‘The New York Times’ informó el 27 de abril de que el gobierno de EEUU está planteando organizar “reuniones informales” entre diplomáticos del Departamento del Estado y unos cubanos sin identificar, para “iniciar conversaciones formales sobre una variedad de temas”.
Citando fuentes oficiales de la Casa Blanca y el Departamento del estado, el diario dijo que el posible dialogo se incluirían temas como seguridad regional, tráfico de drogas, migración, y los intercambios académicos y culturales.
Ahora, sí. De todo esto se puede hablar, respetando el sistema socialista de la isla. Todos sabemos que el tema central a lo largo, el levantamiento del embargo, será un proceso difícil que requiere un camino de diálogos previos sobre temas más o menos inocuos.
Mientras tanto, las declaraciones finales de las Cumbres de las Américas seguirán siendo inaceptables para los países latinoamericanos amigos de Cuba como Venezuela, Bolivia y Ecuador, que ahora constituyen el ALBA.
