Jean-Guy Allard - Cubainformación.- Cinco periodistas asesinados en Honduras en el mes de marzo, 150 ejecuciones extrajudiciales desde el golpe del 28 de junio, todas atribuidas a los organismos de represión y a paramilitares contratados por el régimen, no son suficientes para llamar la atención de la prensa comercial del continente, que arremete contra Cuba y Venezuela.

Mientras, el mecanismo de propaganda del Departamento de Estado apoyado por las agencias internacionales, las cadenas internacionales de órganos de prensa comerciales y su red de clientes regionales, multiplica los titulares contra las naciones progresistas y reporta la violencia en Honduras fuera de su contexto político; la resistencia hondureña reclama a gritos manifestaciones de solidaridad internacional ante las ejecuciones cometidas a diario por el aparato represivo articulado por los golpistas.


En los últimos días tanto el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), como el colectivo de Artistas en Resistencia y otras organizaciones, han emitido condenas a la escalada de violencia desencadenada por el gobierno de "Pepe" Lobo con un enorme saldo de muertos y heridos.

La prensa hondureña ha sido la primera víctima de la ola de asesinatos de las últimas semanas. El 1ro. de marzo fue baleado el periodista Joseph Hernández y herida la colega Carol Cabrera; el 10, fue asesinado David Enrique Meza; el lunes 15, Nahum Palacios Arteaga, mientras José Bayardo Mairena y Manuel de Jesús Juárez fueron ejecutados el viernes 27 de marzo.

Otro periodista, José Alemán, tuvo que abandonar el país precipitadamente después de que los sicarios intentaran asesinarlo en plena calle luego de tirotear su domicilio. Para colmo, agentes de una estación de la policía, donde buscó refugio le dijeron que eran incapaces de garantizar su seguridad.

Los grupos de resistencia han denunciado al secretario de Seguridad, Óscar Álvarez, responsable del sistema de represión heredado del régimen dictatorial de Roberto Micheletti, que se mantiene en plena actividad.

Poco después del asalto a la Casa Presidencial por los golpistas, el 28 de junio del 2009, cuando el presidente Manuel Zelaya fue sorprendido en su casa y expulsado del país, con la complicidad de Estados Unidos, varios medios de prensa, entre ellos Radio Globo y el Canal 36, fueron cerrados en redadas salvajes.

Por otro lado, los dueños de los principales medios de comunicación fueron parte de la conspiración. No solo dieron a Micheletti un apoyo absoluto, sino que el principal representante de esta prensa ultraderechista, Jorge Canahuati, pagó de su propio bolsillo parte de la campaña de cabildeo que se desarrolló entonces en Washington a favor de la dictadura.

En cuanto a los autoproclamados "defensores de la prensa", tales como Reporteros Sin Fronteras, el Committee to Protect Journalists, la Sociedad Interamericana de Prensa, todos observan una discreción diametralmente opuesta a la actitud constantemente agresiva y politizada demostrada contra Cuba y Venezuela, lo cual solo confirma su vinculación con el aparato de inteligencia norteamericano.

Llama la atención como de parte de estas organizaciones, que se benefician de una cobertura integral por parte de las grandes agencias de prensa, se evita a todo costo politizar sus discretas solicitudes de investigaciones dirigidas a las propias autoridades hondureñas que, según la resistencia popular, generan la masacre.

Para la Plataforma de Derechos Humanos, se trata de una "estrategia de terror, inmovilización y persecución contra opositores al golpe de Estado y gobierno de facto" ante la cual se pide "la intervención de la comunidad internacional y de los organismos internacionales de derechos humanos para que el régimen actual detenga esta ola de criminalidad e investigue las muertes" de las víctimas.

Para evitar del derrumbe de su régimen golpista, Micheletti y sus cómplices recurrieron a criminales tales como Billy Joya, creador con sus asesores norteamericanos de "Los Cobras", comandos de elite entrenados para matar, y veterano miembro del siniestro batallón 3-16 creado por la CIA, que persiguió, torturó y desapareció a cientos de hondureños en la guerra sucia de los años ochenta.

Joya trabajó bajo las órdenes del embajador y oficial CIA John Negroponte, quien dirigió la contra nicaragüense desde la embajada norteamericana en Tegucigalpa.

Implicado en la coordinación del golpe de Estado de junio pasado, John Negroponte trabaja actualmente como asesor de la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

En Miami, donde radica la colonia de ex mandatarios corruptos, torturadores y asesinos más grande del continente, el silencio mediático es casi absoluto, al igual que el de los políticos, que hace apenas unos meses viajaban a Tegucigalpa a elogiar a Micheletti.

Ninguna investigación acerca de las agresiones contra periodistas desde el golpe de Estado ha llevado al arresto de un solo sospechoso.

 

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