Manuel Robles Sosa - Prensa Latina.- Una protesta contra las concesiones mineras y petroleras que mantiene cerrada la frontera con Bolivia entra hoy en su jornada 17 en la región surandina de Puno, Perú, sin perspectivas de una pronta solución.
La protesta mantiene bloqueados además los accesos a la ciudad de Puno, capital de la región del mismo nombre, y paralizada desde ayer por la presencia de unos diez mil comuneros de los territorios limítrofes.Las medidas se mantienen en pie pese a que las fuerzas armadas asumieron el control de los edificios y servicios públicos esenciales y otros puntos estratégicos, según informó el general William Andía, de la IV División de Montaña del Ejército.
El despliegue militar su hizo efectivo en ejecución de una resolución gubernamental que dispuso la intervención de las fuerzas armadas como apoyo de la policía, medida preventiva según Andía.
El alcalde de Puno, Luis Butrón, manifestó su solidaridad con los huelguistas, que rechazan la actividad minera y petrolera por su efecto contaminante y dañino para la agricultura y la ganadería, actividades tradicionales de las provincias del sur puneño.
La prensa puneña anunció que cuatro provincias del norte de Puno iniciarán hoy paros generales de 48 horas, bloqueos y movilizaciones en solidaridad con la protesta del sur, mientras la Cámara de Comercio de Perú informó que las pérdidas del bloqueo fronterizo suman ya unos 20 millones de dólares, la mayor parte sufrida por empresas bolivianas.
En Lima, el presidente Alan García dejó entrever la posibilidad que una comisión oficial de diálogo vuelva a conversar con los líderes de la protesta en la ciudad de Puno, a mil 315 kilómetros de la capital, que abandonaron la semana pasada alegando falta de garantías.
El mandatario reiteró sus acusaciones políticas y electorales, y señaló que habría que esperar que pasen la segunda vuelta electoral del 5 de junio, en la que los peruanos elegirán un nuevo presidente entre el progresista Ollanta Humala y la conservadora Keiko Fujimori.