SDP.- El ministro de Educación y Cultura de Uruguay, Ricardo Ehrlich, abogó hoy aquí por garantizar el futuro de las nuevas generaciones de uruguayos a partir de la construcción de un "país solidario". Al inaugurar la Semana de la Cultura Uruguaya en la sede de la Casa de las Américas, de esta capital, el funcionario se pronunció por el cambio de patrones culturales que garanticen la inclusión social.

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A 200 años del comienzo de la gesta independentista, la construcción de un país solidario, donde la inclusión social sea una realidad y haya garantía de futuro para las nuevas generaciones, es uno de los desafíos ineludibles del Uruguay de hoy, manifestó.

En la apertura de las jornadas culturales, Roberto Fernández Retamar, presidente de la Casa de las Américas, evocó los vínculos interculturales entre ambos países.

El poeta citó la influencia ejercida por el pensamiento del ensayista uruguayo José Enrique Rodó en los intelectuales de la isla a principios del siglo XX y la "presencia tutelar" de su compatriota Mario Benedetti en la propia Casa.

Con anterioridad, Ehrlich visitó el Instituto de Literatura y Lingüística, en el que apreció las epístolas de la gran poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou (1892-1979) escritas a su amiga la periodista cubana Mariblanca Sabás Alomá (1901-1983).

Durante la semana de la Cultura de Uruguay, el público cubano podrá asistir a presentaciones de la cantante de tangos Malena Muyala, el trovador Rafael Cabrera, y una muestra de teatro, cine y literatura, entre otras opciones.

En el marco de la visita de Ehrlich a Cuba, se anuncio que centros dedicados al desarrollo biotecnológico en la isla y Uruguay establecieron acuerdos que posibilitarán estrechar la cooperación en ese campo.

Los acuerdos fueron firmados por el Centro de Inmunología Molecular y el Instituto de Ingeniería Genética y Biotecnología, ambos de la isla, con la Universidad de la República y los Institutos Pasteur y Clemente Estable, de Uruguay, reportó Prensa Latina.

Ehrlich dijo a periodistas que en su nación se emplean fármacos producidos en Cuba para tratamientos oncológicos y de numerosas enfermedades complejas, particularmente en procedimientos con pacientes diabéticos que tienen severas dificultades.