Bartolomé Sancho Morey – Cubainformación.- Sin lugar a dudas como han afirmado no pocos presidentes y prestigiosos-analistas políticos, Latinoamérica con la creación de la CELAC, ha dado un paso gigantesco histórico sin precedentes hacia la unidad y confianza en si misma para superar la crisis política-socio-económica por la cual atraviesa en mayor o menor grado la comunidad internacional.

Con su alumbramiento en Caracas, (cambio de época que vive America Latina y el Caribe) pienso que la primera gran conquista de  los 33 países que forman la CELAC, con más de 20 millones de kilómetros cuadrados, más de 500 millones de habitantes y que posee los mayores recursos naturales del planeta.  Ha sido la de a pesar de no pocos obstáculos y  “zancadillas” de toda índole por parte de poderosos intereses políticos-socio-económicos y militares, por primera vez “al margen de tales discrepancias ideológicas”  poderse reunir sin exclusiones, presiones ni chantajes, libremente y democráticamente respetando la autodeterminación de los pueblos.

En el transcurso  de las intervenciones es bueno reseñar,  las  durísimas criticas- acusaciones todas ellas brillantemente bien argumentadas y con lujo de detalles que fueron dirigidas hacia EE.UU. y su política “de saqueo y antidemocrática” Neoliberal. Curiosamente ninguno de los 30 presidentes-as (faltaron por diferentes razones los de Perú, El Salvador y Costa Rica) presentes,  en sus respectivas intervenciones, ante la veracidad y lujo de pruebas irrefutables en contra de EE.UU., ni tan siquiera tímidamente salieron en su defensa, pudiéndose comprobar los que tuvimos el privilegio de ver y oír tales intervenciones por aquello de que la cara es el espejo del alma, la satisfacción  de la gran mayoría de las delegaciones allí presentes. De cómo se desarrollo en mayor o menor grado tan importante, histórica y “familiar” cumbre.

Pienso que las condiciones objetivas (Idioma, raíces-históricas, idiosincrasia, religiosas, culturales, político-socio-económicas, etc. etc.) a diferencia de la comunidad europea y otros bloques “al margen de ideologías” para que la CELAC se consolide  están más que creadas. Sin lugar a dudas es infinitamente muchísimo más lo que nos une que lo que nos separa.

Para terminar esta claro que el Imperio y las poderosas oligarquías globalizadas, ante tan promisorio futuro para los pueblos y su posible influencia incluido en la del pueblo Estadounidense, los enemigos históricos de sobra conocidos no se cruzaran de brazos, intentaran por todos los medios que no son pocos seguir como lo han hecho durante siglos mantenernos divididos.

Hasta tal punto es el pánico por parte del gran especulativo y corrupto capital y de su brazo armado el Imperialismo Yanqui, ante la posibilidad real a corto o mediano plazo de tener que  hablar, negociar, etc. en igualdad de condiciones “tu a tu” todos absolutamente todos los problemas con su “ex patio trasero”. Que ya antes de finalizar la cumbre a través de un terrorismo mediático sin escrúpulos ni limites de la gran mayoría de los grandes medios encabezados por sus “buques insignias” El País de España y el Nuevo Herald de Miami, utilizando la mentira y medias verdades las peores y más repugnantes mentiras, intentar dividir a los pueblos hermanos.

Uno de los mejores antídotos contra este peligro será, como se afirmo en la Cumbre de Caracas,  la de promocionar, primar, etc. que estos contactos,  no solo sean frecuentes entre los gobiernos sino también bandera enraizada en la conciencia  de todos los pueblos. Sin lugar a dudas los países del ALBA, junto con Brasil y Argentina, están por diferentes razones llamados a ser piezas claves en el éxito o fracaso de tal ambicioso y justo fin.

En su declaración final entre otras importantes conclusiones-resoluciones  de la CELAC, además de por unaminidad apoyar a Cuba como país anfitrión-organizador de la Cumbre de 2013,  condenó enérgicamente el Bloqueo genocida de EE.UU. a Cuba, apoyo la reclamación Argentina sobre las Malvinas y defendió la democracia y autodeterminación de los pueblos en la región.

Para terminar nada mejor que recordar (haciendo honor a quien honor merece) al Libertador Simon Bolívar, cuando proclamo:

“¡La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino!”