Prensa Latina.- La violencia cíclica vivida en Colombia durante el siglo XX, abordada en algunos de sus momentos climáticos, constituye el eje temático de la pentalogía narrativa en que trabaja el joven escritor colombiano Daniel Ferreira (1981).

El ganador del premio ALBA Narrativa 2011 afirmó en declaraciones a Prensa latina que su novela laureada, Viaje al interior de una gota de sangre, y una anterior, La balada de los bandoleros baladíes -ambas publicadas en la presente Feria Internacional del Libro Cuba 2012-, forman parte de ese conjunto sobre un "conflicto sin solución" de la historia colombiana.

Parecería que encuentra su material literario en los telediarios, pero este autor sabe que la realidad está en otra parte: sus historias hurgan en los acontecimientos más allá de los medios y, con frecuencia, acude a una "especie de crónica metafísica para alcanzar lo que el periodismo no refleja".

Ferreira ha escrito, por ejemplo, sobre la entrada en el conflicto armado colombiano, décadas atrás, de un nuevo actor: el paramilitarismo; o sobre "un pueblo asesinado en masa y la vida interna de esas personas caídas en una operación de objetivo múltiple, como eufemísticamente se llama a las masacres".

"A mí por una suerte de agüero personal no me gusta hablar de mis proyectos", confesó.

Sin embargo, respondió acerca de los probables asuntos que darán continuidad a su saga de la violencia: "me interesan los problemas de tierra de los años setenta; los intelectuales de una generación vinculados a la guerrilla; la Guerra de los Mil Días, de principios del siglo XX, esa gran conflagración en la que se engendraron muchos de nuestros conflictos".

El novelista explicó que "los conflictos colombianos tienen, como particularidad, una línea que los conecta uno tras otro; son heridas abiertas que generaron, lamentablemente, nuevos brotes de violencia cada vez más cruda, más desconcertante".

"Mediante de la literatura uno trata de revelar el mapa del país en que ha nacido y encontrar respuestas para la realidad que le ha tocado vivir", subrayó.

Acerca del galardón ALBA Narrativa 2011, reconoció su alegría porque constituye una recompensa a su trabajo y, sobre todo, una "posibilidad de romper el circuito de lo meramente local a partir de una edición más amplia".

Pero -en su opinión- este concurso aún está "en construcción"; "la idea -indicó- es que los ganadores logremos, con muestras de buena y esforzada escritura, levantarlo como un Premio emblemático, que se convierta en opción para los autores noveles de América Latina y el Caribe, más allá de las elitistas plataformas mediáticas actuales".

Elogió, por otra parte, a la feria literaria cubana por el volumen y variedad de autores publicados, algo inusual en otras citas de esta índole.

He encontrado aquí escritores del este europeo, por ejemplo -señaló-, antologías de cuentistas polacos; caribeños; e, incluso, colombianos que ni siquiera había conocido en mi país, concluyó.