Octavio Fraga Guerra - Kaos en la Red.- Con Chávez se ha de seguir luchando. Con nuestra América se ha de construir la “Patria”, que Martí sentenció como “Humanidad”.


“¡Pero así está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo, sentado aún en la roca de crear, con el inca al lado y el haz de banderas a los pies, así está él, calzadas aún las botas de campaña, porque lo que le no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy: porque Bolívar tiene que hacer en América todavía!”

Esta aseveración la dijo el Maestro de todos los cubanos José Martí. Hace tan solo 118 años. En un discurso en honor a Simón Bolívar materializado en la Sociedad Literaria Hispano Americana. El 4 de noviembre de 1893 en Nueva York.

Su contenido es una mezcla de poesía, sentencia y visión histórica. Son ideas que siguen vigentes en estos tiempos redentores y sublimes. En estos tiempos decisivos donde se juega la sobrevivencia del planeta. Donde los principios y valores más universales se pretenden anular con la mediocridad cultural, el terror de los balazos y la fragmentación de la sociedad. Por una elite que sueña con un poder desmedido y sin fronteras.

Sabia es lo que inspiran sus palabras ante la urgente obra que nos apremia. Es la hora de refundar esa América por la que luchó Bolívar y que Martí admiró y compartió como una causa común. Más allá de la “Gran Isla del Caribe”.

Mucho se ha hecho en la Gran Nación Americana en las últimas décadas. Obras de descomunal calado moral, humano y ético han sido los signos de estos tiempos. En esta noble tarea han estado –y están-, buena parte de la naciones con las que Bolívar soñó y luchó, para hacer esa Patria Grande

La trascendental victoria del Presidente Chávez en las urnas de la República Bolivariana de Venezuela, es la continuidad de ese legado venido no solo de dos grande de nuestra América. Cada uno de los próceres y mártires de nuestros pueblos, ha hecho causa común por una América ejemplar, solidaria, unida y culta. Ese es uno de nuestros retos. Nos unen dolores, culturas, historias e idearios propios de nuestras naciones.

Somos testigos y parte de una América que se refunda desde sus propios cimientos. Son los tiempos de desterrar de nuestras tierras, ese infame “festín”, de un “descubrimiento” que le costó la vida a millones de hombres y mujeres llenos de sabia y cultura. Para satisfacer las apetencias mezquinas y burdas de una monarquía decadente y corrupta, que clavo sus lanzas en nuestras fronteras. Esa realidad existe hoy con ropaje de empresarios dispuesto a sacarnos hasta el aliento. En nombre del “futuro y el estado de bienestar”.

Con Chávez se ha de seguir luchando. Con nuestra América se ha de construir la “Patria”, que Martí sentenció como “Humanidad”.

Hemos de andar en cuadro apretado por los cerros, por los llanos, por los lagos y ríos de esta Gran Nación Americana. Para hacernos crecer -ante una Europa de gobernantes-, que siguen viéndonos como los esclavos de piel curtida y acento extraño.

O ese imperio del Norte que no cesa en sus apetencias de ocupación y conquista, desde el “dulce” lenguaje del intervencionismo y la diplomacia en nombre de los “derechos humanos”. Que siguen instrumentando con balas, morteros y armamentos de última generación. Con la tortura, la manipulación y los poderes “ocultos y sublimes” de las transnacionales, que se han creído, “los reyes de nuestro planeta”.

La victoria será –solo-, desde la unidad de nuestros pueblos.

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