Una mujer vende la edición impresa de el diario español El País este jueves 24 de enero en Santo Domingo, República Dominicana. Orlando Barría / EFE
Lidia Sol Michel - Cubainformación.- La reacción social y mediática criticando la foto falsa e inescrupulosa de El País sobre el presidente venezolano Hugo Chávez es contundente.
A raíz del fiasco trasciende un comunicado oficial del gobierno de Venezuela destacando que “ejercerá las acciones legales pertinentes ante el agravio cometido, que no se resarce con las magras disculpas ofrecidas por la empresa de difusión masiva a sus lectores. En su arrogancia, ni siquiera las extendieron al presidente Chávez, a sus familiares ni al pueblo venezolano, como tampoco se han disculpado por su desvergonzado apoyo al golpe de Estado del 11 de abril de 2002”.
Medios españoles abordan el asunto como otro fracaso a propósito de la deriva que sufre el buque del grupo Prisa por las malas prácticas de su timonel, Juan Luis Cebrián. El Imparcial publica que “la metedura de pata ha sido sonada. Primero porque se trata del periódico que más ejemplares vende en España, segundo porque las redes sociales han difundido hasta la saciedad el error, y tercero porque el reciente ERE aplicado a 129 de sus trabajadores escuece todavía a muchos. El caso es que a El País le colaron por 30.000 euros una foto falsa de Hugo Chávez a las puertas del quirófano y, cuando el diario quiso rectificar y levantar la portada pese al coste 40.000 euros, la primera edición estaba ya distribuida en medio mundo y el prestigio del periódico medio hundido”.
Javier Valenzuela, uno de los periodistas despedidos por el rotativo en crisis, abundaba sobre su realidad interna en Twitter: “El deterioro de calidad de El País es galopante en los últimos años. Y los lectores se dan cuenta”. En esa red social el director, Javier Moreno, anunciaba triunfalmente lo que publicaría: “Prepárense para una extraordinaria foto exclusiva en la web de El País en breve”. Su primicia se esfumaba mediante la reacción fulminante de tuiteros escandalizados que revelaban la falsedad de la instantánea y denunciaban que se correspondía con un video de 2008 sobre un paciente sin ninguna relación con Chávez.
En cuestión de minutos Javier Moreno pasó del triunfalismo al descalabro. Sin embargo en sus disculpas de hoy El País redunda en sus falsedades al tratar de justificar su falta de verificación a las “restricciones informativas que aplica el régimen de Cuba”. Lo cierto en esta historia es que no se contrastaron las fuentes que en la isla, supuestamente, aportaron la foto. Son esas prácticas fraudulentas y de manipulación las que conllevaron al cierre de la corresponsalía de El País en Cuba. A quien ahora presenta como su corresponsal en La Habana, Yoani Sánchez, sí esta acreditada como un contacto de conveniencia dentro de la oficina de intereses de Estados Unidos en la capital cubana. A través de ella y de otros se orientan los dictados provenientes de los servicios norteamericanos contra la isla.
Las instrucciones que allí recibe la corresponsal de Prisa las difunden documentos oficiales estadounidenses divulgados recientemente por el National Security Archive. Esa organización independiente de investigación esta dedicada a transparentar las actividades de política exterior del gobierno por lo que analiza comunicaciones de la Usaid, Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. En relación con el programa hacia Cuba, el National Security Archive reconoce que “Usaid no está informando a los cubanos cómo o por qué necesitan una transición democrática”. Pero sí esta facilitando el modus operandi a quienes se prestan para determinados fines cuyo objetivo evidente es desestabilizar e inmiscuirse en la soberanía cubana. La USAID y sus semejantes de hecho utilizan instrumentos como Yoani Sánchez y El País.