Luigino Bracci - Alba Ciudad - Video: VTV.- El Presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, explicó que tras 16 mil operaciones realizadas por la Guardia Nacional Bolivariana en 30 días de protestas violentas opositoras, sólo hay un caso de una persona fallecida presuntamente por un efectivo de esta fuerza, lo que demuestra que la GNB nunca salió a reprimir con saña. Abrazó a la madre y a la viuda del capitán de la GNB Ramzor Bracho Bravo, asesinado el pasado 12 de marzo por opositores violentos.

Tras 16 mil actuaciones recientes de la GNB, sólo se le atribuye una de las 29 muertes a uno de sus efectivos

Panorama Digital.- El Presidente de la República, Nicolás Maduro, destacó este sábado que, tras el inicio de las acciones de violencia de la oposición el pasado 12 de febrero, más de 20 mil efectivos de la Guardia Nacional han estado en la calle realizando unas 16 mil operaciones para restablecer el orden público y evitar confrontaciones entre civiles: en promedio, casi 500 operaciones diarias. Sin embargo, de los 29 fallecidos en todos estos hechos de violencia, sólo hay uno bajo investigación atribuido a un efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana, cuerpo al que la oposición ha realizado una campaña en redes sociales tachándolos de “asesinos”. Destacó Maduro que su generación vivió los actos despiadados de violencia ocurridos el 27 de febrero de 1989, donde cientos de civiles fueron asesinados por las fuerzas de orden público. Reiteró que en ningún momento ha habido órdenes de reprimir. “Si la Guardia Nacional o la Policía Nacional hubieran salido con saña represiva o con una orden represiva ante (casi 500) acciones violentas por día, otras fueran las estadísticas de la muerte en este país.”

En una marcha realizada este sábado en apoyo a la Guardia Nacional, el presidente Maduro indicó: “Prácticamente todos los compatriotas que han fallecido lamentablemente, son imputables a la violencia de la derecha. De 29 casos, sólo uno está bajo investigación ante la posibilidad de que un funcionario de la Guardia Nacional puesta estar involucrado. ¡Sólo uno!”, dijo en aparente referencia al caso de Geraldine Moreno, fallecida por un disparo a quemarropa con perdigones.

El resto de los casos han sido muertes provocadas por la violencia iniciada por manifestantes de la oposición, personas que han muerto en trampas y barricadas opositoras, disparos realizados por opositores o enfrentamientos entre civiles.

Además, se investigan dos muertes presuntamente causadas por agentes del Sebin, y la muerte de una funcionaria del Sebin por dos funcionarios de PoliChacao.

“Si aquí hubiera habido una sola orden de arremeter contra los grupos violentos -señaló Maduro- estaríamos recogiendo miles de venezolanos. ¡Y si hubieran logrado el escenario que querían los fascistas -una Venezuela llena de violencia, muerte y caos-, (estaría) lista la intervención estadounidense en nuestra Patria”, señaló el presidente venezolano.

En uno de los momentos más emotivos del día sábado, Maduro abrazó a la madre y a la esposa del capitán Ramzor Bracho Bravo, asesinado el pasado 12 de marzo en Valencia. “Aquí está su señora madre y su esposa, que acababa de casarse hace 3 meses con él. ¡Quiero darle un aplauso por su valentía a su madre, a su esposa, a su hermano! ¡Todo nuestro abrazo de amor y nuestra solidaridad! ¡Honor y gloria a todos los caídos! Que Dios bendiga a todas las familias que han tenido que enfrentar esta situación tan dolorosa”.

Continuó Maduro: “¡Como Comandante en Jefe de la FANB tengo plena conciencia de mis deberes constitucionales y fui formado por el Comandante Chávez en un nuevo concepto de orden público, en un nuevo concepto de autoridad democrática, en un nuevo concepto de respeto a la vida de los venezolanos! Yo, como muchos de ustedes, soy hijo directo de las calles de Caracas. Soy hijo del 27 y 28 de febrero; soy sobreviviente de esos hechos dolorosos que enfrentaron a nuestro pueblo y a la Fuerza Armada por culpa de la burguesía parasitaria. ¡Yo vi la muerte en las calles! ¡A mí no me pueden echar cuentos!”

“Vi caer niños, niñas, hombres, mujeres en Caricuao, en San Agustín, en El Guarataro, en el centro de Caracas. Impotentes vimos, nos unimos a los soldados en las calles que dejaron sus fusiles. Recuerdo unos muchachos indígenas que llegaron de Amazonas el 1 de marzo de 1989, los lanzaron a la Av. Urdaneta a caminar con sus fusiles y cuando nos vieron nos apuntaron. Algo vieron en nuestros rostros que bajaron las armas. Y conversamos. Primera vez en sus vidas que venían a Caracas. Les dieron la orden de salir y disparar contra cualquiera que estuviera en las calles. Llenos de miedo… los abrazamos y nos fuimos a caminar por esas calles. Y fue por iniciativa de esos soldados, de esos oficiales jóvenes que hoy son nuestros generales… nosotros venimos de esas calles y sabemos muy bien lo que significa la vida, lo que significa la muerte”.