PL.- Con el inicio del Festival Internacional del Caribe vuelve a situar a esta ciudad en el epicentro de las culturas de la región, lo cual sucede ininterrumpidamente hace 34 años en pleno verano.
Más de 40 escenarios cerrados y a cielo abierto están dispuestos para acoger una amplia y variada programación artística, que echará a andar tras la inauguración en el teatro Heredia durante la tarde.
La cita, también llamada Fiesta del Fuego, dedicará esta edición 34 a la cultura de Surinam, que estará representada por unos 160 artistas y estudiosos exponentes de la diversidad étnica de esa nación sudamericana.
En la ceremonia de apertura entregarán el Premio Internacional Casa del Caribe a seis comunidades cimarronas de ese país, donde perviven esas manifestaciones de antiguas formas organizativas que remiten a la rebeldía esclava y a los afanes independentistas y anticoloniales.
Ese galardón será entregado también, postmortem, al relevante músico cubano Juan Formell, director de la orquesta Los Van Van, cuya reciente desaparición física conmocionó a la cultura nacional.
La reverencia del Festival apuntará igualmente a la evocación de los intelectuales caribeños, fallecidos en los últimos meses, Gabriel García Márquez, Norman Girvan y Sonia Silvestre, junto a los cubanos Luis Carbonell y Eva Griñán.
Una vez más el evento confirma su notable capacidad de convocatoria internacional, con la presencia de más de mil participantes foráneos, procedentes de más de 30 naciones, principalmente caribeños y latinoamericanos, a los cuales se sumarán estadounidenses y europeos.
Significativa resultará, asimismo, la presencia de grupos de la cultura popular tradicional, esencia del jubileo, procedentes de todas las provincias cubanas, que interactuarán con el público santiaguero y con los artistas llegados desde otras latitudes.
Hasta el próximo martes 9 la urbe vibrará con presentaciones musicales, danzarias y teatrales, exposiciones de artes plásticas, muestras de la religiosidad popular y sesiones teóricas que favorecerán el conocimiento mutuo y el acercamiento de los pueblos mediante la espiritualidad de sus culturas.