Prensa Latina.- Argentina confía hoy que la ONU apruebe por mayoría casi unánime una resolución presentada por el Grupo de los 77 más China, para establecer una convención internacional sobre la reestructuración de la deuda soberana.
Con esa iniciativa Buenos Aires pretende sumar apoyos en el mundo para ejercer una presión sobre el poder político y el sistema judicial estadounidense que avaló el litigio usurero generado, principalmente, por un par de fondos buitre, NML Capital y Aurelius Capital, bajo el amparo del juez neoyorquino Thomas Griesa.
El martes 9 de septiembre, 130 países que forman parte del Grupo 77 más China pedirán la votación en la Asamblea General de la ONU de un proyecto de resolución que propone convocar a una Convención Multilateral para la reestructuración de las deudas soberanas.
El proyecto, informaron la víspera el canciller Héctor Timerman, y el ministro de Economía, Axel Kicillof, contendrá en sus aspectos resolutivos algunos puntos de mucha actualidad a partir del conflicto entre Argentina, el magistrado Griesa y los fondos de capitales NML y Aurelius.
La iniciativa estipula que los acuerdos con los acreedores en las reestructuraciones de deuda "no podrán ser obstaculizados de ninguna manera por ninguna medida emanada de otro Estado".
Tampoco podrán ser boicoteados por fondos de inversión que compren títulos de deuda "a tasas rebajadas en el mercado secundario", definición que calza justo a fondos buitre como el NML Capital, del magnate Paul Singer.
Ambos casos están implícitamente evidenciados en este conflicto contra Argentina.
En respuestas a la prensa en la Casa Rosada, Timerman dijo que la Cancillería trabaja en esta propuesta desde hace dos meses y que él mismo, hace tres semanas, conversó sobre el asunto con el secretario general de la ONU, Ban-Ki moon.
El canciller aseguró que los 130 miembros que integran el G-77 más China aprobaron por unanimidad el proyecto de resolución. Muchos de esos países tienen deudas reestructuradas.
Explicó que la esencia de la iniciativa radica en avanzar "en un proceso de negociación intergubernamental que establezca un marco jurídico regulador de las reestructuraciones de deuda soberanas".
Por su parte, el ministro Kicillof expresó optimismo sobre la segura aprobación del anteproyecto en la Asamblea General de la ONU, la cual califico de histórica, y lanzó la pregunta sobre cómo votarían Estados Unidos y Europa.