En Venezuela hemos tenido muchos años de “abundancia”. Los precios del “petróleo” subieron descomunalmente (mucho más de 100 Dólares el barril); los salarios por encima del PVP de cualquier país de América Latina; el famoso “tá barato, dame dos” donde en la Florida (USA) los Venezolanos compraban “condominios enteros en efectivo” dando la sensación que en Venezuela “todos éramos millonarios”. Conozco muchos amigos que trabajaban en el “Real State” (ventas de terrenos del Estado) y me aseguraban que la mitad de los terrenos alrededor de “Disney World” eran Venezolanos. Una “moneda fuerte” (4.30 X dollar) por muchos años y “altos dividendos” hacían más asequibles ahorrar aquí que en USA. Eso nos llevó a “vivir de la renta petrolera” y a dejar de producir otros “rublos” pues era más barato “importarlos” que fabricarlos en el País. Así tuvimos abundantes años de “vacas gordas y bellas”.
A pesar de que hubieron “profetas” como nuestro nunca olvidado ARTURO USLAR PRIETI, que en reiteradas ocasiones a través de los medios de comunicación social, nos alertaba a “sembrar el petróleo”; es decir, hacerlo producir y desarrollar otras industrias en vez de “exportarlo todo” para que otros países lo convirtieran en “mercancía” y después nos la vendían a precios elevados. Pero no hicimos caso a las recomendaciones de éste gran sabio y despilfarramos el petróleo pensando que jamás se nos iba agotar o “devaluar”.
Yo recuerdo también que mi hermano Josema, que es Ingeniero en productos derivados del Petróleo, me decía: ¿Cómo es posible que Venezuela exporte todo su petróleo y no lo invierta en la Industria PETROQUÍMICA? Serían una “superpotencia” si aprovecharan bien ese recurso natural no renovable.
Al parecer llegaron las “VACAS FLACAS” a Venezuela; los precios del petróleo caen abrumadoramente y desde hace ya algún tiempo se genera escases de los productos de la “cesta básica alimentaria”; el bolívar se devalúa estrepitosamente y ha dejado de ser “fuerte” perdiendo su capacidad adquisitiva ante el “dólar” que pensamos se había devaluado. Mientras más bolívares en la calle, menos valor tiene y muchos se preguntan. ¿Valdrá la pena ahorrarlos? ¿No será mejor “despilfarrarlos” y convertirlos en “chatarra”?
Yo no soy economista pero el panorama que se nos presenta es bien complejo. Dios quiera que la actual “crisis” nos ayude a ser más prevenidos y menos necios y aprendamos de una vez la lección que la historia sagrada nos brinda.
Amén
Pablo Caricuao, un servidor
*Pbro. Pablo Urquiaga, sacerdote cubano residente en Caricuao (Venezuela)
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