Geraldina Colotti - Caracas ChiAma / Cubainformación / Il Manifesto / Le Monde Diplomatique.- “La amenaza del chavismo”. La etiqueta utilizada por ciertos medios españoles para presentar sus artículos contra el partido Podemos, encierra perfectamente el sentido del gigantesco ataque desplegado contra la Venezuela bolivariana. ¿Amenaza para quien, si la Venezuela de Chávez y Maduro nunca ha lanzado drones ni enviado tropas de ocupación?


Basta sustituir “chavismo” con “socialismo” y todo se torna claro: la amenaza para los grandes potentados económicos, para los intereses de las clases dominantes a quien el chavismo puso un poco de freno. El miedo del ejemplo, por muy diluido y lejos del Gran Miedo de la Revolución bolchevique de 1917, que hizo temblar a la burguesía por setenta años.

Desde el año 89 en adelante, viejos y nuevos jefes de las siderúrgicas pensaban haberle puesto punto final de verdad. En cambio no, la amenaza reapareció desde el interno del propio “patio trasero de casa”, América Latina. Nada menos del “desordenado” - pero petrolero - Venezuela, listo para ser empaquetado y servido según el modelo del FMI. Una receta ampliamente probada por las clases populares durante la revuelta del Caracazo del 27 de febrero de 1989: cerca de 3.000 muertos por las balas de militares y policías desencadenados por el gobierno de Carlos Andrés Pérez (A.D. centro izquierda).

Para la crónica, en Caracas, entonces gobernaba el actual alcalde metropolitano Antonio Ledezma, que respondió con plomo al pueblo que pedía pan: “Mano de hierro contra los encapuchados”, declaraba a los diarios en nombre de la democracia modelo FMI.

Después de haber conspirado contra el gobierno de Chávez en el golpe de 2002 y de haber sido luego indultado, Ledezma pasa del lado de los “encapuchados”, que hoy animan “la revuelta de los ricos” contra el socialismo. Para los grandes medios, se convierte así en un campeón de la democracia, mientras el gobierno de Maduro es presentado como “un régimen” autoritario que viola los derechos humanos. A furor de pluma y en la onda de una gigantesca imposición policial, subversivos y golpistas son transportados en el Empíreo de las víctimas dignas, mientras que una democracia votada y confirmada por 15 años y 19 elecciones, es dibujada como una dictadura a la deriva, incapaz de contener internamente los anticuerpos de una oposición pacífica.

Para que una vaca que pasta se ponga a volar, es necesario voltear el cuadro, presentar la realidad al contrario. En eso piensan los grandes medios. La práctica es conocida: mentira y descrédito, alarmas y espectáculo. El año pasado, a inspirar los títulos de los grandes diarios italianos fue la pareja de “guarimberos” que se besaba después de haber tirado una molotov durante la revuelta de los ricos. Hoy, es la presentadora extremista quien es celebrada, bajo el título: “las mujeres contra Maduro”. Que las mujeres sean la columna del socialismo bolivariano, presentes a todo nivel en el gobierno, no interesa a la articulista.

Alguien se ha preguntado: ¿mentir sobre los derechos humanos es un derecho humano? ¿Los medios de comunicación tienen el derecho de repetir una información no verídica también si se ha comprobado la falsedad? y ¿los defensores de los derechos humanos tienen el derecho de avalar con su “autoridad” las denuncias engañosas? Es lo que ha sucedido después del arresto de Ledezma: no obstante el video de su arresto mostrara que no había habido violencia alguna; no obstante las declaraciones de su mismo abogado, la piedra ya había sido lanzada: tanto por el escándalo mediático, como por las ONG y por los profesionales de los “derechos humanos”. De nada ha servido desmentir. De nada han servido las réplicas basadas sobre hechos o sobre consideraciones sensatas, en primer lugar la siguiente: ¿cómo puede una oposición que se dice perseguida y reprimida, tener tantos medios, tanto poder de comunicación y licencia para gobernar y conspirar, en Venezuela y fuera de ella? y ¿por qué las derechas deslegitiman el Consejo Nacional Electoral (CNE) cuando no les da la razón, pero recurren a él cuando deben organizar sus primarias, reconociéndolo como un garante imparcial?

Para volver a Podemos y a España, las derechas venezolanas obtuvieron las primeras páginas de los diarios porque están por consignar una denuncia penal contra Monedero: sostienen que, en diez años, el gobierno venezolano ha entregado cerca de 14 millones a Podemos. La “amenaza del chavismo”… la amenaza del socialismo, para combatir el cual, el fin justifica los medios. A Podemos como a Syriza (“El Chávez de los Balcanes”, como ha sido llamado Tsipras), se les pide disociarse de dos asuntos fundamentales: del chavismo y de los independentistas de ETA. Ahora, considerando que para un país europeo el modelo “chavista” es necesariamente sólo una sugestión y que la organización ETA está persiguiendo la posibilidad de una solución política, el chantaje semántico debe ser declinado de otra forma: se solicita la disociación del socialismo, del conflicto de clases y del conflicto anticolonial. Un chantaje que presiona por dos lados sobre el gobierno de Maduro: el del ataque frontal llevado con las “guarimbas” de calle y con las “guarimbas” mediáticas, pero también el chantaje en forma de solicitud de “diálogo” y de “reconciliación nacional”. En todo caso, la intención es clara: minar el socialismo hasta hacerlo caer, si no lastrarlo de tal manera que no pueda más incidir y que sea despachado por sus propios electores.

Traducido por Maira García

El golpe frustrado y el 31F

Geraldina Colotti

Pruebas de golpe de estado en Venezuela. Un grupo de oficiales de la aviación, confabulados con personajes de la oposición y sólidosapoyos en Norteamérica, proyectabaasesinar al presidente, bombardearMiraflores y tomar lasriendas del país, confiando en una nuevaexplosión de guarimbas (técnicasmortales de guerrilla de calle inventadas por la extremaderecha).

Esta denuncia de NicolásMaduro, que ha difundidolosparticulares del plan, tanto con mapasnombres y apellidos. Un carnaval de sangre en elcarnaval en curso en Venezuela.

Sobre la eficacia de un plansemejante, por fortuna, es permitidodudar. Aquelaéreo Tucano “importadodesdeelextranjero” para poderdescargarsusbombashabríahecho poco camino bajoel cielo de la capital: Por la reacción de lasFuerzasArmadas, la gran mayoríaleales al gobierno, y por la del pueblo venezolano, siemprealerta en momentos de crisiscomo la actual.

Al interno de la oposición venezolana existe un ala golpista quenunca ha cambiado. Los rostros de losprincipalesdirigentes de la derecha, queorganizaronlasviolentasprotestas del añopasado para pedir la salida de Maduro del gobierno (y su eliminación), estánsiempreallí para representarla. Para comenzar, María Corina Machado, la amiga de George W. Bush es fundadora de Sumate (creación de la CIA). Su firma figurabaentrelastrecientasqueapoyaronelgobiernorelámpago de CarmonaEstanga – presidente de Fedecámaras – Instauradodespués del golpe de estado en contra de Chávez en el 2002. Después, Leopoldo López (VoluntadPopular), que en eseentoncesatacó la embajada cubana con el personal adentro. Con élestabaotropersonaje famoso.

Henrique Capriles (PrimeroJusticia), candidato de la oposición (siempreperdedor), primero contra Chávez, después contra Maduro. Ahora, Antonio Ledezma (alcalde de la Gran Caracas) famoso represor de estudiantes en la IV República. Después, del mismoálbum de familiaemergenciertasjerarquíaseclesiásticasquequedantodavía “un partido” de oposición. Sin olvidarel peso de losgrandesmediosprivados, querespondensiempre a losmismosjefes.

En la historia de lasFuerzasArmadasvenezolanas, la vocación golpista y autoritaria ha ido progresivamentediluyéndose en favor de aquellanacionalista y socialista. Como ha documentado en susentrevistaselperiodista José VicenteRangel, ya al díasiguiente de la insurreccióncívico-militar del 4 de febrero’92 Chávez precisabaqueél y losoficialesprogresistas no teníannadaque ver con losgirosautoritariosqueestabanproyectandoalgunas élites militares. Y a quien lo considerase un “golpista de profesión”, respondía:

“De ningunamanera. Soy un militante de lasluchassociales, un revolucionarioempeñado en la causa del pueblo. Soy un conspirador por necesidadhistórica, después de haberreflexionadosobre la masacre del Caracazo, el 27 de febrero de 1989, quemostró la crisisestructural de este sistema. Como decía Gramsci, elviejomuere, pero al nuevo le cuestatrabajonacer…”. Para explicar lo queestabasucediendo, Chávez retomó una “fórmulamatemática” usada por losmovimientos de entonces: 27 de Febrero (elCaracazo) + 4 de Febrero (la rebelióncívico-militar) = 31 de Febrero: 31F, una terceravía, utópica y diferente, un díaque no existe en el calendario, “por ahora”.

Hoy, la unióncívico-militar permea todoslosniveles de la vidapolítica, económica y social: desde ex oficialesquegobiernan, hastalosquellevan a lasregionesindígenasloselectrodomésticossuministrados por elgobierno para lasviviendaspopulares. La composición “ideológica” del ejército es variada: seríanmás marxista o másnacionalista, másconvencidosque se debadefenderel socialismo o másconvencidos de que se deba ser leales al gobiernocualquieraque este sea.

La imagen de losaltoscomandosque han manifestado a puñocerradolealtad al socialismo no es una fachada. Tanto es verdadquehayaalgunacorriente interna quesueñautilizar con finespolíticos un golpe de mano militar. Asícomo es verdadquetambién la derecha (votada por más del 40% de la población) tiene su influenciasobrefuerzasarmadas. “lasFuerzasArmadas no debenestar al servicio del socialismo. Ver losaltoscomandosquegritan “patria socialista” muestra de que han sidotransformadas en un partidopolítico”, ha dicho Roberto Enríquez, presidente del partidoCopei (equivalente de la ex Democracia cristiana en Italia). A modo suyo, tiene razón. La venezolana, no será la Armadaroja de Lenín, pero es un ejército del pueblo. Al servicio y al lado del pueblo.

Grupos de oficialesligados a la derecha y a losgrandescapitalesinternacionales, condujeronel golpe contra Chávez del 2002 y siempresalen a relucir durante lasviolenciassubversivas o lostentativosdesestabilizantes. Por eso, auncuando en este caso han fracasadogracias a lasprevenciones de la inteligenciabolivariana, por el alto grado de sinvergüenceríaqueparececaracterizarsusacciones, no escapaelhecho de que Venezuela estásometida a un constante nivel de presión interna: parecida a una guerra de doble intensidad, a punto de alcanzarel pico segúnelguión de Gene Sharp, que, desde la ex Yugoslavia en adelante, se enseña en lasescuelas de la Cia. Asípués, si ese Tucano se hubiesealzado en vuelo, de ciertohabríahabidomuertos y esto habríaofrecidootrascuerdas al arco de la propaganda mediática contra el socialismo bolivariano.

Para losmedios de comunicaciónnuestros, vale la lógica de lospaíses y dosmedidas. En Italia, puño de hierro en contra de quien tira una molotov contra una mezcladora de cemento, y tribunales para un escritor no arrodilladocomo Erri De Luca; en Venezuela, apología de la “revuelta de losricos”: aunquecuandoestrangulan con lasguarimbas, quemantransportesescolares, cabinas del metro con losoperadores dentro, quedancomo “sincerosdemocráticos” oprimidos por el “régimen”. En Italia, aplausos a policíasquetorturan, a losfascistas y losracistas al gobierno, y 41 repeticiones a losdetenidos “peligrosos”, en Venezuela, gritos, estrépitos, alborotos, contra “la inseguridad” si elchavismotrabaja para resolverlascausas y no losefectos, sabendespuésgritar “al tirano” si meten preso a quien comete un delito.

Declaro previamente que es siempre de buena norma para losmovimientos y para losrevolucionariosprotegerse de exceso de identificación con “elordeninstituido” (sobretodocuandoelestado “socialista” es elresultado de un compromisoentrelasclases y no – come se decíaalgunavez – expresión de poder del proletariadoorganizado en su partido), defenderel socialismo bolivariano tiene una carga concreta y simbólicaque va másallá del contingente.

Desdeel golpe de estadofrustrado, emergendosimágenesfuertes: aquella de losaltoscomandosmilitaresbolivarianosquegritan “patria socialista” a puñocerrado; y el “Comunicado para la transición”, quelosgolpistashabríanpublicado, comoinserciónpublicitaria, en un gran periódico de circulaciónnacional y quehabríaconstituido la señal a losoficialesgolpistas para de inicio. Un documento cuyospuntoshabríasidocompartido por cualquiera “izquierda” europea sometida a la Troika, y queprevénelregreso a un sistema de gobiernoreprobado por el pueblo hace 15 años. Se puedeapostarquelasafirmaciones del presidente de Copeiencontrarán en la “izquierda”, más consenso quelosaltoscomandos de puñocerrado.

Poco importa si elgobierno venezolano desdehace 15 añoslegitimado por lasurnas con una participaciónelectoralimpensable por las “mayorías” de italianos o europeos. Poco importa si aquelejército “de puñocerrado” no viene empleado para “lasguerrashumanitarias” o para lasaventuraslíbicas, sino para tareas de paz y desarrollo. Y no se trata del legítimotemorquepuederepresentar un uniforme militar en un país, comoelnuestro, con su presidente fascista en el fondo. Lo que molesta es precisamente aquelpuñocerrado.

Aunquegeográficamentelejos, en efecto, evoca todavía un gran miedo: elmiedo de lasmasas, del socialismo y de la revolución, eliminada en elcalderoconsociacionalismo, de la colaboración del arrepentido y de la disociación. Un miedoque ha alejadohastaelrecuerdo de la “revolución de loscláveles”, ejercida por losmilitaresprogresistas contra elrégimen autoritario de Antonio Salazar en Portugal, en 1974. Figurémonosel “corto circuito” determinado por Chávez en las “democraciaspuntofijistas” de la IV República.

Sí, es precisamente aquelpuñocerrado por elgobiernoque da miedo y que molesta.

Que complica el camino de la solidaridadinternacional.

Quehace arduo pero urgente elrecorridohacianuestro… 31 de Febrero.

[Trad. por Maira Garcia – Circolo Bolivariano Antonio Gramsci – Caracas]

Il Golpe sventato e la formula "magica" del 31F. Geraldina Colotti per Caracas Chiama.

Prove di golpe in Venezuela. Un gruppo di ufficiali dell'aviazione, in combutta con personaggi diell'opposizione e solidi appoggi in Nordamerica, progettava di uccidere il presidente, bombardare Miraflores e prendere la guida del paese, confidando in una nuova esplosione di guarimbas (micidiali tecniche di guerriglia di strada inventate dall'estrema destra). Questa la denuncia di NicolásMaduro, che ha diffuso i particolari del piano con tanto di mappe, nomi e cognomi. Un carnevale di sangue nel Carnevale in corso in Venezuela.

Sull'efficacia di un pianosimile, per fortuna, è lecito dubitare. Quell'aereo Tucano “importato dall'estero” per sganciare gli ordigni avrebbe fatto poca strada nei cieli della capitale: per la reazione delle Forze armate, nella stragrande maggioranza leali al governo, e per quella del popolo venezuelano, sempre allerta in momenti di crisi come quello attuale.

Tuttavia, all'interno dell'opposizione venezuelana esiste una vena golpista che non è mai venuta meno. I volti dei principali dirigenti delle destre, che hanno organizzato le violente proteste dell'anno scorso per chiedere la cacciata di Maduro dal governo (e la sua eliminazione), sono sempre lì a rappresentarla. Per iniziare, Maria Corina Machado, la grande amica di George W. Bush e fondatrice di Sumate (emanazione della Cia). La sua firma figurava fra le trecento che hanno appoggiato il governo-lampo di CarmonaEstanga - capo della locale Confindustria - instaurato dopo il golpe contro Chávez del 2002. Poi, Leopoldo López (VoluntadPopular), che allora attaccò l'ambasciata cubana col personale dentro. Con lui c'era un altro noto personaggio: Henrique Capriles (PrimeroJusticia), candidato dell'opposizione (sempre perdente), prima contro Chávez poi contro Maduro. E ancora, Antonio Ledezma (sindaco della Gran Cacaras), noto repressore di studenti nella IV Repubblica. Dallo stesso album di famiglia emergono poi certe gerarchie ecclesiastiche, che restano ancora “un partito” d'opposizione. Senza dimenticare il peso dei grandi media privati, che rispondono sempre agli stessi padroni.

Nella storia delle Forze Armate venezuelane, la vocazione golpista e autoritaria è andata progressivamente scemando in favore di quella nazionalista e socialista. Come ha documentato nelle sue interviste il giornalista José VicenteRangel, già all'indomani dell'insurrezione civico-militare del 4 Febbraio '92 Chávez precisava che lui e gli ufficiali progressisti non avevano niente a che fare con le svolte autoritarie che stavano progettando alcune élite militari. E a chi lo considerava un “golpista di professione”, rispondeva: “Neanche per idea. Sono un militante delle lotte sociali, un rivoluzionario impegnato nella causa del popolo. Sono stato un cospiratore per necessità storica, dopo aver riflettuto sul massacro del Caracazo, il 27 febbraio del 1989, che ha mostrato la crisi strutturale di questo sistema. Come diceva Gramsci, il vecchio muore, ma il nuovo fa fatica a nascere...”. Per spiegare quel che stava succedendo, Chávez riprese una “formula matematica” usata dai movimenti di allora: 27 Febbraio (il Caracazo) + 4 Febbraio (la ribellione civico-militare) = 31 Febbraio: 31F; una terza via, utopica e diversa, un giorno che non esiste sul calendario, “por ahora”.

Oggi, l'unione civico-militare permea tutti i livelli della vita politica, economica e sociale: dagli ex ufficiali che governano, a quelli che portano nelle regioni indigene gli elettrodomestici forniti dal governo per le case popolari. La composizione “ideologica” dell’esercito è varia: ce ne sono di più marxisti o più nazionalisti, più convinti che si debba difendere il socialismo o più convinti che si debba comunque essere leali al governo quale che sia.

L'immagine degli Alti comandi che hanno manifestato a pugno chiuso fedeltà al socialismo non è di facciata. Come è realtà che vi sia qualche corrente interna che sogna di utilizzare a fini politici un colpo di mano militare. Così come è vero che anche la destra (votata da oltre il 40% della popolazione) ha la sua influenza sulle forze armate. “Le Forze armate non devono essere al servizio del socialismo. Vedere gli alti comandi che gridano 'Patria socialista' mostra che sono state trasformate in un partito politico”, ha detto Roberto Enriquez, presidente del partito Copei (equivalente della ex Democrazia cristiana in Italia). A suo modo, ha ragione. Quella venezuelana, non sarà l'Armata rossa di Lenin, ma è un esercito del popolo. Al servizio e al fianco del popolo.

Gruppi di ufficiali legati alle destre e al grande capitale internazionale hanno condotto il golpe contro Chávez del 2002, e spuntano sempre fuori durante le violenze eversive o i tentativi destabilizzanti. Perciò, seppure in questo caso hanno fallito grazie all'attività di prevenzione dell'intelligence bolivariana, e per l’elevato tasso di cialtroneria che sembra contraddistinguere le loro azioni, non sfugge che il Venezuela è sottoposto a un costante livello di pressione interna: simile a una guerra di debole intensità pronta a raggiungere il picco secondo il copione di Gene Sharp, che, dalla ex-Jugoslavia in poi, si insegna nelle scuole della Cia. Così, se quel Tucano si fosse alzato in volo, di certo vi sarebbero stati morti, e questo avrebbe offerto altre corde all'arco della propaganda mediatica contro il socialismo bolivariano.

Per i media nostrani, vale la logica dei due pesi e due misure. In Italia, pugno di ferro contro chi tira una molotov contro le betoniere, e tribunale per uno scrittore non genuflesso come Erri De Luca; in Venezuela, apologia della “rivolta dei ricchi”: anche quando sgozzano con le guarimbas, bruciano gli scuolabus o i gabbiotti del metro con gli operai dentro, restano “sinceri democratici” oppressi dal “regime”. In Italia, applausi ai poliziotti che torturano, ai fascisti e ai razzisti al governo, e 41 bis ai detenuti “pericolosi”; in Venezuela, urla, strepiti e schiamazzi contro “l'insicurezza” se il chavismo lavora per risolvere le cause e non gli effetti, salvo poi gridare “al tiranno” se chi commette un delitto viene messo in galera.

Premesso che è sempre buona norma per i movimenti e per i rivoluzionari guardarsi dall'eccesso di identificazione con “l'ordine istituito” (soprattutto quando lo stato “socialista” è la risultante di un compromesso fra le classi e non – come si diceva una volta – espressione del potere del proletariato organizzato nel suo partito), difendere il socialismo bolivariano ha una portata concreta e simbolica che va al di là del contingente.

Dal colpo di stato sventato, emergono due immagini forti: quella degli alti comandi militari bolivariani che gridano “Patria socialista” a pugno chiuso; e il “Manifesto per la transizione”, che i golpisti avrebbero pubblicato su un grande quotidiano nazionale come inserzione pubblicitaria e che avrebbe costituito il segnale d'avvio per gli ufficiali golpisti. Un documento i cui punti sarebbero condivisibili per qualunque “sinistra” europea asservita alla Troika, e che prevedono il ritorno a un sistema di governo bocciato dal popolo 15 anni fa. E c'è da scommettere che le affermazioni del presidente del Copei troveranno, a “sinistra”, più consenso di quegli alti comandi a pugno chiuso. Poco importa se il governo venezuelano da 15 anni viene laureato dalle urne con una partecipazione elettorale impensabile per le “maggioranze” italiane o europee. Poco importa se quell'esercito “a pugno chiuso” non viene impiegato per “le guerre umanitarie” o le avventure libiche, ma per compiti di pace e sviluppo. E non si tratta del legittimo timore che può rappresentare una divisa militare in un paese, come il nostro, con il suo persistente sottofondo fascista. A disturbare è proprio quel pugno chiuso.

Per quanto geograficamente lontano, infatti, evoca ancora una grande paura: la paura delle masse, del socialismo e della rivoluzione, rimossa nel calderone del consociativismo, del pentitismo e della dissociazione. Una paura che ha allontanato persino il ricordo della “rivoluzione dei garofani”, attuata dai militari progressisti contro il regime autoritario di Antonio Salazar in Portogallo, nel 1974. Figuriamoci il “cortocircuito" determinato da Chávez nelle "democrazie puntofijiste" della IV Repubblica.

Sì, è proprio quel pugno chiuso per il governo che fa paura e che disturba.

Che complica il cammino della solidarietà internazionale.

Cherende arduo ma urgente il percorso verso il nostro... 31 Febbraio.

 

 

 

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