La fecha, 20 de octubre, es una de las conmemoraciones más relevantes de Cuba, ya que en 1868, hace 147 años, se entonó por primera vez el Himno de Bayamo por parte de los independentistas de la Isla.
Daniel Chuburu dio la bienvenida a los presentes, afirmando que éste es un día particular para Cuba y particular para todos nosotros, no solo por lo que Cuba representa para la región sino también lo que representa para nuestro país, ya que la cultura es lo más importante que tenemos en ésta etapa de integración regional de acercamiento entre los pueblos de Cuba y Argentina, más allá de lo político y económico.
Siguió en el orden de oradores el Embajador de Cuba Orestes Pérez Pérez, quien recordó las circunstancias en que se cantó por primera vez el Himno, a diez días del inicio de la guerra de independencia organizada por Carlos Manuel de Céspedes, que había liberado a sus esclavos y los convocara a luchar contra el colonialismo, la Bayamesa, como se lo conoce al Himno, no surgió de un concurso, la compuso una y otra vez un pueblo entero que se sacrificó para tener Patria. Ese 20 de octubre de 1868 marcó definitivamente el nacimiento de una nación rebelde solidaria y auténtica.
Somos una Nación orgullosa de sus raíces patrióticas y culturales, nacidos de una fusión cultural en la que se destacan dos grandes conglomerados culturales, el ibérico y el africano, advirtiéndonos José Martí desde las distancias de las necesidades de mantener las raíces de toda formación cultural como único modo de sobrevivir a los intentos hegemonistas de las culturas dominantes. Nos recuerda Orestes Pérez. La Revolución Cubana obra y continuidad históricas de las luchas y el pensamiento Martiano, basa su política cultural en ese dilema de intercambio cultural que desde el siglo XIX nos plantea el propio Martí. Una Revolución solo puede ser hija de la cultura y las ideas, decía Fidel Castro, sobre esa máxima de la Revolución, del acceso de la cultura para todos, hemos edificado esta perfectible pero enorme obra cultural, social y humana.
Es ésta realidad cultural de la que nos habla el Embajador Pérez, la que se mostró en la jornada iniciada en el Centro Cultural Kirchner el 9 de octubre con el hermanamiento de dicho centro con la Casa de Las Américas, siguiendo en sucesivos días obras de teatro, un ciclo de cine cubano y conciertos que finalizan hoy.
A las palabras le siguió la alegría de una muestra cultural excepcional, ejemplo de la integración cultural de nuestros pueblos, como es el grupo de teatro infantil La Colmenita, versión argentina que se desarrolla con los mismos principios rectores que la cubana y con el gran aporte de varios de sus profesores, siguieron luego el monólogo de Malena Hernandez basado en poemas de Nicolás Guillen, la tremenda voz de la trovadora Aurora Feliú resonó en el auditorio, cerrando el grupo que comanda Ibrahím Ferrer a todo guaracha y sones
La cultura cubana no puede encerrarse en una jornada o en una nota, es tan amplia y amistosa que nos atrapa, nos seduce y nos lleva a interactuar con ella desde nuestras raíces latinoamericanas, pobladas de inmigraciones impuestas, obligadas y voluntarias, sumados y fundidos en nuestros pueblos originarios, para transformar éste mundo que habitamos en un mundo mejor, que como dice el Comandante Fidel Castro, es posible. Integración, solidaridad, equidad, amistad, son los ingredientes que los pueblos de Nuestra América cocinamos a fuego lento, pero firme, en éste cambio de época, que tenemos gracias a la construcción y resistencia de la Revolución Cubana.
Ibrahim Ferrer y su grupo junto a La Colmenita en el escenario de la Cancillería Argentina en el Día de la Cultura Cubana.