Por Nyls Gustavo Ponce Seoane*/Martianos-Hermes-Cubainformación.- Como se conoce, la Mesa de la Unidad Democrática ó simplemente MUD, por sus siglas en español, es la coalición de partidos y agrupaciones políticas contrarrevolucionarias- opositoras que emergió victoriosa en los comicios parlamentarios celebrados el pasado 6-d en Venezuela.
Ha sido un triunfo contra el partido de la Revolución Bolivariana (el PSUV) y sus aliados del Gran Polo Patriótico. La MUD fue apoyada todo el tiempo por la mediática hegemónica nacional e internacional que se encargó -antes y después de las elecciones- de resaltar esa victoria.
Con independencia de los análisis que se hayan hecho y harán por todas las partes y de las consecuencias que de ellos puedan derivarse, de este éxito temporal de la contra venezolana, lo que me llamó la atención, como especialista geólogo, fueron precisamente las siglas españolas de la agrupación sociopolítica contraria a la Revolución que comenzara Hugo Chávez.
No pude pues evitar una asociación lingüística mecánica, condicionada, con el significado de esas siglas en inglés y pensé que los consejeros estadounidenses, que pagan y asesoran a la llamada por ellos oposición, debieron haberle recomendado que utilizara otro nombre, porque MUD en el idioma shakesperiano significa lodo, fango o barro, con todas sus acepciones, técnicas y no técnicas, que en cualquiera de los dos sentidos, no son nada agradables.
Pero además, independientemente del significado real que posee, el de ser un estado sustancial de la materia que personifica suciedad, difamación o bajeza, tiene otro que es la base de un fenómeno peligroso y terrible de la naturaleza: las corrientes de fango o lodo (mud flows), que los venezolanos conocen, por desgracia, demasiado bien. Y lo que este hecho natural representa puede ser todo un símbolo que augure situaciones y acontecimientos políticos-sociales más que desagradables: espantosamente fatales, no solo para Venezuela, sino para toda nuestra América. No olvidemos el principio martiano de que en la Naturaleza, un orden es similar o semejante a otro.
Para poder entender a que se refieren estas aseveraciones deben explicarse los términos esenciales.
Sin caer en exquisiteces ni tecnicismos se puede decir que una corriente de lodo o fango (mud flow), es un movimiento de una masa material que se manifiesta por el desplazamiento o deslizamiento de la misma por una pendiente de una superficie terrestre inclinada (plano inclinado), formada de un material terreo-arcilloso embebido en agua, que sustenta en sí, y a su paso incorpora y arrastra junto con ella, a rocas de diferentes tamaños (desde bloques con dimensiones métricas hasta fragmentos milimétricos) y que arrasa con todo lo que encuentra a su paso. Puede ser provocada por fuertes e intensas lluvias, por volcanes y terremotos, que pueden actuar al unísono o aisladamente para provocarla. Se les llama factor o factores disparadores.
De triste recuerdo para toda Venezuela fue el movimiento de masas ocurrido en el Estado de Vargas entre el 14 y el 16 de diciembre de1999, que pasó a la historia con el nombre de “la tragedia de Vargas” y que según datos tomados de Wikipedia dejara un terrífico saldo de decenas de miles de personas muertas. Se estimó más del 70% de la población del Estado afectada y el 10% de la población pereció (se consideró entre 10 000 y 30 000 las muertas). Se destruyeron miles de viviendas (unas 8 000), donde un alto porcentaje de ellas fueron barridas hacia el océano, despareciendo pueblos enteros por completo (Cerro Grande, Carmen de Uría); el barrio de Los Corales fue enterrado bajo 3 metros de lodo. Fue llevada al colapso completo la infraestructura de ese Estado.
Tragedia de Vargas
Foto de parte del Estado de Vargas (tomada de Wikipedia)
Los daños estimados fueron entre $ 1.79 y $ 3,5 mil millones USD. Los deslaves alteraron significativamente más de 60 kilómetros de la costa. Los servicios públicos, como el agua, la electricidad, las líneas telefónicas, y el transporte terrestre (carreteras y puentes) desaparecieron por completo en algunos lugares. No había suministros de alimentos y agua durante meses, así que la mayoría de la población tuvo que ser evacuada. Fue un drama terrible.
Por otra parte, la MUD política venezolana es una friolera de más de 30 partidos y agrupaciones, de diferentes tamaños por su membresía (desde cientos de miles hasta unos cuantos miles) y con distintos intereses, que se mueve, desplaza y manifiesta en el escenario político venezolano, sustentados por la oligarquía internacional y nacional, como factores disparadores principales, que la financia para la compra de votos y otros fines, con el objetivo de eliminar los logros y conquistas populares de la Revolución chavista. Actúan al unísono o por cuenta propia para lograrlo, de acuerdo a conveniencias de sus espurios intereses porque, en definitiva, es una oposición no solo heterogénea, sino profundamente fracturada y dividida que debe asumir con responsabilidad el control del poder legislativo, cosa de la cual nunca ha hecho gala y que puede llevar a un clima de ingobernabilidad que obstaculice el desarrollo de las políticas de gobierno y del país.
Por otra parte “numeritos halan lengua” y si en las presidenciales de abril la MUD obtuvo para su candidato 7´316 512 y en estas parlamentarias obtuvo 7´720 578, tenemos que obtuvo solamente 359 066 votos más, en unas elecciones donde votó el 74,25% de los potenciales votantes, lo que arroja que fue el abstencionismo y no su crecimiento, el que contribuyó a su éxito.
Queda entonces comparar ambos eventos, uno geológico y otro social; ambos naturales porque la sociedad forma parte de la naturaleza y ella misma es un ser natural, al igual que los seres humanos que la componen.
A la sazón, por formas y acontecimientos parecidos que ocurren en ambos órdenes naturales, ¿qué se puede esperar entonces de una formación política con tales características?
Hay indicios pues que la rapiña dividida y divisoria de la MUD puede conducir a todos los Estados venezolanos, más temprano que tarde, al desastre en todos los sentidos, a un drama más terrible que el La Tragedia de Vargas, pues afectará a toda Venezuela con el peligro, además, de perder su soberanía al ser sometida, otra vez, a interese foráneos.
Por y para su bien y el de toda América Latina, se deben tomar medidas mitigadoras y preventivas, que al parecer hasta ahora no han sido tomadas, para que esto no ocurra y poder llevar a feliz término el sueño de Bolívar, que recién comienza.
*Nyls Gustavo Ponce Seoane, geólogo cubano, miembro del Instituto de Geología y Paleontología.
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