Adislenes Ruenes César - Trabajadores.- Bajo los argumentos de una inestabilidad política en Venezuela, los cancilleres de Paraguay y Brasil, Estados miembros del bloque regional Mercado Común del Sur (Mercosur), se oponen a que el país caribeño mantenga la Presidencia Pro Témpore (PPT) del Mercosur que asumió automáticamente a finales de julio de manos de Uruguay.

Según el artículo 12 del Tratado de Asunción, el 5 del Protocolo Ouro Preto y los Estatutos de ciudadanía de la organización con más de 25 años de creada, la “Presidencia del Consejo se ejercerá por rotación de los Estados Partes –República Argentina, República Federativa del Brasil, República del Paraguay, República Oriental del Uruguay y la República Bolivariana de Venezuela— y en orden alfabético por un período de seis meses”. Otros mecanismos como el Tribunal Permanente de Revisión, creado en el 2005, surgieron para resolver litigios de interpretación de las normas de Mercosur.

De este modo, y con la aprobación de los Estados partes, en el 2011 Venezuela fue incorporada al bloque por iniciativa de los entonces mandatarios Cristina Fernández, de Argentina y José, Pepe, Mujica, de Uruguay, respectivamente.

Existieron inconformidades, principalmente por parte de Paraguay, país que atravesaba por una crisis política debido al golpe parlamentario al presidente Fernando Lugo. No obstante la moción pasó y Venezuela asumió la PPT por primera vez en el 2013.

Durante este tiempo, hace ya tres años, el país caribeño se pronunció por la construcción de una zona económica complementaria entre Mercosur, Alba y PetroCaribe y propuso la creación de campañas a favor del afrodescendiente, el adulto mayor, la mujer y los indígenas. En el área social, educativa y de salud también planteó un proyecto regional para la erradicación del hambre y el analfabetismo (2014-2017).

Propuso la unificación de las administraciones aduaneras de los Estados miembros y el establecimiento de estadísticas monetarias únicas y del sector externo de Mercosur que contribuyan a acelerar la integración financiera y a consolidar la productividad del perfil exportador venezolano hacia este bloque y al mundo.

El informe del Mercosur del 2013 al 2014 destacó el impacto de estas acciones en las importaciones y exportaciones interzona, y resaltó la importancia del ingreso de Venezuela en el bloque para la ampliación de recursos disponibles y diversificación de los temas en la agenda interna integracionista.

Estos resultados y lo establecido para el funcionamiento del propio Mercosur, permite afirmar que la actitud de los representantes de Paraguay, Brasil y Argentina  adolece de legitimidad y credibilidad. De no cumplirse los principios legales y los estatutos del bloque, se quebrantaría el ideal de integración con que fue gestado.

Hoy Mercosur atraviesa una compleja crisis política. La falta de reconocimiento a la presidencia venezolana atrapa los titulares de los medios de prensa y motiva la denuncia de la canciller Delcy Rodríguez, de que existe una “triple alianza de derecha extremista” que se ha reunido a sus espaldas para buscar una salida jurídica que impida la gestión de su país.

Tras el evidente propósito de asilar a Venezuela, se trasluce la intención de fracturar el bloque regional, asunto que favorecería las negociaciones bilaterales de los países miembros con el imperio del Norte, que ha retomado el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica.

Recuperar el Mercosur, mantener legítimo su estatus jurídico para coordinar políticas macroeconómicas e inversiones requiere de acciones concretas más allá de debatir sobre el color de la banda presidencial. Esto solo se podrá realizar con pensamiento estratégico, fusionando los intereses comunes y dejando las diferencias a un lado.