Dilbert Reyes Rodríguez - Granma.- Los integrantes de la brigada puertorriqueña agradecieron el apoyo de los cubanos a su causa independentista. Foto: Dilbert Reyes Rodríguez

La tarde calurosa, bajo la sombra de los mangos del patio del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos en esta ciudad, dio a la reunión con amigos borinqueños un toque de tertulia familiar

El ambiente fue de plena gratitud y solidaridad confirmada. Así fueron todos los encuentros que por varios días sostuvieron con granmenses de diferentes sectores los integrantes de una brigada puertorriqueña que visitó recientemente la provincia.

Los boricuas provienen de varios grupos sociales y políticos, coordinados por el Comité de Solidaridad con Cuba, invitados a palpar las formas en que desde la Mayor de las Antillas se defienden con fidelidad las causas borinqueñas.

Han sido ocasiones claras de agradecer, especialmente el apoyo medular de los cubanos en la más reciente de sus victorias: la pronta excarcelación del independentista Oscar López Rivera -preso por casi 36 años en Estados Unidos y devuelto a su isla para ser liberado el venidero 17 de mayo-.

«Es que en Cuba, la solidaridad con Puerto Rico es una cuestión de honor, una actitud histórica de reciprocidad que va desde los más de 200 boricuas que pelearon aquí por la independencia, hasta la indoblegable postura de Fidel y todo su pueblo en el respaldo a nuestras luchas», adelantó Eduardo Villanueva, portavoz del Comité Pro Derechos Humanos en su nación.

«Trajimos a casi 40 personas y todas han quedado impresionadas con la solidaridad hacia nuestras causas, gente de pueblo, jóvenes, obreros, que solo en esta histórica provincia de Granma tienen organizado más de 50 clubes de apoyo activo a nuestro país», enfatizó Milagros Rivera, presidenta del Comité de Solidaridad con Cuba y coordinadora de la Brigada Juan Rius Rivera.

LAS OTRAS BANDERAS

Más allá de la impresión por los gestos de amistad, es notable el regocijo que cargan los visitantes como consecuencia de esa última victoria popular que es el regreso de Oscar López a su patria y la próxima liberación definitiva.

Sin embargo, Granma supo, en voz de varios de ellos, que el triunfo es más valioso por la fuerza que inspira para otras batallas por librar; pues la condición colonial de Puerto Rico aun es una realidad que pesa y moviliza a su pueblo.

¿Cuáles son, entonces, las nuevas banderas de las luchas puertorriqueñas, luego de la victoria conseguida por la excarcelación de Oscar?, preguntó este rotativo.

«La liberación de Oscar López Rivera, más que un éxito del movimiento independentista, lo es de todo el pueblo de Puerto Rico, incluido sectores estadolibristas, anexionistas, que no militan en partidos políticos», inició Eduardo Villanueva, además expresidente del Colegio de Abogados en la isla.

«Fue la expresión de un rasgo fundamental del puertorriqueño, de compasión por su coterráneo oprimido, de saber cuándo se comete una injusticia, de apoyar al que la está sufriendo aunque no piense como él. Ese mensaje hondó en el pueblo, que se unió en la causa de Oscar.

«Él mismo quisiera cuando salga -y yo no hablo a su nombre, porque tiene restricciones para emitir declaraciones-, recorrer los 78 municipios para conocer profundamente cómo está viviendo y pensando su país ahora.

«Así podría determinar qué áreas necesitan una mejor organización del pueblo para rescatar algunos espacios, relativos a la lucha estudiantil, por los derechos humanos, de sectores sindicales, ambientales, feministas, etcétera.

«El movimiento independentista necesita, por decirlo así, hacer un inventario de los males del país que demandan organización para combatirlos; manteniendo la unidad de pueblo que logró con Oscar y en el caso de Vieques.

«Si lo alcanzamos o no, ya veremos. Es una puerta que se abre el 17 de mayo. ¿Cuánto tiempo va a estar abierta? ¿Quiénes van a transitar por ella o no? ¿Quiénes están dispuestos a pagar el precio del sacrificio que implica pasar por esa puerta? Lo veremos también. Pero esas son las próximas luchas que tenemos que dar en lo adelante; fundamentalmente enfrentar esa Junta de Control Fiscal impuesta por el Congreso de Estados Unidos para manejar el asunto de una supuesta deuda de 72 billones de dólares, no auditada aún, y a las claras promovida como un mecanismo de subyugación.

«Es preciso que cuando ellos intenten recortar del presupuesto de Puerto Rico esos servicios esenciales de educación, salud, vivienda, de la preservación de los recursos naturales, haya gente en la calle resistiéndolos, incluso dispuesta a ir a la cárcel por oponerse a esa Junta.

«Va a ser una lucha muy cruenta y sacrificada. Y digo, no sé en qué vaya a parar, por lo que necesitamos la solidaridad internacional, de Cuba, de toda Latinoamérica, para que se siga viendo a Puerto Rico como parte activa de esa historia común que nos identifica hasta hoy».

FRENTE AL COLONIALISMO

Juan Camacho, maestro de escuela y activista social por la independencia de la isla, recalcó como frente principal de lucha la resistencia a la referida Junta.

«Es un organismo que pone sobre la mesa la situación colonial de Puerto Rico, que ataca todos los sectores, desde los grupos organizados, sindicatos, iglesias, cooperativas, hasta los más vulnerables, los pobres, ancianos, madres solteras, niños. En fin, no se les escapa nadie.

«Estamos en una lucha para que todos los sectores entiendan que el blanco de los próximos meses y años es la Junta de Control Fiscal. Es un elemento que puede unir los grupos en torno a la causa fundamental del pueblo, que es rescatar la soberanía.

«Meses antes de la instalación de esa Junta, mucha gente los creía enviados que venían a poner en cintura al Gobierno, pero no fue así. Se creó con el propósito de establecer una situación fiscal adecuada para pagar a los bonistas. Pero en ese proceso de “adecuación’” sucede que es el pueblo quien pagará la deuda».

Avezada activista, Milagros Rivera prefiere definir de un modo más esencial el horizonte de las batallas actuales puertorriqueñas.

«La bandera fundamental, y el reto más importante, debe ser la lucha contra el colonialismo, porque la Junta de Control Fiscal es un resultado de eso. Nosotros la podemos utilizar para que la gente se dé cuenta claramente de que el enemigo real es la condición de coloniaje.

«Lo que está pasando en nuestro país es un gran golpe al pueblo. Dicen: hay una gran crisis económica por unas deudas, y vamos a cerrar 300 escuelas. ¡No! Debemos tener la capacidad de mostrar a la gente el engaño, poner el ejemplo de Cuba, donde a pesar de la estrechez no cerró nunca una escuela.

«Debemos recordar nuestra historia de luchas victoriosas, que han sido batallas de pueblo. Respecto a los prisioneros políticos las hemos ganado todas, la más contundente, esta por Oscar.

«Pero hubo otras, porque si hoy venimos a Cuba y hablamos como ustedes, en español, fue por la resistencia cultural y de defensa de la identidad sostenida por los nacionalistas, por nuestros maestros e intelectuales.

«¿Qué representó el ejemplo de Vieques? Sacar la todopoderosa marina de Estados Unidos de la isla municipio también fue una victoria del pueblo.

«Yo reitero que en esta coyuntura, en que nos están dando un golpe tremendo como parte de una política de shock, la bandera que debemos levantar más alto es la lucha contra el coloniaje y el capitalismo. Si no aprovechamos el contexto victorioso, estaríamos estancados, y eso no lo podemos permitir».