Souradjou Ali – Cubainformación.- En Caracas y en Barcelona, estamos asistiendo a las actuaciones de sus respectivos Parlamentos, mientras las interpretaciones difieren al mismo tiempo que las  miradas son distintas. El gobierno español está llamado a actuar, pero a la vez está utilizando un doble rasero que a corto o largo plazo puede afectar su credibilidad. ¿No estará el gobierno de España  escupiendo hacia arriba? Mejor dicho, ¿Rajoy estará escupiendo arriba mientras está acostado, y observando todo lo que está ocurriendo dentro de su país y en Venezuela? Pero lo cierto es que no ve de la misma forma los fenómenos que van pasando delante de él.


 

Estamos hablando de un doble rasero utilizado por parte del gobierno español, para España y Venezuela, a través de sus sistemas sociopolíticos, económicos, sus parlamentos, sus maneras de interpretar la Democracia; lo que hace que en todo caso, el mejor sistema, es el “español”, cuando en otras circunstancias, reconoceríamos cada uno de esos países como tal, con sus éxitos y fracasos, con sus luces y sus sombras, y con la misma necesidad de ser tratados con dignidad.

De manera constante, se hace de España, el “paraíso” (a pesar del paro) que atrae todo el mundo, mientras a Venezuela se le hace ver como el “infierno” de donde quiere salir todo el mundo, a pesar de todos sus recursos naturales que paradójicamente, se anhela poseer. En pocas palabras, mientras se esconden los deseos de adueñarse de los indeterminados recursos naturales de Venezuela, se exterioriza el afán de luchar por los derechos humanos de personas que siempre han sido abandonadas a sus suertes.

Se hace todo eso ignorando que la mayor parte del mundo es ya consciente, porque dispone de suficientes hechos que desmienten ese punto de vista (el de la defensa de los derechos humanos y la democracia, cuando les entra en gana) que se quiere imponer, e incluso se pretende sea hegemónico. Los ejemplos de Irak, Libia y Siria ya no se pueden borrar. Pero particularmente, tenemos un gobierno español, que no sólo frente a Venezuela, sino de cara al público nacional y al mundo entero, pretende aparentar “normalidad” a pesar de las dificultades socioeconómicas derivadas de la crisis. Otros ejemplos ilustran el caso español: mientras la Ministra de Trabajo y Asuntos Sociales (Fátima Báñez) califica la emigración de los jóvenes españoles como “movilidad exterior”, minimizando o quizás negando sus efectos negativos para el futuro del país, para el propio Jefe de Gobierno (Mariano Rajoy), “si la gente visita España, por algo será”. Han presumido siempre del orden y de la normalidad; y ahora, se aferran a una recuperación económica, para así descuidar o aplazar la urgente necesidad de resolver los problemas que enfrenta el país.

Por otra parte, se puede confirmar que el paro constituye el principal punto débil del gobierno español con el que está llamado a coexistir, quizá durante mucho tiempo. Por eso, aprovechan los supuestos datos a favor de la bajada del paro para comparecer y recordarle al mundo lo bien que va España. Lo cierto es que se minimizan o se subestiman las comparecencias, cuando los datos son negativos: cuando sube el paro, o la comparecencia es de bajo nivel, o simplemente no se comparece. No es extraño entonces que el presidente del gobierno haya comparecido para mencionar las engorrosas cifras de la recuperación económica, antes de irse de vacaciones. Ha aprovechado para recordar la bajada del número de parados, que según la Encuesta de la Población Activa (EPA) del secundo semestre del 2017, afecta por primera vez desde el inicio de la crisis, a menos de cuatro millones de españoles; es decir que el paro afecta (en cifras) a sólo 3.914.300 personas, que según el gobierno, al parecer, han podido alcanzar la luna, porque se ha podido bajar de la temida cifra de los cuatro millones de parados.

Y si de desigualdad social se trata, Cuba y Venezuela (los países más demonizados) son los menos desiguales de América Latina; ¿y España?, el país más desigual, según datos de la OCDE que no olvidan mencionar a las personas desnutridas, una  población en riesgo de pobreza (el 28,3%), etc. En todo caso es difícil de hablar de España, sin dejar de mencionar el tema más candente: el de la corrupción.

El tema de la corrupción es otra cara de la misma moneda que  nos desvela también el doble rasero del gobierno español. Se trata de un tema que no se puede ocultar, como no se puede tapar el sol con un dedo. Sin embargo, aquí se suele utilizar todas las estrategias habidas y por haber, para convencer al mundo que ese tema no existe. Y si acaso, “no es para tanto”, o para diluir su dosis, tratan de compartir la culpa entre todos los partidos políticos. Pero si nada de eso surte efecto, hay que seguir hablando sobre Venezuela.

Y cuando se trata de hablar sobre Venezuela, lo hacen siempre desde el ángulo negativo, a riesgo de que tarde o temprano, los tiros les puedan salir por la culata. Sí, lo que puede ocurrir es que la saliva le vuelva a caer en la cara, en la medida en que las críticas contra lo que llaman el  “régimen de Venezuela”, o el “régimen de Maduro” sobre casos que afectan al Parlamento venezolano sean consideradas como buenas actuaciones del gobierno español contra el Parlamento catalán. ¿Estaríamos hablando del “régimen español” o del “régimen de Rajoy”? No, al gobierno español y a muchos medios afines no les gustaría escuchar esos apelativos. Se ha venido trabajando desde mucho tiempo atrás para relacionar a otros países (Venezuela en ese caso) con la dictadura, la falta de democracia y de respecto de los derechos humanos. Y España, siempre considerada como un ejemplo de democracia, pero sobre todo, dentro de un mundo desarrollado. Por el momento, los hechos son los siguientes:

  • Mientras no es visto como “dictadura” prohibirle al Parlamento catalán organizar unas elecciones; se considera ilegítimo y antidemocrático negarle al Parlamento venezolano, organizar unas elecciones cuyo principal objetivo es enfrentarse con el gobierno venezolano, deslegitimarlo y finalmente hacerse dueño del poder.

En España, cualquier opinión a favor de la organización de las elecciones en Cataluña es mal vista; de la misma forma que los que desean votar ven mal la prohibición de un acto considerado democrático. Así, la crispación está servida; y cualquier idea proveniente de un lado u otro es mal recibida.

  • No se sorprenden cuando escuchan algunas críticas que incluso tratan de “exageradas”, pero sin hacerse ninguna autocrítica al escuchar por ejemplo a Mariano Rajoy decir que él no permitirá “ninguna elección ilegal” siendo él, el presidente del gobierno, y que tampoco negociará la soberanía de España. Sin embargo, entre sus recomendaciones al gobierno venezolano, está la necesidad de negociar con la oposición que apoyan abiertamente él y todos los que no esconden su odio al “chavismo”.
  • Mientras todas las propuestas sobre “negociación” que vienen desde fuera son mal recibidas por el señor Rajoy y los que lo apoyan, ven normal exigirle al gobierno venezolano, lo que ellos consideran “normal” para con la oposición venezolana. Cuando les proponen permitir las elecciones como en Escocia y Quebec, saltan inmediatamente para responder que no se trata de los mismos casos; porque mientras Gran Bretaña no tiene ninguna Constitución que se lo impida, las constituciones de España y de Canadá no son las mismas. Hablan como si España y Venezuela tuvieran unas constituciones parecidas, o mejor aún mejor aún como si Venezuela estuviera bajo la Constitución española, desde aquí se habla de cómo debe comportarse el “régimen venezolano”, pero ellos no aceptan “ninguna lección de nadie”.
  • Mientras al Parlamento catalán se le controla cualquier fuente de financiación, se le critica cualquier forma de control del gobierno venezolano al Parlamento. Todas las medidas de control tomadas por el gobierno español contra el parlamento catalán son consideradas como “democráticas” y amparadas por la Constitución Española, que es, “de todos los españoles”.

En definitiva, se trata de un pensamiento del gobierno español  que admite su perfección por considerarse dueña de la Razón, el Orden y la Ley, prohibiendo incluso más democracia. De esa manera, se vive una contradicción del sistema, que para otros gobiernos, aboga por las urnas que combate por sí. ¡Eso significa caerse en su propia trampa!

Pero las consecuencias pueden ir más allá, porque aunque pueden ir fabricando todos los casos en contra de sus adversarios, la realidad existente no puede ser cambiada. La verdad siempre irá triunfando, porque la luz siempre irá apareciendo a pesar de los intentos de  esconderlo todo.

En un mundo donde toma más fuerza la manipulación informativa a través de la creación de “hechos alternativos”, nadie debería sentirse “maestro del control absoluto de la realidad. De hecho ahora, es más fácil que el control de la realidad se le escape de las manos, incluso a los grandes medios que hasta ayer, han venido haciendo y deshaciéndolo todo.

Se puede afirmar que algo ha cambiado: con la construcción de los “hechos alternativos”, ya que ahora sin investigar, se da por buena una información investigada y demostrada como “falsa”. Pero a la vez, sabemos también que algo sigue igual: esa falsedad no puede durar para siempre, aunque desgraciadamente, suele premiar a los detractores.

Tarde o temprano se recogerán los frutos de todos los errores cometidos, a pesar de todos los esfuerzos para ocultar la realidad. En esos tiempos de medias verdades, de mentiras edulcoradas, de “posverdad”, no tardan en reaparecer las  verdades. ¡Está en juego la legitimidad política de los que siempre han pretendido dar clases de democracia!

 

e-mail: sdinali@hotmail.com

América Latina
Se ha enfatizado que el gobierno tiene control de todas las instituciones y decide sobre los procesos del Consejo Nacional Electoral a su conveniencia (Gráfica: Carlos González Penalva / Cubainformación)....
Cubainformación - Foto: Radio Mundial.- Con el 80% de votos escrutados, el Consejo Nacional Electoral anuncia la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales....
Lo último
La Columna
Cuba y Venezuela
Gerardo Moyá Noguera*.- Cuba y Venezuela, como otros países del cono sur, están y estarán siempre en el punto de mira del imperio/EEUU y sus lacayos europeos. No consienten que el socialismo avance como el agua en  es...
La Revista