teleSUR.- El presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela, Diosdado Cabello, declaró que el mandatario del país, Nicolás Maduro, debe iniciar el próximo 10 de enero su nuevo mandato como presidente de la República Bolivariana para el período 2019-2015. Cabello agregó que Maduro se juramentará ante el Tribunal Supremo de Justicia y no ante la opositora Asamblea Nacional.


Venezuela denuncia ante el mundo intento de golpe de Estado promovido por EEUU

Caracas, 06 Ene. AVN

Venezuela denuncia ante la comunidad internacional el intento del Gobierno de los Estados Unidos (EEUU) de consumar un Golpe de Estado contra el Gobierno Constitucional y Democrático del Presidente Nicolás Maduro, "al promover el desconocimiento de las instituciones legítimas y democráticas del Estado venezolano".

La denuncia la hizo el Gobierno Nacional a través de un comunicado emitido este domingo por la cancillería venezolana, en donde recordó que en días recientes voceros del gobierno estadounidense "han desatado una serie de acciones hostiles a partir de falsos supuestos que procuran manipular la verdad, con el propósito de quebrantar la estabilidad institucional y la paz de Venezuela".

Desde que comenzó este 2019, el Secretario de Estados estadounidense, Mike Pompeo no ha cesado en sus ataques contra Venezuela, al menos cinco declaraciones injerencistas ha realizado contra el Gobierno Nacional.

Una de ellas fue el pasado 2 de enero cuando amenazó con "actuar" Contra Venezuela, Cuba y Nicaragua, luego de sostener un encuentro bilateral con el nuevo canciller de Brasil, Ernesto Araújo.

A continuación el texto íntegro

El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela denuncia una vez más ante la comunidad internacional el intento del Gobierno de los Estados Unidos por consumar un Golpe de Estado contra el Gobierno Constitucional y Democrático del Presidente Nicolás Maduro, al promover el desconocimiento de las instituciones legítimas y democráticas del Estado venezolano.

En días recientes, voceros del gobierno estadounidense han desatado una serie de acciones hostiles a partir de falsos supuestos que procuran manipular la verdad, con el propósito de quebrantar la estabilidad institucional y la paz de Venezuela. No conforme con pretender otorgar validez selectiva a las instituciones del Poder Público venezolano, también recurre al tutelaje de gobiernos subordinados de la región y les dicta órdenes para profundizar su asedio y bloqueo contra el Pueblo venezolano.

Esta conducta violatoria del derecho internacional, no es en lo absoluto nueva. Documentos desclasificados, testimonios de funcionarios e investigaciones periodísticas, han demostrado como desde el año 2002 las administraciones estadounidenses se han dedicado a promover, apoyar y financiar acciones violentas al margen de la Constitución y las leyes venezolanas, con el objetivo de generar un cambio de régimen por la fuerza, que les permita recuperar el control sobre los recursos energéticos y minerales que le pertenecen exclusivamente al Pueblo de Venezuela y truncar así la marcha de la Revolución Bolivariana.

La República Bolivariana de Venezuela expresa su repudio y reitera su denuncia sobre esta nueva fase del plan intervencionista y cumple con recordarle a la élite supremacista que gobierna en los Estados Unidos, que no hay acción imperialista que valga, ante la voluntad libertaria de un Pueblo soberano e independiente como el venezolano.
Caracas, 06 de enero de 2019.

 

Asamblea Nacional en desacato se suma al llamado golpista del Grupo de Lima

Caracas, 06 Ene. AVN

La Asamblea Nacional (AN) en desacato juramentó el pasado sábado a su nueva directiva, quedando presidida por Juan Guaidó, representante del partido de ultraderecha Voluntad Popular, cuya primera declaraciones después de ser juramentado fue respaldar al autodenominado Grupo de Lima y sumarse al llamado golpista realizado el pasado viernes por esa coalición conformada por gobiernos de derecha.

En su intervención Guaidó se refirió a las declaraciones injerencista del autodenominado Grupo que llamó al presidente reelecto Nicolás Maduro a ceder el poder a la Asamblea Nacional en desacato para que según esa organización se puedan llevar a cabo "elecciones libres".

Ante esto, Guaidó amenazó con que "Si Maduro se niega a ello, tenemos que lograr la unificación y actuación conjunta de la movilización popular, la Asamblea Nacional, la comunidad internacional y la Fuerza Armada Nacional para que no tenga otra opción", citaron diversos medios.

Al igual que ha hecho en diversas oportunidades el partido político que representa, Guaidó desconoció las elecciones presidenciales legítima del 20 de mayo y el nuevo Gobierno que comenzará Maduro el 10 de enero para el período constitucional 2019-2025.

En su intervención de manera inconstitucional propuso la conformación de un órgano de articulación "para la transición" que según él permita la renovación y designación de "poderes usurpados".

Guaidó no perdió la oportunidad de referirse a la supuesta "crisis humanitaria" que vive el país, y que ha sido el punto de lanza discursivo de los Estados Unidos y su gobiernos satélites en la región para agredir a Venezuela.

En ese sentido señaló que está dispuesto a autorizar la "ayuda humanitaria" y comunicarse directamente con los países que han estado dispuestos a "ayudar" al pueblo de Venezuela.

El resto de la directiva de la Asamblea Nacional en desacato quedó conformado por Edgar Zambrano de Acción Democrática (AD) como primer vicepresidente y Stanlin González como segundo vicepresidente. El primer secretario es Edinson Ferrer de Primero Justicia y el segundo, José Luis Cartaya, coordinador de la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática.

Aunque Guaidó fue electo presidente de la AN en desacato de forma unánime, la fracción opositora 16 de julio, le dio un voto condicionado. Además inició su periodo con la ausencia de más de una decena de sus diputados y una oposición dividida.

 

Negociar el territorio ha sido tradición en la oligarquía criolla

Caracas, 06 Ene. AVN

Cipriano Castro llegó a la presidencia de la República 20 días después de que a Venezuela le fuera usurpado el territorio Esequibo, el 23 de octubre de 1899, para asumir el gobierno de un país sojuzgado por la dependencia económica, el entreguismo e injerencia extranjera, alentados por la oligarquía de entonces.

La República oligárquica instaurada con José Antonio Páez (1830) permitió la acumulación de capital por el latifundio, comercio de importación y finanzas, actividades en manos de 70 familias "símbolo del poder económico nativo, en esos momentos", entre ellos los Matos, Boulton, Blohm, Machado y Zuloaga, detalla Federico Brito Figueroa (2008) en su texto Reflexiones sobre el bloqueo de las costas venezolanas en 1902.

Hacia finales del siglo XIX esta clase social incorporada a la actividad manufacturera, se constituirá como poder económico y recibirá directamente el beneficio de los préstamos solicitados por la República desde el extranjero a través del capital financiero.

Esta clase fue el germen de la burguesía que tradicionalmente invoca a la intervención extranjera a cambio de la entrega del territorio nacional, recibirá financiamiento para la desestabilización interna y promoverá una política exterior venezolana en manos de Estados Unidos (EEUU).

La patria como negocio

Luego de sus primeras incursiones con piratas en las colonias del Caribe y convertirse en acreedora de la monarquía española durante el siglo XVIII, el revanchismo de Inglaterra apuntará hacia España y Francia por su cooperación con la independencia de EEUU.

Inglaterra apoyará la emancipación venezolana y aprovechará la abdicación de Napoleón Bonaparte para obtener la Guayana Holandesa, desde donde, paulatinamente, ocupará la región del territorio Esequibo perteneciente a la Capitanía General de Venezuela.

En 1822, Pedro Gual, secretario de Relaciones Exteriores de Colombia, denunció la incursión de colonos ingleses en "una gran porción de tierra que según los últimos tratados entre España y Holanda nos pertenece del lado del río Esequibo". Esa sería la primera de una serie de usurpaciones que se prolongarán hasta 1884 cuando Venezuela rompa las negociaciones con Gran Bretaña.

El poder económico aprovechó las apetencias inglesas hacia las reservas auríferas y madereras en la región guayanesa para negociar el territorio de la República en función de no perder sus privilegios, ante las demandas de igualdad propugnadas por la Guerra Federal (1859-1863).

"Los prohombres de la oligarquía caraqueña y los latifundistas de los Valles de Aragua, aterrorizados por esa funesta proclama solicitan la intervención de la Gran Bretaña, que obtendría como retribución la incorporación de la Región Guyana Venezolana a su vasto imperio colonial", explica Brito Figueroa respecto a una carta enviada a Su Majestad la reina de Inglaterra.

Siendo diputado por el estado Táchira (1890), Castro denunció: "Gran parte de nuestro territorio guayanés ha sido usurpado por el aventurero inglés". Cinco años más tarde, Gran Bretaña ocuparía militarmente 96 mil kilómetros cuadrados de territorio para apoderarse de Punta Barima (Delta Amacuro) y 643 kilómetros del Orinoco.

Ante la agresión, el gobierno de Joaquín Crespo (1892-1898) apeló a la Doctrina Monroe para cesar la intromisión de Europa en territorio americano y Estados Unidos intervino en las negociaciones creando un precedente diplomático que empleará más adelante. Sin embargo, el 3 de octubre de 1899, en un laudo arbitral firmado en Francia, Venezuela sería despojada de 159.542 kilómetros cuadrados de territorio.

Neocolonialismo e injerencia

Después de 1830, Venezuela era una de las principales zonas del comercio inglés. El imperio británico competía entonces con Holanda, Francia y España por el control de los mercados en la región del Caribe y Suramérica, donde se apoderó de las islas Malvinas (1833).

El apoyo ofrecido en la guerra de independencia se le cobró a la naciente república con el endeudamiento del ejército libertador y los compromisos adquiridos en el siglo anterior por el Estado Monárquico Español.

Luego, la dictadura de José Antonio Páez (1862) y el gobierno interino de Antonio Guzmán Blanco (1866), suscribirán empréstitos por un millón de libras esterlinas, respectivamente, con la firma Baring Brothers & Co., de cuyo cobro se encargará la Casa Boulton & Cía, mediante la hipoteca de los derechos de importación en las aduanas de La Guaira y Puerto Cabello.

El "auxilio financiero" por la vía de los empréstitos en 1816, 1822, 1824, 1862, 1864 y 1896, además de las reclamaciones de los súbditos extranjeros residentes en Venezuela y la imposibilidad de amortización, motivarán la agresión de las potencias europeas contra el país.

Castro comenzará a gobernar (1899-1908) rodeado por los grupos familiares y trusts que controlan la economía desde el septenio de Antonio Guzmán Blanco (1870- 1877), entre quienes surgirá la oposición a su gobierno, con el banquero Manuel Antonio Matos y las compañías New York and Bermúdez Company, Orinoco Shipping Company, Asphalt Company of América, antecedentes de los monopolios petroleros.

La New York and Bermúdez era subsidiaria de la firma estadounidense National Asphalt Co., cuyo propósito era el monopolio en la región y explotaba el "lago de asfalto más grande del mundo" (Guanoco), ubicado en el estado Bermúdez (hoy Sucre), pero el contrato incumplía los compromisos de canalización de ríos.

Advertida sobre una eventual rescisión, la compañía financia al caudillaje comandado por Matos con 130.000 dólares y le compra de un buque, el Bang Righ, como aporte a la "Revolución Libertadora" para derrocar al gobierno, con la esperanza de preservar su contrato y los respectivos reembolsos.

La "ayuda" siempre es internacional

Castro derrotó a Matos, pero no pudo librar al país de la deuda que alcanzaba los Bs 186.558.150,38 por falta de recursos fiscales. Es entonces cuando las potencias movilizan naves de guerra inglesas, alemanas e italianas el 7 de diciembre de 1902, para aplicar un "embargo provisional" a Venezuela.

Y ocurre el Bloqueo. Los representantes del capital nacional y extranjero, luego de varias reuniones con la delegación estadounidense "aconsejaron" a Castro dejar en manos del ministro de Relaciones Exteriores de EEUU, Herbert Bowen, la negociación del conflicto

"Al efecto indicamos respetuosamente que se den poderes plenos al Excmo. Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de los Estados Unidos de Norte América, autorizándole para llevar a término los arreglos indispensables para que cese el conflicto de la manera menor perjudicial al país", reza la carta intitulada Varios ciudadanos al ciudadano general Cipriano Castro, suscrita por HL. Boulton, Nicómedes y Carlos Zuloaga, entre otros.

En acuerdo con la clase económica, Bowen se impuso como representante diplomático de Inglaterra, Alemania y mediador de Venezuela, y basado en la Doctrina Monroe, propuso un arbitraje para contener la eventual ocupación europea en la región y demostrar quién mandaba.

Con Juan Vicente Gómez (1908-1935), se afianzará en el país el paradigma que regirá a las dictaduras y a la democracia representativa hasta 1999: gobernar para la burguesía y con EEUU, último atajo al que todavía apelan dirigentes opositores y algunos de sus simpatizantes, que promueven la intervención extranjera para tomar el poder, sin importarles pagar el precio de perder la soberanía territorial sobre el Esequibo.


Venezuela. La mentira, principal arma de guerra del Grupo de Lima

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein, Resumen Latinoamericano, 4 de enero de 2019

La incertidumbre es una variable siempre presente en el análisis de los temas referidos al funcionamiento del sistema internacional, sobre todo porque es imposible obviar el impacto que factor subjetivo tiene sobre la realidad que se va a estudiar. Sin embargo, los últimos años (en particular desde la llegada de Donald Trump a la más alta instancia de administración del poder de Estados Unidos) han estado impregnados de una alta dosis de indecisión, perplejidad y duda respecto de las decisiones que se toman, y que tienen transcendente influencia en la vida de los pueblos, de los países y del mundo.

En ese marco (cuando la subjetividad y la incertidumbre se manifiestan en tan elevados niveles) las decisiones no dan certezas respecto de su veracidad y posibilidades reales de ejecución.

Se ha tornado natural la presencia de la mentira en el quehacer y en la retórica cotidiana de estadistas y políticos, ya no sólo cuando ésta se utiliza para encubrir delitos o actuaciones al margen de la ley, sino incluso como fundamento para determinadas actuaciones. Recientemente el presidente colombiano, con abierta impudicia y en interés de mostrar total lealtad a Estados Unidos, después de una reunión con el secretario de Estado Mike Pompeo, no tuvo inconvenientes en falsear la historia de manera repugnante al inventar un supuesto apoyo de ese país a las luchas independentistas de Colombia cuando cualquiera sabe que eso jamás ocurrió. Más allá de la anécdota, tal opinión encarna un pensamiento y una voluntad para lograr un objetivo a cualquier precio. Tal hecho hace patente que la ética como principio del quehacer político ha sido definitivamente abandonada por las élites oligárquicas que ostentan el poder gracias al apoyo de los funestos medios de comunicación y las no menos funestas redes sociales inventadas para sostener el poder del sistema que los procreó como instrumentos masivos de engaño. Según el conteo de The Fact Checker publicado por The Washington Post, el presidente Trump mintió 836 veces en sus primeros 6 meses de gobierno, 3001 vez al cumplir 466 días en la presidencia y 4229 veces hasta el 4 de agosto del año pasado al completar 558 días de mandato, o lo que es lo mismo, 7,6 mentiras por día, rompiendo el récord el 5 de julio del año pasado cuando mintió 79 veces, siendo los sensibles temas de migración, problemas económicos, cifras de desempleo y acuerdos comerciales los que han sido de mayor utilización adulterada por parte del presidente de Estados Unidos

Ante estas cifras tan avasalladoras, uno podría preguntarse cuánta certeza puede haber en el análisis si los mismos están basados en los informes del presidente de la nación más poderosa de la tierra si, por ejemplo dice que va a retirar las tropas de Siria de inmediato, y solo unos días después, tras miles de opiniones a favor y en contra en todo el mundo, reuniones de la oposición demócrata, renuncia de algunos de los funcionarios de gobierno muy cercanos al presidente y declaraciones de decenas de líderes en todo el planeta, afirma que jamás le había puesto plazos a dicha retirada. ¿En qué condición quedan los miles de incautos analistas, especialistas y expertos que emitieron profundas y estudiadas opiniones sobre el tema? ¿Se ve dañada su reputación y credibilidad al respecto? Pero, lo más importante es la inquietud que genera para los pueblos no saber a qué atenerse cuando están en manos de mentirosos compulsivos que, así como juegan con la verdad, juegan con la vida y el futuro de millones de personas.

En este sentido, vale la pena referirse a la declaración de guerra contra Venezuela que ha hecho el Grupo de Lima este jueves 4 de enero. Con el fin de justificar tal manifestación de clara agresión a otro país recurren a la mentira más burda al decir que “condenan cualquier provocación o despliegue militar que amenace la paz y la seguridad en la región”. Con esta mentira, han hecho precisamente todo lo contrario: dar el aval para que se realicen provocaciones que justifiquen una intervención militar en Venezuela. ¿Cuál despliegue ha hecho Venezuela?, que no sea el necesario para salvaguardar su soberanía.

No ha sido Venezuela el inventor de los “falsos positivos” para simular información militar y mostrar éxitos encaminados a obtener mayores recursos de Estados Unidos para la guerra, no ha sido Venezuela el país que atacó militarmente a un vecino violando su soberanía, no ha sido Venezuela el que ha permitido que se establezcan bases militares para agredir a otros países, no ha sido Venezuela el país que ha tenido una guerra por más de 50 años en su territorio amenazando permanentemente a sus vecinos por la extensión del conflicto fuera de sus fronteras, no es Venezuela el país cuyo gobierno apoya, financia y entrena paramilitares para realizar operaciones ocultas, masacres y violaciones de derechos humanos, no es Venezuela el mayor productor de cocaína del mundo, con el visto bueno y apoyo de la DEA.

Deben saber los países del Grupo de Lima que los soldados venezolanos portan orgullosos en su uniforme una escarapela que dice “forjador de libertades” porque son herederos de la gesta del ejercito patriota que salió del territorio nacional para ayudar al logro de la independencia y la libertad de pueblos hermanos, entre ellos dos que forman parte del Grupo de Lima y que bajo el mando de Simón Bolívar, nacido en Caracas y de Antonio José de Sucre, nacido en Cumaná (no de George Washington ni de Thomas Jefferson) derrotaron definitivamente al ejército colonial español en Ayacucho y deben saber que esta ha sido la única vez en la historia que las fuerzas armadas venezolanas han salido de su historia. Jamás han apoyado las aventuras militares de Estados Unidos como si han hecho otros, ni tampoco han servido de represores de pueblos hermanos, formando falsas misiones de paz de la ONU que en realidad sirven para defender intereses imperiales. Haití para nosotros sí es la madre patria y como dijo el historiador Yldefonso Finol, el General Petion, si debería considerarse un padre fundador. De paso, vale decir que para nosotros, los pueblos del Cribe si son nuestros hermanos y sus gobiernos dignos representantes a los que no acudimos solo para buscar votos cuando hay elección en la OEA.

Claro, no puede esperarse mucho de las élites peruanas, continuadoras de aquellas que traicionaron primero a San Martín y después a Bolívar o las colombianas que intentaron asesinar a Bolívar, como después lo harían con Sucre.

Estas mentiras que configuran su declaración de guerra obligan a la movilización general del pueblo venezolano para evitar que el enfrentamiento bélico se concrete. Lo único cierto que dice la declaración de guerra del Grupo de Lima es que los problemas de los venezolanos lo deben resolver los venezolanos y que yo sepa no hay nadie del Grupo de Lima que lo sea. Deben saber que si esa guerra se desata, también morirán algunos de los casi 7.5 millones de ciudadanos de los países del Grupo de Lima que viven en Venezuela, sin ningún tipo de restricción ni discriminación, sin que jamás el gobierno de Venezuela esté llorando tragedias como miserablemente lo hacen estos países ante la llegada de los venezolanos.

Debe saber también el Grupo de Lima que si se concretara la agresión a la que le han dado visto bueno, los venezolanos y las venezolanas pelearán como lo hicieron en Boyacá, como lo hicieron en Pichincha, como lo hicieron en Junín, como lo hicieron en Carabobo y como lo hicieron siempre victoriosos en Ayacucho…y después aténganse a las consecuencias.

Los pueblos hermanos de América Latina y el Caribe siempre tendrán en Venezuela un país hermano cuando vengan con la verdad, pero si sus élites quieren utilizar la mentira como instrumento de agresión, deben saber que los fusiles del pueblo venezolano escupirán el fuego sagrado que incinerará a la mentira y a sus adláteres.

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