¿Quién iba a imaginar, hace unos años, que al gobierno de Brasil llegaría un presidente neofascista, anticomunista, militarista, misógico, homófobo y fundamentalista religioso como el actual, Jair Bolsonaro? Pues ahí está. Vamos a hablar sobre la situación en Brasil con Janaina Stronzake, del Movimiento de Trabajadoras y Trabajadores Rurales sin Tierra, el MST, conformado por más de dos millones de personas.
Ver este mismo vídeo en Youtube (calidad HD)
A la pregunta ¿cómo ve el MST la situación de Venezuela?, Janaina Stronzake responde con absoluta claridad: `El MST está con Maduro y con el pueblo venezolano´ en esta ofensiva del imperialismo de EEUU, apoyado por el ejecutivo de Bolsonaro, que es "está sometido a las órdenes de Washington´.
Repasa también las relaciones históricas del MST con Cuba, que comenzaron con la formación de cuadros en la Isla, para después pasar a los intercambios sobre técnicas productivas, principalmente agroecológicas y, ahora, centradas en la formación de médicas y médicos en Cuba.
Reclama también la libertad del expresidente Lula, injustamente preso: `No nos pueden quitar a Lula, una figura que es símbolo de unidad´.
Janaina denuncia los intentos de criminalización de los movimientos sociales por parte del actual gobierno brasileño, así como su carácter militarista: `Jair Bolsonaro incita al uso de armamento y a la agresión directa desde milicias paramilitares y terratenientes contra el MST´. `Quieren provocar miedo´, para fomentar que la gente se arme. Y están dando `carta blanca para matar a la policía militar y a los paramilitares al servicio de los terratenientes´.
Este gobierno defiende los intereses del agronegocio, que se han mantenido intactos. `En Brasil, desde 1530, no ha cambiado el modelo de monocultivo para la exportación, hoy actualizado con la introducción de los transgénicos y los agrotóxicos´. El MST apuesta por todo lo contrario, la soberanía alimentaria y `la diversidad productiva, que también es diversidad cultural y de la propia vida´, añade.
Equipo de grabación: José Manzaneda y Endika Alonso. Edición: Ana Gil.
Visita las redes sociales de Cubainformación:
https://www.facebook.com/cubainformacion
https://twitter.com/cubainformacion
https://www.instagram.com/cubainformacion/
https://www.youtube.com/user/CubainformacionTV/videos
Janaina Stronzake, del Movimiento de Trabajadoras y Trabajadores Rurales sin Tierra (MST): “Desde 1988, miles de miembros del MST de Brasil se han formado en Cuba”
Ver esta entrevista en Cubainformación en papel
Transcripción: Leonardo A. MESA SUERO / Cubainformación.- Sobre la coyuntura en Brasil, con un presidente neofascista, homófobo, misógino, militarista y aliado directo de EEUU, conversamos con Janaina Stronzake, representante del MST, el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil.
Jair Bolsonaro tiene estrechas relaciones con Donald Trump, ha visitado las instalaciones de la CIA, anunció la cesión a EEUU de la base aeroespacial de Alcántara y se ha puesto al servicio de la Casa Blanca para la agresión militar a Venezuela. ¿Todo esto no debería provocar una reacción de soberanismo, de nacionalismo, en el pueblo brasileño?
- Debería. Y lo está provocando en muchísima gente. Pero debemos tener en cuenta la historia de Brasil. Es muy difícil arrancar las marcas dejadas por el colonialismo y la esclavitud. Mucha gente todavía anhela ser como los colonizadores. Aunque mucha gente se irrita por esa política subalterna, sumisa a EEUU, desafortunadamente mucha otra gente la aprueba. Piensan que así llegaremos a ser como EEUU, como Europa. Entre quienes votaron a Jair Bolsonaro hay quienes muestran contento con esa política, pero también hay otra parte que se está levantando, incluso dentro de las fuerzas militares, por esa entrega de la soberanía brasileña.
¿Cómo ve el MST la situación en Venezuela?
- El MST está con el gobierno electo de Nicolás Maduro y está con el pueblo venezolano. Hay que respetar la soberanía de todos los países. Muchos de los problemas que hay en Venezuela fueron y son generados por EEUU y las fuerzas imperialistas con intereses en la región.
El MST también tiene relaciones históricas con Cuba, con organizaciones como el Centro Memorial Martin Luther King y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños. ¿Cómo son estas relaciones?
- Empezaron en los años ochenta. El MST fue fundado en 1984 y en 1988 Cuba ya estaba recibiendo personas del MST para estudiar en la Isla. Miles de personas del MST han estudiado en Cuba. Luego hemos trabajado en el intercambio de técnicas y prácticas productivas agrícolas, y experimentaciones.
En las dos últimas dos décadas hemos sumado, además, la formación de médicos y médicas. En Cuba se han formado más de cien médicos y médicas del MST que están atendiendo al pueblo. Brasil es un país muy carente de personal de salud y la medicina es para la élite.
Precisamente una de las primeras medidas de Bolsonaro fue romper el acuerdo de Brasil, la Organización Panamericana de la Salud y Cuba, en el marco de la iniciativa “Más médicos”. Cuba retiró más de 8 000 profesionales. ¿Cómo se vivió esto dentro del MST?
- El programa “Más médicos” garantizó que mucha gente en Brasil tuviera atención médica. Mucha gente jamás había visto un médico en su vida. Y durante años tuvieron miles de cooperantes de Cuba, con una perspectiva de medicina humana, que trata a la gente como personas dignas, no como tantos médicos brasileños que tratan a la gente como basura.
Que se cerrara el programa no nos causó sorpresa. Cuba no se va a arrodillar ante un gobierno de ultraderecha, que tiene la responsabilidad de que tantos miles de profesionales médicos de Cuba no estén ahora atendiendo a la gente en Brasil que tanto lo necesita.
El Movimiento Sin Tierra impulsa desde hace ya décadas la reforma agraria integral y un modelo agrícola que camine hacia la soberanía alimentaria, por la vía de la agroecología. Un camino muy a contracorriente del agronegocio que ahora protege, como nunca, el gobierno, ¿no es así?
- Totalmente a contracorriente. La agricultura de Brasil se basa, desde hace siglos, en el monocultivo en grandes extensiones de tierras, en latifundios, en la producción de bienes para la exportación hacia las metrópolis. Nada ha cambiado que no sea el paquete tecnológico. Si antes usaban esclavos, ahora usan aviones y drones, una altísima carga de venenos, de pesticidas y plaguicidas, y usan semillas modificadas, transgénicas.
Cuando el MST propone recuperar la producción a pequeña escala, local, la producción y la alimentación sanas, cuando prioriza combatir el hambre que hay en Brasil en vez de producir soya para el ganado europeo y estadounidense, el choque es inevitable. Brasil hoy es el mayor consumidor mundial de plaguicidas, pesticidas y herbicidas, y el nuevo gobierno ha batido el récord de liberación de estos venenos, que llegan a la mesa brasileña y a las de tantos países.
La idea de monocultivo también provoca mono pensamiento, lleva a una estandarización no solo de la agricultura sino también de las personas y de la propia naturaleza. Nuestra propuesta es de “pluri”, de “multi”, de diversidad; de diversidad de producción que promueva la diversidad de personas, la diversidad de pensamiento, la diversidad social y natural.
Bolsonaro, de igual modo, ataca a los pueblos indígenas, ¿también para favorecer el agronegocio?
- Desde que los portugueses llegaron hay un genocidio de las naciones indígenas. Eso poco sale en la prensa, pero en 2020 los indígenas siguen siendo perseguidos, asesinados, desaparecidos, empujados al suicidio, ¡tal como en 1500! Es un hecho, una práctica, que responde al agronegocio. ¿Qué ocurre con este gobierno? Que, al dar carta blanca al agronegocio, al armar a los terratenientes, al estimular a las milicias paramilitares, al eximir de responsabilidad a la policía, está refrendando que ese genocidio siga. Están tratando de quitarles los territorios a los indígenas.
Están abriendo los territorios indígenas a la explotación minera, sin su consentimiento. Sin cumplir siquiera el estatuto de las naciones indígenas. Eso lleva al exterminio, probablemente total, de las naciones indígenas que todavía viven en Brasil.
Otro caso emblemático es el del lawfare y encarcelamiento del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, por cuya libertad –y a pesar de ciertas contradicciones con los gobiernos del Partido de los Trabajadores– el MST luchó en primera línea. ¿Por qué?
- La campaña “Lula libre” aunó a millones de personas. Lula es una gran figura, se ha convertido casi en un mito, es un líder mundial. Su gobierno sacó a 40 millones de personas del hambre. Lula se convirtió en un símbolo de la esperanza de poder vivir, en Brasil, como personas.
Lo que hizo el MST fue tratar de denunciar un proceso judicial absolutamente irregular. No debió estar en la cárcel. No hay pruebas contra Lula. Y cada vez queda más claro el porqué de su encarcelamiento: la acción del capital transnacional, que tenía que quitarlo del medio. Cuando lo encarcelaron, inmediatamente, al lado de la prisión, se organizó el campamento “Lula libre” en Curitiba. ¡No nos pueden quitar a Lula! La campaña “Lula libre” fue más allá de Lula, es la campaña “Pueblo libre”, la campaña para mantener la esperanza de que sí podemos.
