teleSUR.- El analista Bruno Sgarzini, explicó los resultados de la elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, en las que el presidente Mauricio Macro sufrió una derrota, a manos del opositor Alberto Fernández del Frente de Todos. Entre otros elementos, apuntó, el fracaso de las políticas económicas y la represión social. Empieza un escenario político complicado, aseveró. “El mañana es muy complicado. Argentina necesita una presidencia que hable con la verdad”, acotó.


 

EEUU y las elecciones en América Latina

Juan Manuel Karg  - Cubadebate

Primero fue Evo Morales Ayma: el presidente boliviano, que busca un nuevo mandato, denunció a fines de julio que EEUU había enviado agentes de inteligencia a su país, en vías a reunirse con la oposición a su gobierno de cara a las elecciones de octubre próximo. “Quiero que sepan, el Departamento de Estado de Estados Unidos está enviando sus agentes de inteligencia. Estamos informados: están reuniéndose con algunos comités cívicos. ¿Qué estarán planificando? ¿Qué mentira estarán inventando otra vez?” dijo el Jefe de Estado, que suele confrontar públicamente con el país del norte, con una agenda anti-imperialista, desde antes de llegar al gobierno.

Luego fue Rodolfo Nin Novoa, canciller de Uruguay: afirmó días atrás que EEUU «se mete en la campaña electoral» uruguaya. ¿Qué fue lo que provocó el encono del canciller del Frente Amplio? La decisión de EEUU de emitir un alerta a los turistas que visiten Uruguay en torno a la inseguridad. «Es notorio que el tema de la seguridad está en la campaña electoral en Uruguay. Hay un plebiscito planteado (Vivir sin miedo) para reformar la Constitución y endurecer las medidas para combatir el delito. Es uno de los ejes de campaña del Partido Nacional» recordó Nin Novoa, vinculando la campaña doméstica de la derecha con el anuncio de EEUU.

Es interesante otra frase de Novoa para graficar porqué cree que EEUU intenta un cambio de gobierno en Uruguay. «No tengo ningún dato más que la historia de Estados Unidos en los últimos 50 años» afirmó el canciller, con gran poder de sintesis. Si bien tiene razón en cuanto a los frondosos antecedentes, por ahí no hace falta ir tan atrás: el ex presidente Lula da Silva, en sus recientes entrevistas en la cárcel de Curitiba, denunció el involucramiento del Departamento de Justicia de EEUU con el juez Moro, algo que aparece con sutileza en los chats filtrados por el periodista Glenn Greenwald. Moro, que condenó a Lula, es ahora Ministro de Bolsonaro, quien llegó a Planalto por esa condena. Viene bien recordar la secuencia completa para darnos cuenta del absurdo que fue aquella elección en el país más importante del continente.

En Argentina, la connivencia del actual presidente de la Nación con EEUU viene de larga data: el periodista Santiago O´Donnell documentó como Macri, cuando era Jefe de Gobierno, pedía en la Embajada de EEUU mayores presiones sobre Néstor Kirchner y aseguraba que Washington era «pasivo y permisivo» con el ex presidente, algo que se desprende de los cables filtrados en Wikileaks. El antecedente directo era el «No al ALCA» de 2005 en Mar del Plata, en el cual Kirchner tuvo una destacada actuación como anfitrión, junto a Lula y Chávez. Luego del kirchnerismo, Macri llegó a la Rosada: se vinculó primero con Obama, apoyó a Hillary Clinton y, tras su derrota, giró velozmente a un trumpismo irreflexivo e incondicional, bajo la necesidad de que este lo apoye en el rescate del Fondo Monetario Internacional.

Visto estos antecedentes, y reflexionando sobre lo que sucede en Bolivia y Uruguay, surge una pregunta crucial: ¿cómo estará actuando EEUU en la decisiva elección de Argentina, aquella que puede cambiar la correlación de fuerzas a nivel regional? Es tarea del mundo académico y periodístico investigar rigurosamente y responder sin vacilaciones a esa pregunta, decisiva para el futuro de una democracia no tutelada en nuestro país. En estas elecciones presidenciales Argentina no solo define quien se sienta en Balcarce 50: también define si tendrá (o no) márgenes de autonomía en un mundo que va camino a una confrontación cada vez más nítida entre EEUU y China, como lo muestra la escalada arancelaria y una posible guerra de monedas. Por los ejemplos que hemos visto en este artículo, y como parte de esa misma puja con China, EEUU está decidido a tener un rol cada vez más activo -y ampliamente cuestionable- en nuestra región. Es tarea de las y los latinoamericanos poner un freno a ese injerencismo. ¿Será Argentina la nueva punta de lanza, tal como sucedió en 2005 en Mar del Plata?

Argentina. Elecciones 2019. Macri y su gobierno castigado en las PASO

Por Julio C. Gambina/ Resumen Latinoamericano/ 12 de agosto 2019

Era previsible la derrota de Mauricio Macri y su ampliada alianza contra la fórmula del peronismo hegemonizada por el kirchnerismo, pero no de la magnitud en que aconteció. La diferencia fue por 15,57 puntos, cuando en general se anticipaba una diferencia de 5 puntos porcentuales. En términos absolutos se trata de 11.622.020 (47,65%) a 7.824.996 (32,08%) votos.[1] Son 3.797.024 votos más a favor de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.

Se trata de una diferencia prácticamente imposible de remontar hacia las elecciones de octubre próximo, lo que anticipa una resolución electoral de renovación presidencial en primera vuelta, excluyendo la posibilidad del balotaje. Ni sumando al oficialismo la totalidad de la votación restante (Lavagna 8,22%; Gómez Centurión 2,63%; Espert 2,18%), excluyendo a la izquierda (Del Caño 2,86%), alcanza para contrarrestar la derrota de la fórmula Macri y Pichetto.[2]

La derrota arrastró a la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, quien parecía imbatible hasta hace muy poco.

¿Qué ocurrió? ¿Qué ocurrirá?

El factor económico ha sido relevante. La inflación, la recesión y su regresivo impacto social determina el voto castigo a la administración Macri.

La conclusión es extensiva en todo el territorio, incluso en aquellos distritos en que el gobierno mantuvo la primacía sobre la oposición peronista, Ciudad de Buenos Aires (44,71% a 33,04%) y Córdoba (48,18% a 30,39%), donde la oposición liderada por los Fernández disminuyó las diferencias de elecciones anteriores y acrecentó su caudal de consenso.

Se trata de un voto castigo extendido territorialmente y que actuó sobre una amplia base de sustento en grandes ciudades y habilita un debate sobre el que hacer económico en la Argentina.

El discurso de Alberto Fernández, luego de conocido el resultado, defendió una postura favorable a la educación y la salud pública, al tiempo que fue crítico con la quita de derechos que suponen reformas laborales y previsionales.

Ahora se espera que se explicite detalladamente la política económica, relativa al modelo productivo y de desarrollo, que satisfaga la demanda electoral de la abrumadora mayoría, lo que supondrá debates al interior de la coalición. Vale recordar que la designación de Alberto Fernández para encabezar la fórmula supuso una ampliación por derecha de las alianzas electorales.

El condicionante del acuerdo con el FMI es un asunto esencial, no solo por los pagos comprometidos, sino por las condicionalidades del ajuste y las regresivas reformas estructurales.

Una incógnita es la respuesta del gobierno.

La primera fue de sorpresa y parálisis, con un Macri que solo atinó a sustentar la “apertura de la economía”, sin asumir el rechazo del sentido principal del voto.

No se deben esperar cambios sustanciales, solo intentarán sostener el rumbo hasta la entrega del gobierno. Ello supone intentar contener la cotización del dólar a costa de las reservas y sustentando altas tasas de interés y el festival de las LELIQ.

El mensaje del oficialismo sugiere seguir dando batalla electoral con el sostén económico del FMI en un marco de inestabilidad y volatilidad financiera que puede agravar las condiciones sociales de la mayoría de la población, especialmente con alzas de la cotización del dólar y su impacto en la inflación.

Solo son las primeras impresiones de un acontecimiento político, las PASO, que impacta en la disputa política más allá del fenómeno electoral y que interviene en el humor social por demandas económico-sociales que exigen inmediatas respuestas.

Resulta interesante pensar el tiempo que se abre desde ahora, ya hacia la elección de octubre y la asunción de un nuevo gobierno el 10/12. La incógnita apunta a considerar como se procesarán estos días de transición a un nuevo momento político en la Argentina.

Buenos Aires, 12 de agosto de 2019

[1] Ministerio del Interior. Recuento Provisional de Resultados. Habilitadas: 100.156 mesas. Computadas: 98.831 (98,67%). En: https://www.resultados2019.gob.ar/enr#/ (consultada el 12/08/2019)

[2] Solo se consideran los votos de las 6 fórmulas presidenciales que sumaron más del 1,5% de los votos y por ende competirán en octubre próximo. $ fórmulas no alcanzaron el piso necesario del 1,5% de la votación.

 

Argentina. Elecciones 2019. Qué significa el triunfo opositor. El mensaje llegó

Por Luis Bruschtein/ Resumen Latinoamericano/ 12 de agosto 2019

El Mago Sin Dientes, en soledad.

Macri reconoció “una mala elección” sin dar cifras, sin explicar por qué, no le habló a los argentinos, sino al grupito que estaba en su búnker. Y después los mandó a dormir. Pero estaba en el aire el estruendo de una derrota espectacular. Está en el aire. Tendría que haber sido una elección que no definía casi nada. Pero la intensa expectativa que vibraba en todo el país la convirtió en una prueba de fuego para el Gobierno.

No se puede gobernar contra el pueblo. No se puede gobernar como si el pueblo no existiera. No se puede, a pesar del respaldo de las grandes corporaciones de medios y del capital concentrado. La voluntad popular pudo sobreponerse a ese poder inmenso, a esa maquinaria portentosa que convirtió a la Argentina en una sociedad de odios y egoísmos. Una sociedad que enviaba a vivir a la calle a los más vulnerables y después los acusaba de falsarios, de militantes y activistas pagados por la oposición para convertirse en cadáver anónimo congelado en una calle de la ciudad más rica del país.

El voto de estas PASO que no iba a tener ninguna importancia, que no definía nada, que parecía una sobreactuación republicanista, de repente, ruidosa, aparatosamente, se llenó de significados valiosos, como si la política recuperara el espíritu que había perdido entre Smartmatic, Cambridge Analytica, los trolls de Marcos Peña y las fake-news de “grandes periodistas argentinos”.

Intervienen muchos factores. Muchos dirán que la gente votó por el bolsillo. Seguramente. Y otros dirán que ha sido fruto de la estrategia de unidad y amplia convocatoria del peronismo en la oposición. Seguramente. Y en esa estrategia surgen las figuras de los dos principales protagonistas, los que dieron el puntapié inicial: Cristina y Alberto Fernández.

Pero lo más importante es que ese mensaje llegó, fue escuchado, elaborado y apropiado por el pueblo que se expresó en ese voto que iba a ser algo lavado y ahora se ha convertido en una lección para la historia de la política. El mensaje llegó. Era el que algunos reclamaban y el que muchos querían escuchar. De esa relación que define a la comunicación como política y a la política como comunicación surge lo mejor del pueblo y lo mejor de la política.

Cuando Macri pidió que se fueran a dormir, hubo muchos que salieron a festejar. Es el planeta que Macri no pudo entender, que le es ajeno como experiencia de vida. No es parte de su sensibilidad y lo que han demostrado sus políticas es que ese universo que salió a festejar, cuando formó parte de sus reflexiones, fue para encontrar la forma de doblegarlo, de sustraerle las herramientas con que construye sus derechos, de debilitar su organización, engañar su dignidad y la conciencia de sus derechos.

Los que salieron a festejar este voto lo hicieron porque quieren desterrar la ideología de “le hicieron creer a un trabajador que con su salario podía irse de vacaciones o comprar un celular”, el cinismo de convertir los derechos en una mentira. Se festeja que esa frase que condena a los trabajadores a una vida indigna pase a la historia, sea arrancada del sentido común perverso que instalaron los medios oficialistas.

Está en el contenido de este voto. Igual que la frase dicha al Rey de España sobre la “angustia” que sintieron los próceres cuando declararon la independencia. Resuena, se la puede escuchar en esos números contundentes a pesar de que Smartmatic se cayera. En esa cantidad de votos críticos retumba la vergüenza que sintieron los argentinos al escuchar al presidente decirla.

Macri pierde gobernabilidad. Si Fernando De la Rúa se tuvo que ir en helicóptero antes de terminar su mandato, Macri será uno de los pocos que no habrá podido reelegir a pesar de desearlo. Y entreverada en la derrota de Macri está la enorme responsabilidad de la cúpula radical que sostuvo a De la Rúa y después abrazó esta experiencia retrógrada que dejará al país en una situación más grave aún de la que dejó De la Rúa.

Los festejos se escucharon hasta el Río Bravo. La llegada del proyecto macrista había sido mostrada como modelo ejemplar contra los populismos. Fue el héroe de la primera cumbre de Davos a la que asistió. Pero le palmeraron la espalda y nunca invirtieron un solo peso en la producción. Los amigos de Macri vinieron a especular y endeudar, aconsejaron al Fondo Monetario que endeudara al país hasta las pestañas para controlar cualquier acto futuro de rebeldía contra las políticas neoliberales de saqueo y dependencia.

Y el Fondo transgredió todas sus normas para darle el 62 por ciento de toda su capacidad de préstamo a un solo país, que además no tenía la aprobación parlamentaria. Una deuda ilegal cuyo objetivo fue sostener la campaña para la reelección de Macri o, en su defecto, condicionar al gobierno que lo sucediera.

Esas ideas que se escucharon y escribieron en los medios oficialistas como si fueran de una lógica incontrastable, como si fueran axioma o ley bíblica o regla de la naturaleza, describieron a un macrismo retrógrado, conservador, muy a la derecha. En lo esencial no está tan lejos de Bolsonaro.

Pero la derecha hace su juego y los distintos factores del poder económico hacen los suyos. Nadie se sorprende. La gran novedad había sido el voto que los respaldó. Una sociedad que se mostraba como el rebaño que marcha al matadero.

La respuesta tenía que venir también del voto, porque de otra forma se hubiera debilitado la democracia. Si el voto podía ser manipulado por las falsas noticias de las maquinarias mediáticas, respaldadas por funcionarios judiciales venales y servicios de inteligencia, la democracia empezaba a perder sentido.

Tenía que venir del voto. Y a pesar de la fabulosa maquinaria adormecedora y mentirosa del poder, el pueblo recibió el mensaje, se lo adueñó y lo hizo expresión en el voto. Y la democracia se volvió esperanza otra vez.

América Latina
Venezuela denuncia plan de la extrema derecha para cantar fraude electoral teleSUR De igual manera, Jorge Rodríguez denunció la «instalación de centro opositor» en Miami para cantar fraude sobre las presidenciales d...
Cubainformación.- El Comité de Apoyo a Julian Assange en Estocolmo, Suecia, rindió un emotivo homenaje a este héroe del periodismo libre (sin mordazas) en el jardín de la Casa de la Solidaridad de Estocolmo....
Cubadebate - Foto: EFE.- La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) confirmó este viernes que al menos 40 migrantes murieron y otros resultaron heridos tras incendiarse la nave que los trasladaba frente a las costas de Cab...
Lo último
La Columna
La Revista