El País.- El ministro de Exteriores asegura que las elecciones de diciembre son inamovibles: “No hay ninguna posibilidad de que nosotros violemos la Constitución”


El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza (Caracas, 1973), es el principal interlocutor del Gobierno de Nicolás Maduro en el tablero internacional. De sus gestiones dependen las relaciones y los contactos que Caracas mantiene con sus aliados y también con algunas de las principales instancias internacionales. Pese a las tensiones permanentes, el chavismo no ha perdido canales de comunicación ni siquiera con Washington. En los últimos días el presidente venezolano y sus colaboradores cargaron contra la misión independiente de verificación nombrada por la ONU por un durísimo informe sobre la situación de los derechos humanos en el país y advirtieron a la Unión Europea de que, pese a sus peticiones y las de dirigentes opositores como Henrique Capriles, las elecciones parlamentarias convocadas para el 6 de diciembre son inamovibles. “No hay ninguna posibilidad de que nosotros violemos la Constitución”, zanja Arreaza, que conversó con EL PAÍS este lunes por videoconferencia. Ambos, en su opinión, son intentos de deslegitimar al Gobierno y fortalecer a la oposición.

Pregunta. Hace un mes parecía haberse abierto una puerta que hoy, al menos si atendemos a las declaraciones de la Unión Europea y del propio Gobierno venezolano, está nuevamente cerrada. ¿Han mantenido nuevos contactos con Bruselas en los últimos días para hablar de las elecciones, de la posibilidad de que la UE acuda a Venezuela tras ese cruce de comunicados?

Respuesta. Ese tema con los dos delegados que viajaron a Venezuela se habló con mucha claridad. Se explicó la realidad, la posición y creo que ya hay que seguir viendo hacia al futuro y trabajar nuevos temas. Lamentablemente no hubo la disposición de la Unión Europea. Si bien necesitaban un tiempo para una misión electoral completa, han podido enviar algún tipo de delegado, de misión técnica. Lamentablemente no fue así. Nosotros seguimos hablando con Josep Borrell, hoy mismo, pero no necesariamente del tema electoral.

P. ¿Ve alguna forma de reanudar el diálogo antes de diciembre?

R. La posición de la UE, el tiempo que requieren para una misión electoral, es inamovible y la Constitución venezolana tiene dos fechas inamovibles, que son, para el presidente la toma de posesión el 10 de enero del año que corresponde, y para la Asamblea Nacional el 5 de enero. Así que el 5 de enero del año 2021 debe juramentarse una nueva Asamblea Nacional elegida por el pueblo venezolano. Nosotros reiteramos que cualquier modalidad de presencia de la UE y de sus países miembros como observadores, acompañantes, como quieran, es bienvenida en Venezuela.

P. ¿Pero no hay ninguna posibilidad de que el Gobierno se avenga a hablar o a considerar un aplazamiento de esa votación?

R. Es que no hay ninguna posibilidad de que nosotros violemos la Constitución. Sencillamente estaríamos incurriendo en una falta constitucional. Las elecciones deben ser en el año 2020 para que la Asamblea Nacional se juramente en el 2021, el 5 de enero. Ahí no hay discusión posible y esta ha sido la posición venezolana desde el principio. Lo que procuraba la oposición permanentemente era postergar, antes de la pandemia incluso, el proceso electoral. Y es una fórmula que no existe en la Constitución. ¿Qué están buscando ellos? Un mejor momento político. Están fracturados, divididos, el liderazgo de la persona que ellos reconocieron el año pasado [Juan Guaidó] está en el suelo. Tienen diferencias. No podrían ir este año con fórmula única. Lo que quieren es un mejor momento político, ganar tiempo. Ese es el juego de la oposición y la UE se ha sumado, pero nosotros tenemos que jugar nada más que el juego de la Constitución y las fechas son muy claras y son taxativas, no son cuestionables ni postergables.

P. Ustedes apelan a la Constitución para argumentar que las parlamentarias deben celebrarse en diciembre. Pero hay otro factor y es que la pandemia está golpeando a todo el mundo y dificulta la elección en esta coyuntura en Venezuela. En países de América Latina se han pospuesto las elecciones y en muchas partes del mundo. ¿No cabe una excepción en una situación de emergencia sanitaria mundial con el fin de lograr un acuerdo lo más amplio posible?

R. Eso sería de nuevo un pretexto. En Chile hay un plebiscito en unos días. En Italia hubo un referéndum, en España hubo unas elecciones regionales...

P. Pero se pospusieron...

R. En muchos países de Europa, en Bielorrusia, en Rusia, en situaciones sanitarias mucho más complicadas que las de Venezuela. En Venezuela tenemos lamentablemente 650 personas fallecidas, tenemos 70.000 casos, pero tenemos un 1% de letalidad. Nosotros no podemos violar la Constitución venezolana por una presión internacional con un pretexto sanitario. Si la situación en Venezuela fuese la de Brasil, la de Colombia o la de Chile se pudiese evaluar, pero no es ni lo será. Nosotros no tenemos culpa de las torpezas de la oposición venezolana, de que se sumen a los planes de EE UU, de que tratan de imponer un Gobierno fake, de que luego se arrepientan, se dividan, se fracturen.

P. La UE en los últimos meses ha emprendido un camino distinto al de Washington en sus relaciones con Venezuela y de alguna manera se ha convertido en un interlocutor estable. ¿No les preocupa que una negativa a negociar una nueva fecha por parte de Venezuela rompa esos canales?

R. No, no nos preocupa, primero porque confiamos en la madurez de la UE. Insisto, la negativa aquí no es del Gobierno en postergar las elecciones. La fecha de las elecciones está en la Constitución. La negativa es de la UE para enviar algún tipo de misión electoral a Venezuela. Y no nos preocupa en absoluto, de hecho ya estamos hablando de otros temas, del Consejo de Derechos Humanos, temas de cooperación. Si ellos no quieren participar, ¿cómo los obligamos?; si no quiere participar la oposición venezolana, seguir por el golpe continuado, derrocar al presidente Maduro por la vía de la violencia, ¿cómo los obligamos? Nosotros cumplimos con nuestro trabajo y le cumplimos al pueblo de Venezuela. Los demás tienen que asumir su responsabilidad.

P. ¿Han tenido nuevas conversaciones con Henrique Capriles, que había manifestado su intención de participar en esas elecciones?

R. Con ese sector de la oposición venezolana el propio presidente se reunió a principios de año en dos oportunidades. Jorge Rodríguez creo que ya perdió la cuenta y finalmente se fue decantando la posición de un grupo hacia la democracia y de otro de mantenerse en un plan gringo golpista, y, bueno, quedaron los que quedaron. Se llegaron a acuerdos importantes con ese sector de Henrique Capriles, Stalin González y otros, más los miembros de la Mesa Nacional de Diálogo. De ahí se produjeron no solo los perdones e indultos que tuvieron peso y un costo político para la base chavista importante. Dejar en libertad a quienes intentaron matar al presidente, derrocar al Gobierno, quienes fueron responsables de violencia política en el año 2017. Aquí se dio un perdón absoluto a quienes estuvieron con las armas al lado de los militares el 30 de abril del año pasado en un golpe de Estado. Y eso en algunas bases es pensar que se está promoviendo la impunidad. Pues no. De lo que se trata es llegar a acuerdos, a la reconciliación, a encuentros y se dio ese paso al frente. Se dieron otros pasos en cuanto a las garantías electorales incluso extremos, de supervisión conjunta del proceso... Ahora bien, si el señor Capriles recibió mucha presión... Hemos sabido que las personas que se inscribieron para ser candidatos han recibido presiones de todo tipo, no me atrevo a decir, porque no tengo las pruebas, incluso qué tipo de presiones han recibido. Pero sí han sido presionados y así lo reconocen. La oposición venezolana debe terminar de independizarse de Estados Unidos.

P. ¿Ustedes estaban dispuestos a levantar cargos a Leopoldo López y a Juan Guaidó?

R. Esas eran especulaciones.

P. Por eso le preguntamos.

R. Se trabajó en conjunto con este grupo de la oposición para buscar mayor participación y además se venía proponiendo, en todos los procesos de diálogo, el indulto, el perdón a personas que participaron de hechos violentos contra la Constitución venezolana en pro de una reconciliación nacional para que esto ocurriera. Una mayor participación electoral es mejor para el país.

P. Borrell afirmó que no aplazar la elección dificultaría una salida negociada, democrática a la crisis de Venezuela. ¿Qué supondrían unas nuevas elecciones sin reconocimiento de gran parte de la comunidad internacional? ¿Le preocupa?

R. Quizá a mí como canciller me tiene que preocupar, pero al pueblo venezolano no le importa en absoluto si la UE o si España o si Eslovenia o si Georgia reconocen o no reconocen a sus poderes. No tiene nada que ver con nuestra vida cotidiana, con nuestra lucha contra el bloqueo, con nuestra necesidad de reactivar el aparato productivo, de tener un nuevo marco legal que nos permita enfrentan las agresiones a nuestra economía. Ese es el interés del pueblo venezolano.

P. La crisis se ha agravado en medio de la pandemia. Escasez de combustible, el país está más cerrado al exterior, cortes de luz, gas… En los últimos días se han registrado nuevas protestas, también en el interior, en las últimas semanas. ¿Asumen que incluso muchos de sus votantes están descontentos?

R. Ha habido problemas de suministro de combustible por el bloqueo de EE UU, no es por la crisis en general ni por la pandemia. Es porque EE UU no permite que lleguen los buques necesarios para procesar la gasolina en Venezuela. Y, sin embargo. se está restableciendo la normalidad del suministro. El tema de los cortes de luz y gas lo estamos viviendo desde hace varios años precisamente por la complejidad de una economía que no te permite importar. Las protestas este año han sido mínimas con respecto a las que hubo el año pasado y el anterior. El problema de este año es la pandemia como lo es en todo el mundo. Que hay electorado descontento con la revolución, electorado chavista que no está contento por los problemas que hay, que hay muchos venezolanos confundidos, seguramente es así. Porque esa es la intención de las sanciones y los bloqueos. Léanse el libro de Richard Nephew, asesor de Obama en materia de sanciones. Es precisamente eso, el objetivo número uno de las sanciones multilaterales es crear dolor en el pueblo del país sancionado para que ese pueblo se rebele contra sus autoridades.

P. ¿Están dispuestos a hacer alguna concesión, a admitir que al menos algo han hecho mal o cometieron algún error?

R. Por supuesto, nosotros somos humanos, no somos extraterrestres o divinos. Somos hombres y mujeres en una revolución en un país con muchos recursos naturales y una filosofía de construcción de un modelo socialista. Es muy complejo esto. Pongan ustedes a Joseph Stiglitz en el Ministerio de Finanzas de Venezuela y díganle que corrija cualquier política económica. No va a ser capaz de hacerlo. Porque cuando toma una decisión a buscando un resultado b, el resultado va a ser z. Nosotros más bien hemos hecho un gran esfuerzo. Ahora viene una legislación especial, una ley contra el bloqueo que nos va a permitir enfrentar la agresión. Esto es una guerra no convencional. Por otras vías. Y hay muchos actores en la guerra, no solo EE UU. Y nosotros no nos estamos solo defendiendo, estamos viendo la ofensiva. Pero no es sencillo. Y si en esa guerra hemos cometido errores, no tenemos problema en reconocerlo.

P. ¿Qué errores han cometido?

R. En materia económica, habría que revisar. Si se tomaron decisiones a tiempo, si el tema de los aumentos salariales para luchar contra la inflación fue efectivo, si hemos debido proteger nuestros activos legalmente antes de que nos los robaran, si hemos debido tener esos recursos que nos bloquearon en EE UU o en Europa en otras partes del mundo. Si hemos tenido que tomar alguna previsión en materia de la industria petrolera para tener stock suficiente. Si hemos debido acelerar procesos con la República Popular China, con Rusia, de mayores inversiones en Venezuela. Todo eso está para la revisión crítica.

P. Dejando de un lado la economía, es importante hablar de derechos humanos. El reciente informe de una misión de verificación de Naciones Unidas es extremadamente duro. Habla de violaciones gravísimas de los derechos humanos, crímenes de lesa humanidad... Ustedes han hecho una enmienda a la totalidad de ese documento. ¿Qué excesos han cometido en materia de derechos humanos?

R. Esa misión es una misión de expertos independientes que pagó muy bien el Consejo de Derechos Humanos para que hiciera un informe. No es un informe de las Naciones Unidas. No ha sido aprobado por el Consejo ni por la Asamblea General. Si yo contrato a unos expertos para que hagan un informe sobre migración, puedo usar esa opinión o no, pero no es un informe de la Cancillería. No vinieron a Venezuela y nosotros estábamos trabajando con Michelle Bachelet, con su equipo, que están en Venezuela. Han ido a todos los sitios a los que han querido ir y han comprobado la realidad de lo que ocurre en Venezuela, no como estos señores que lo hicieron con mando a distancia. Es un absurdo darle validez a esa misión. ¿Qué excesos se pueden cometer en Venezuela? Los que se pueden cometer en cualquier país del mundo. Algunos han cometido muerte de personas que no estaban vinculadas con algunos hechos, todos ellos están detenidos y están procesados.

P. Hace un año y medio nos dijo que mantenían algún canal, pese a todo, también con Washington. ¿Hay contactos en los últimos días? ¿Y con quién?

R. Hay contactos. Personalmente, tengo contacto con James Story, que parece que es el embajador ante Venezuela desde Bogotá. Tenemos contactos permanentes y hay contactos por distintas vías con el señor Elliott Abrams y con otros actores que no tengo autorización para decirles. Y con los demócratas siempre ha habido contactos.

P. ¿Y de qué hablan?

R. Nosotros hablamos siempre del levantamiento de la agresión, de las sanciones y que nos permitan vivir en paz y que respeten al pueblo venezolano. Ofrecemos diálogo respetuoso para con ellos, ofrecemos incluso inversiones en Venezuela en términos respetuosos con nuestra Constitución y nuestras leyes, de que cese la agresión.

P. Ha dicho que están en guerra y que no es una guerra convencional. ¿Hasta cuándo cree que se va a prolongar dadas las circunstancias?

R. Lo que busca el imperialismo es ganar esta guerra por la vía de la rendición, de la capitulación. Un día aquí con Elliott Abrams, como que a qué isla se iba a vivir Nicolás Maduro, si era Cuba u otra isla del Caribe. O como me ofreció a mí también Abrams que me fuera a vivir a los EE UU con mi familia, que era muy buena persona, que ellos me daban seguridad, casi que me ofreció una nueva identidad. Y han tratado pues de llevar la situación a un punto tal de que ese sea el resultado. Si no es ese el resultado tratarán de hacerlo por la vía del magnicidio, matar a Maduro, a Diosdado Cabello. La operación mercenaria que se dio aquí o la misma operación mercenaria de la misión de derechos humanos. Al final es el mismo objetivo, matar política y moralmente a Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.

P. ¿Pero cuál es su sensación? ¿Esta situación va a seguir prolongándose durante tiempo?

R. Estamos preparados para cualquier escenario. Si el día de mañana llegan la UE y EE UU y dicen que van a cesar esta agresión, muy bien, se levantan las sanciones y salimos adelante. Pero si el día de mañana se imponen 700 sanciones más, nos desconocen a la Asamblea Nacional, a los alcaldes, los gobernadores, los maestros, nosotros vamos a seguir adelante. No van a poder derrocarnos. Van a fallar en esa estrategia. Esto es un maratón y nosotros somos maratonistas expertos. Ellos no lo son, ellos se van a desesperar.

 

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