Por Alberto Mas, corresponsal de Cubainformación en Buenos Aires.- Las reacciones inmediatas ante las medidas adoptadas por Donald Trump en EEUU y los dichos de Milei en Argentina, motivaron una inmediata respuesta de gobiernos y de la sociedad argentina.
No son casualidades la instalación de gobiernos de extrema derecha, cuasi fascistas, en éstos últimos años en el mundo.
La nueva asunción de Donald Trump en los Estados Unidos y la composición de su gabinete muestra que nada es casual, los milmillonarios en acción directa, sin intermediarios, un nuevo formato del imperialismo se hace cargo de la política de Washington, los grandes fondos de inversión, la banca y la industria armamentística han tomado la administración de la Casa Blanca en forma directa. El imperio atendido por sus propios dueños.
El imperialismo descripto por Vladímir Ilich Lenin ha mutado, no en su esencia, si en su conformación, acción y objetivos inmediatos.
Este nuevo imperio ha impulsado mundialmente una extrema derecha irracional e impuesta a fuerza de millones de dólares y el servicio de los medios de comunicación hegemónicos y redes sociales, logrando imponer gobernantes impresentables, brutos, incultos y de dudosa estabilidad psicológica, podemos nombrar a Milei en Argentina, a Bolsonaro en Brasil o a Zelensky en Ucrania, con un único objetivo, apoderarse de la totalidad de los recursos naturales para trasladarlos al norte y la eliminación de los Estados Nación.
El saludo nazi de Elton Musk en la ceremonia de asunción de Trump es el brutal ejemplo de lo que son capaces de hacer.
El discurso de Donald Trump, anunciando su deseo expreso de anexar el Canal de Panamá, Groenlandia y Canadá y de recuperar para su territorio la producción de bienes que las empresas tienen diseminadas en el exterior, imponiendo aranceles comerciales a México, Canadá y China, además de la cuestión simbólica representativa del nuevo poder de querer cambiar el nombre del Golfo de México por Golfo de América, una nueva manera de exponer el “América para los Norteamericanos”
Esto ha generado en los países afectados una rápida reacción, que aún no se puede dimensionar como afectará a la economía, tanto de Estados Unidos como como de los sancionados.
Los dichos de Javier Milei en Davos, degradantes hacia la comunidad LGTB+ y sus tweets amenazantes hacia los que él considera “zurdos” (en resumen, todos/as/es los que se crucen en su camino de sumisión a los designios políticos y económicos del nuevo imperio) provocaron una ruptura de la inercia social que no lograba salir de las respuestas sectoriales y estancas.
La autoconvocada asamblea realizada en el Parque Lezama de la colectividad LGTB+, llamando a una marcha, ante el despropósito del lenguaje utilizado y las acusaciones totalmente homofóbicas y racistas de Milei, bajo la consigna «La vida está en riesgo. ¡Basta! Al closet no volvemos nunca más”, tuvo una rápida respuesta de los organismos de Derechos Humanos, los movimientos sociales y organizaciones sindicales, la consigna se transformó en «Marcha del orgullo antifascista y antirracista» y la sociedad toda salió a la calle, mas de dos millones de personas marcharon en todo el país.
Los carteles que se veían en las movilizaciones, hechos mayoritariamente artesanalmente por quienes los portaban, ampliaban los reclamos a lo que le está sucediendo a este pueblo con las medidas económicas que viene tomando, todas a favor de los grandes capitales, restringiendo las inversiones en salud, educación, obra pública, condenando a muerte a los enfermos de cáncer y a los jubilados al retirarles medicamentos, reducción de compra de los salarios, despidos en el Estado y cierre de pymes, para generar un superávit primario y de esa forma pagar la deuda con el FMI y entregar los recursos nacionales a los inversores norteños para tratar de generar un saldo contable favorable en las reservas.
También pudo verse movilizaciones en el resto del mundo, de Nueva York a Berlin, pasando por Roma, Lisboa, Amsterdan, Londres, Barcelona, Madrid y Paris, en Nuestra América, San Pablo, Rio de janeiro, Florianópolis, Santiago de Chile, ciudad México, Montevideo, entre otras ciudades.
Indudablemente hay hechos que pueden convertirse en una bisagra de la historia, recordemos el 2001, cuando el presidente Fernando De La Rúa declaró el estado de sitio, todo voló por los aires, 39 muertos y 500 heridos, según las fuentes oficiales, dejó la represión al levantamiento popular.
Hoy, como en el 2001, no hay conducción política de la oposición popular al desmadrado accionar gubernamental. Congreso, centrales sindicales, partidos políticos, no están en condiciones de dirigir ni coordinar la protesta. Lo viejo se cae, lo nuevo no surge, recordemos la consigna de los años setenta “con los dirigentes a la cabeza, o con la cabeza de los dirigentes”
Todo apunta a que sea con la segunda parte de la frase, la gran pregunta es ¿Cómo, cuándo y quienes liderarán la resistencia a éste nuevo modelo que impone el imperio y plateará la construcción de una nueva sociedad, solidaria, igualitaria, equitativa, sin excluidos económicos ni sociales?
La pelota está rodando en el campo de juego.