Vivian Lesnick - The Huffington Post.-  El asesino vive más feliz que nunca en Miami, por supuesto.En mi documental, The Man of Two Havanas (El hombre de las dos Habanas), mi padre, Max Lesnik, dice, "Miami es como un infierno donde todo está patas arriba, el asesinato se califica de heroico y las acciones terroristas como acciones de heroísmo..."

Hace referencia a Luis Posada Carriles, quien no está en las noticias en el día de hoy.  No apareció en las noticias de hoy, ni tampoco estuvo en las noticias del pasado jueves, cuando fue liberado de prisión y devuelto a Miami.  Sin embargo, apareció en las noticias en Cuba porque es el autor del sabotaje de un avión cubano donde perecieron 72 inocentes, incluido el equipo completo de esgrima cubano.  Este fue el primer acto de terrorismo en una línea aérea en nuestro hemisferio.  El primero de todos, se los aseguro.  Verifíquelo...

Entonces, ¿Por qué Luis Posada fue puesto en libertad en vez de mantenerlo en prisión según las disposiciones de la Ley Patriótica?  ¿No es para eso esa ley?  El que estornude en Kabul, puede ir a parar al instante a Guantánamo, si tiene suerte...  Si no, a una prisión subterránea en las afueras del Cairo.  Pero si es Luis Posada, el niño mimado de los congresistas cubano-americanos de derecha de la Florida, entrenado y agasajado por la CIA, entonces quizás los 72 muertos de 1976 no sean bastantes para invocar la Ley Patriótica.

Bien, ¿qué hay acerca de su más reciente acusación?  Luis Posada entró campante en Miami después de haber sido indultado por la presidenta saliente de Panamá, quien de manera coincidente, veranea en Key Biscayne; donde la elite de derecha cubano-americana se encuentra y saluda con presidentes y conciertan con habilidad acuerdos para su propio beneficio.

Pero espere, ¿de qué se le acusó en Panamá?  ¿No estaba tratando de asesinar a Fidel Castro, la espina comunista que Estados Unidos ha tenido clavada durante 47 años y más?  Bien, sí, el caso es que en realidad estaba tratando de hacer volar el auditorio de la Universidad donde estaba programado que Castro pronunciara un discurso en un lugar abarrotado de personas.  Las autoridades confiscaron 200 libras de explosivos plásticos C-4.  Para quienes de ustedes no tengan conocimiento, 200 libras de C-4 habrían hecho volar en pedazos el auditorio y habrían provocado la muerte de cientos de estudiantes panameños. Sin embargo, esto tampoco es suficiente para que el gobierno de Bush aplique las disposiciones de la Ley Patriótica.  A fin de cuentas, no es lo mismo que hubiesen sido universitarios estadounidenses, ¿verdad?

El gobierno de Bush quiere simplemente dejar a Luis Posada en libertad.  Él los pone en situación embarazosa y pone de manifiesto que la “Guerra contra el terrorismo” es sencillamente un instrumento político.  La Ley Patriótica se aplica de manera selectiva.  Se aplica de manera liberal a nuestros enemigos y de manera conveniente se pasa por alto para nuestros amigos.  La doble moral se pone de manifiesto en todo en su esplendor para que todo el mundo la vea.  Pero nadie la está viendo porque los medios de comunicación fundamentales han guardado silencio sobre el caso de Luis Posada Carriles.

Con los tiroteos que están ocurriendo en nuestros centros de enseñanza provocados por niños que portan armas bajo el efecto de antidepresivos, ¿quién se va a preocupar por un par de cientos de estudiantes panameños, para no mencionar un par de docenas de esgrimistas cubanos?Nada, caso cerrado.  No hay nada que ver en este asunto, amigos.  La noticia no corre y, debido a ello, Luis Posada Carriles pronto andará caminando por las calles del Miami, a donde pertenece el héroe, para que todo el mundo lo vea.La niñez de la cineasta Vivien Lesnik Weisman se estropeó con los sabotajes y amenazas de muerte a su padre, Max Lesnik, antiguo amigo de Fidel Castro.  En El Hombre de las dos Habanas, ella explora la participación de su padre en la Revolución, su exilio en la Pequeña Habana, en Miami, y su regreso posterior a Cuba para ayudar a poner fin al embargo.  Ella emplea grabaciones de sonido muy confidenciales, por lo que también se adentra en la fascinante historia de las relaciones cubano-americanas. Vivian Lesnik Weisman nació en La Habana, Cuba.  Se graduó de Licenciatura en Historia en el Barnard College e hizo un Doctorado en Jurisprudencia en la Escuela de Derecho de Nueva York.  Luego obtuvo una Maestría en dirección artística en la Escuela de Cine y Televisión en la Universidad de California, Los Ángeles.  Este es su primer documental.