Juana Carrasco Martín - Juventud Rebelde.- La farsa no tiene fin, se estira como una goma de mascar, pero no se traga: cinco cómplices de Luis Posada Carriles se han declarado ya culpables de obstruir la justicia, una señora de ojos vendados para no ver los verdaderos delitos del terrorista, y que apenas pone en la balanza el falso peso de los delitos migratorios, la entrada ilegal en Estados Unidos o la posesión de documentos falsos.

Con puro cuento se enmascara el prontuario criminal del asesino en el proceso de El Paso, Texas, donde este jueves el llamado Departamento de Justicia de EE.UU. informó que Rubén López Castro y José Pujol se «confesaron culpables» ante la magistrada federal Kathleen Cardonne, quien antes escuchó similares «revelaciones» de entorpecimiento del irrisorio proceso de parte de otros tres compinches de siniestras aventuras: Ernesto Abreu, Osvaldo Mitat y Santiago Álvarez Magriñá.

Es la versión miamense de la omerta (ley del silencio) mafiosa: los cinco bandidos se niegan a testificar ante un gran jurado federal sobre cómo fue que Luis Posada Carriles entró en territorio de EE.UU. en 2005 para buscar cobija en las entrañas del monstruo que lo tuvo ¿y lo tiene? de soldado de abyectos propósitos. Pobrecitos, dicen las agencias cablegráficas que pueden recibir hasta diez años de prisión, mas nadie cree en tal posibilidad, y es más probable que reciban en su momento un perdón presidencial.

Desde el 2005, dineros de los contribuyentes estadounidenses —esos que viven a diario atemorizados por la propaganda de que pueden ponerle una bomba aquí, o un polvito de ántrax allá— se despilfarran en el intento inútil de determinar sobre las falsas declaraciones de Posada Carriles en su solicitud de la ciudadanía estadounidense en septiembre de aquel año, en su vía de ingreso a EE.UU. en marzo, en sus rutas, métodos y acompañantes.

Hojarasca para ocultar las torceduras del árbol y sus frutos podridos: terrorismo y asesinato en el caso de la voladura del avión de Cubana en octubre de 1976 que dejó 73 pasajeros y tripulantes muertos; terrorismo y asesinato cuando organizó los atentados con bomba en hoteles y restaurantes de La Habana, uno de los cuales segó la vida del joven turista italiano Fabio Di Celmo; terrorismo, torturas y asesinatos cuando fungía como jefe de agentes represivos en Venezuela bajo el nombre de Comisario Basilio; terrorismo, narcotráfico y asesinatos cuando participaba en la guerra sucia de Reagan y Oliver North en Centroamérica; terrorismo, asesinato y desapariciones en el Plan Cóndor.

Sí, todo es burla y paja...

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William LeoGrande, decano emérito de la Facultad de Asuntos Públicos de la American University en Washington, D.C. Foto: American University Washington DC....
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