Néstor Núñez - AIN.- Prosigue en medios alternativos mundiales el rechazo al nuevo burdo empeño de agredir y aislar a Cuba, tras la denuncia del periódico norteamericano The New York Times sobre la prohibición establecida por la Casa Blanca al acceso del público estadounidense a sitios digitales y páginas web de diferentes puntos del planeta, a partir de que sus contenidos se relacionan con la Isla.

Según se informó, unas 557 empresas y tres mil 719 dominios.com fueron bloqueados por la Oficina de Control de Archivos del Departamento del Tesoro sin previa notificación, ni a sus promotores, ni a los usuarios de la propia Unión.

Con esa práctica discriminatoria se confirma una vez más el monopolio que Estados Unidos ejerce sobre el universo mediático global, un verdadero privilegio en manos de los poderosos y muy lejano aún para la depauperada mayoría del planeta.

Quienes hablan de libertad de información no tienen reparos en cercenarla a capricho, incluso intentar asfixiarla del todo como en el caso de la mayor de las Antillas, privada por la guerra económica de Washington de acceder a enlaces de alta velocidad y a la tecnología de punta en materia de comunicaciones y digitalización.

Reciente ejemplo al respecto es la nueva falacia de Reporteros Sin Fronteras, que pretende azuzar la cruzada anticubana desarrollada desde hace años por encargo de la CIA. Esta vez sus mentiras las encubre bajo el ‘’sacrosanto’’ Día Internacional por la Libertad de Expresión en Internet.

Por demás, al territorio caribeño le está prohibido, como consecuencia de la agresividad norteamericana, beneficiarse de servicios como el Google Earth u otros que ofrece el popular buscador Yahoo.

Mientras, a escala mundial el monopolio y manipulación del universo informático por los poderosos se hace ostensible cuando se revisan algunas cifras.

El sitio World Internet Usage Statistics informó que de más de seis mil 600 millones de habitantes del orbe, solo unos mil 320 millones tienen acceso a la red de redes, es decir, apenas 20 por ciento de la población global.

Las diferencias por área confirman tamaños desniveles. Mientras en América del Norte los usuarios representan 71 por ciento de la población regional, y en Europa esa cifra suma 43 por ciento, los africanos con cobertura de Internet son menos del cinco por ciento de los pobladores de tan poblada zona geográfica.

Entre los menos favorecidos se incluyen también los latinoamericanos, con 22 por ciento de internautas, y Asia con poco más de 13 por ciento, a pesar de sus casi cuatro mil millones de habitantes.

De manera que la realidad resulta evidente y clara. Los poderosos, y en especial la opulenta sociedad consumista norteamericana y sus violentos impulsores, se erigen no solo como los dueños virtuales del uso de Internet, sino, además, en censores globales para intentar mantener la red de redes a su exclusivo servicio y ajena a las opiniones, criterios e interpretaciones alternativas.