Con la analgesia ese acto natural es completamente indoloro, pero nos faltan las bombas de infusión y los catéteres, y Estados Unidos no permite adquirirlos .

Luis Hernández Serrano - Juventud Rebelde.- «En gran medida el bloqueo yanqui también impide el parto sin dolor de la mujer cubana», afirmó en el VIII Congreso Centroamericano y del Caribe de Anestesiología, Reanimación y Dolor, el doctor Víctor José Vasallo Comendeiro, secretario de la Sección de Anestesia Obstétrica de la Sociedad Cubana de esta especialidad.

«Nuestras mujeres pujan, gritan y lloran durante ocho o diez horas en su trabajo de parto. Con la analgesia ese acto natural es completamente indoloro. Y cuando no lo logras aliviar, lo quitas en un 75 u 80 por ciento. Pero nos faltan las bombas de infusión y los catéteres, por ejemplo, que cuestan mucho dinero; solo los tienen los países desarrollados y los yanquis no nos dejan adquirirlos».

Dijo Vasallo Comendeiro que a partir de la creación el 7 de abril de la referida Sección de Anestesia Obstétrica, uno de sus objetivos es revertir la idea de que es normal que la mujer para con dolor.

«El dolor hace que la mujer tenga mucho más estrés materno, que los niños puedan nacer mucho más deprimidos y que ella coopere menos con el equipo obstétrico que la atiende».

Ya se están haciendo intentos en varias maternidades del país y en particular en Pinar del Río y Ciudad de La Habana. Los anestesiólogos son los que aplican esa analgesia.

«No es anestesia —explicó el doctor Vasallo Comendeiro—. Es analgesia con el mismo medicamento, a otras concentraciones y volúmenes que quitan el dolor. La mujer entonces puede caminar, hacer su trabajo de parto y parir sin sufrimiento.

«Ya estamos pensando qué vamos a hacer en el próximo cuatrienio para impulsar este humano recurso médico.

En hospitales cabecera solo un diez por ciento de las embarazadas paren sin dolor. A partir de ahora uno de nuestros perfiles principales será introducir en las maternidades de forma prioritaria esta analgesia».

En el Congreso también se conoció que los anestésicos locales, los antiinflamatorios y los derivados de la morfina, que también se emplean para el parto sin dolor, en lo esencial sí se producen en Cuba, pero no la tecnología que el bloqueo impide adquirir