Aunque esas decisiones dejan intacto el bloqueo de Estados Unidos contra el país caribeño, el mandatario las consideró constructivas, ya que según él envían un mensaje de que la Casa Blanca quieren ver una transformación.

A tono con la retórica de anteriores administraciones norteamericanas hacia Cuba, Obama habló de enviar mensajes sobre temas de derechos humanos y libertad de expresión, entre otros.

En este sentido, expresó desacuerdos con el sistema electoral cubano, al considerar que los dirigentes en la isla no son electos de forma democrática, tesis refutada la víspera en esta misma cumbre por el presidente ecuatoriano, Rafael Correa.

"Se piensa que como en Cuba no existen elecciones al estilo de las democracias occidentales no existe democracia. No se logra entender desde un punto de vista incluso etnocéntrico, con mucha prepotencia muchas veces, que pueden haber formas alternativas de democracia", indicó Correa.

Obama reconoció sus desacuerdos en varios temas con presidentes de países de América, pero dijo estar a favor de eliminar el estancamiento en las relaciones con algunas naciones.

"Tenemos nuestras diferencias pero debemos y podemos trabajar en áreas de interés común", alegó el mandatario.