Julian Assange, fundador de Wikileaks
Pedro Pablo Gómez – La pupila insomne.- Se le denominan verdades de perogrullo a aquellas cuestiones que resultan evidentes para cualquier persona hasta con un nivel mínimo de inteligencia; así preguntar de qué color era el caballo blanco de Napoleón, resultaría un ejemplo clásico de este tipo de afirmación, o como diría un criollo: “esto se cae de la mata”.
No tengo el gusto de conocer hasta los días de hoy al ciudadano australiano nombrado Julian Assange, sólo conozco a su persona por dirigir el espacio digital conocido como Wikileaks, el cual tuvo a bien publicar más de 400 mil documentos del Pentágono estadounidense, donde se ponían en evidencia los crímenes y abusos cometidos por los soldados norteamericanos y sus satélites nativos en los invadidos pueblos de Iraq y Afganistán.A pesar de las amenazas provenientes desde Washington, Assange dio conocimiento a la opinión pública internacional de la información comprometedora de los secretos de la realidad ocurrida en estos países, supuestamente defendidos en nombre de la democracia made in USA.
Ahora los medios de comunicación de los países cercanos al gobierno de Estados Unidos, difunden la información de que Assange está acusado en Suecia de violación y violencia sexual, hecho este que realmente en casos semejantes no aparecen en ningún periódico o medio; desconozco la inocencia o culpabilidad de Assange en el caso a él atribuido por la fiscal sueca Marianne Ny, ni la velocidad con que lo han circulado en Europa, con la orden de detención para hacer declaraciones sobre el caso.
Según los abogados de Assange desde Londres, él estuvo de acuerdo con ir a la embajada sueca y en responder por teleconferencia; lo cual no ha aceptado la fiscal del connotado caso del supuesto violador.
Para nosotros los cubanos, que llevamos más de 50 años enfrentados con la guerra sicológica utilizada por todos los medios contra Cuba y donde las cadenas de mentiras eslabonadas en estos tiempos, sólo confunden a quienes quieren dejarse confundir; es demasiado evidente que después de las revelaciones de Wikileaks, los cerebros de Washington no se quedarían de brazos cruzados para ir contra aquel australiano capaz de desafiar sus amenazas. Resulta muy fácil mover sus influencias como “dueños del mundo” y organizar una cruzada para descaracterizar y llenar de lodo a la persona que ellos quieran.
Repito que no conocemos a Assange; pero sí conocemos a sus enemigos y lo que son capaces de hacer, con tal de lograr sus propósitos; mentirán, sobornarán, asesinarán de ser necesario, para demostrar su poderío y para ello cuentan con los medios de comunicación adecuados que den el tratamiento deseado a sus fines, además de contar con la máquina cada vez más maltrecha, de fabricar billetes verdes sin respaldo real pero capaces de comprar conciencias allí donde la necesitan.
No creo para nada en la acusación contra Assange en este caso y no hace falta mucho análisis, para decir como un cubano cualquiera: “verde con puntas, es guanábana”.
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