Allí se presentaron con La cucarachita Martina y Abracadabra, última producción del grupo dirigido por Alberto Cremata, en la que los niños se transforman en personajes de aventuras y narran la historia de Los Cinco antiterroristas cubanos presos en los Estados Unidos desde 1998. La función fue en la iglesia Kay de la Universidad de las Américas, de Washington DC, con cientos de personas de todas las edades disfrutando del quehacer mágico de los pequeños.
La sorpresa linda del espectáculo fue la llamada de René González, uno de Los Cinco, recién salido de la cárcel pero cumpliendo tres años de libertad supervisada, quien habló alrededor de una hora con los niños, que hasta le cantaron El Mayor. Olito, protagonista de un próximo filme sobre La Colmenita, fue el último de los muchachos en hablar con René, y después de preguntarle a Tin (Alberto Cremata) cuando era el estreno, le dijo, entre las risas de los presentes: “por si acaso, yo te voy a guardar un puesto en el cine Chaplin, en primera fila”. Los colmeneros también tuvieron otra llamada sorpresa en Washington, la de Tony (Antonio Guerrero), otro de los Cinco antiterroristas cubanos encarcelados, al que felicitaron y le cantaron por su cumpleaños 53. Así mismo los otros tres héroes también se comunicaron con los pequeños artistas.
La niña de 21 años que es La Colmenita, cumple una invitación de la Fundación Brownstone y de Comité Internacional por la Libertad de Los Cinco y tiene programadas presentaciones en escuelas, centros culturales estadounidenses y una función especial en la sede la ONU, poco antes de que se produzca el voto anual en el máximo organismo internacional sobre el bloqueo a Cuba.
Las almas sensibles se conmueven, verdaderamente, con estos 22 niños de entre 5 y 15 años de La Colmenita, declarada Embajadora de Buena Voluntad por la UNICEF en el 2007. Pero su presencia en los Estados Unidos nubla la razón de los personajillos de la extrema derecha cubano-americana de Miami. La primera en aullar fue la señora congresista Ileana Ros-Lehtinen, quien solicitó a la administración de Barack Obama una inmediata explicación por el otorgamiento de visas al reconocido grupo teatral infantil cubano.
En carta a la secretaria de Estado Hilary Clinton, la presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, dice que concederles visa a “una organización que esta promoviendo a espías convictos como héroes, en alusión a los Cinco cubanos presos en Estados Unidos por monitorear organizaciones terroristas de Miami, a la que ella, por supuesto, tutela, es un insulto.
Diríamos que el insulto es de ella y de los terroristas de su manada, como Luis Posada Carriles. Insulta a Cuba quien como la famosa loba feroz, es Presidenta de honor del Comité de Apoyo a Posada Carriles, terrorista confeso, organizador de la voladura del avión cubano, donde murieron 73 personas. Nos insultó su actitud de tratar de impedir por todos los medios a su alcance, el regreso a Cuba del niño Elián González y nos insulta a cada minuto cada vez que emite algunas de sus cavernícolas declaraciones, como esta sin sentido contra los pequeños representantes de la Isla, a los que considera “un peligro" para la seguridad nacional.
Si no fuera, porque hay mucho odio visceral y mucha mala fe de su parte, por no llamarla por otras palabras con nombre y apellido, le recomendaría a la susodicha congresista, que vaya de inmediato a un psicoanalista. De verdad, no se me ocurre otra cosa, luego de ver sus últimas diatribas contra el grupo teatral infantil, en la que insta, además a suspender todos los intercambios culturales y educativos con Cuba y habla de un supuesto turismo sexual en el país.
Nada, que esta loba feroz dejó chiquito al de La Caperucita Roja, el de las orejas y boca grande que se quiere comer a Caperucita, en el clásico cuento infantil.
