Agencia EFE.- El Gobierno de Cuba ha inaugurado, dentro de la Sección de Intereses Cubanos en Washington, el Bar Hemingway, en homenaje al célebre escritor estadounidense y como parte de un esfuerzo de La Habana de tender puentes con la opinión pública en este país.


"Me han preguntado muchas veces en las últimas semanas el por qué de este humilde homenaje nuestro a Ernest Hemingway. Bien, la respuesta está en lo poco que se dice o escribe en Estados Unidos sobre la estrecha relación de esta figura transcendental de la literatura con Cuba", explicó anoche el titular de la Sección de Intereses de Cuba, Jorge Bolaños, durante el acto de inauguración.

Hemingway pasó una cuarta parte de su vida en Cuba, cuando su obra literaria gozaba del mayor esplendor, y fue durante ese período cuando recibió el Premio Nobel de Literatura por su novela "El viejo y el mar".

"Su amor por Cuba se vio reflejado en muchas partes de su obra", señaló Bolaños, al recordar que, al regresar a EE.UU. en 1960, gravemente enfermo, Hemingway exaltó la revolución cubana.

Al ingresar en la Clínica Mayo fue acosado por los periodistas y al ser preguntado sobre Cuba, Hemingway respondió: "Nosotros, la gente de honor, creemos en la Revolución", recordó el diplomático.

"Eso, para nosotros los cubanos, fue el adiós de Hemingway", puntualizó Bolaños, ante un variado grupo de invitados.

Como el embargo prohíbe las transacciones comerciales entre los ciudadanos en ambos lados del estrecho de la Florida, el bar ofrecerá bebidas como los "mojitos" o el "daiquiri Hemingway" de forma gratuita pero no estará abierto al público.

La Fundación de la Finca Vigía, que lleva el nombre de la propiedad donde vivió Hemingway en las afueras de La Habana, prevé montar exposiciones culturales y educativas sobre la vida y obra del autor estadounidense durante sus dos décadas en la isla.

Sin embargo, el que haya gente dentro y fuera de Cuba que comparte una apreciación por Hemingway no se traduce automáticamente en una mejora en las relaciones bilaterales, según los observadores.

La apertura del bar se produce en unos momentos en que persisten las fricciones entre Washington y La Habana sobre el embargo, los derechos humanos y el libre mercado, entre otros asuntos.

"No ha parado de llamar gente a nuestra puerta para preguntar si algún día podrían probar nuestro ron y habanos", dijo Juan Lamigueiro León, vicejefe de la Misión Diplomática.

Un bar con ron y puros traídos de Cuba al lado de la Casa Blanca

Fernando Peinado - BBC Mundo.- La escena habría podido provocar una redada policial en cualquier otro lugar de Estados Unidos: decenas de personas fumando puros Cohibas y bebiendo mojitos hechos con Havana Club, el ron del gobierno comunista cubano.

Pero los sospechosos, muchos de ellos políticos estadounidenses y diplomáticos destacados en Washington, no estaban violando el embargo. Fueron invitados este jueves por la "Embajada cubana" en EE.UU. a la inauguración del Bar Hemingway.

El bar está a unos veinte minutos a pie de la Casa Blanca, dentro de la "Embajada", que debido a la ausencia de relaciones formales es conocida como Sección de Intereses Cubanos.

No estará abierto al público y sólo podrán consumir en él -de forma gratuita- los invitados.

Pero al parecer, muchos estadounidenses querrían tener ese privilegio. "Desde que la información se filtró a la prensa en agosto no ha parado de llamar gente a nuestra puerta para preguntar si algún día podrían probar nuestro ron y habanos", le asegura a BBC Mundo Juan Lamigueiro León, vicejefe de la Misión Diplomática.

La idea de dedicar un bar al escritor estadounidense Ernest Hemingway, que vivió 21 años en Cuba, surgió durante una remodelación del salón donde los diplomáticos cubanos celebran sus recepciones.

"El salón se parecía al palacio de Versalles", explica Lamigueiro. "Era muy poco cubano".

"Así que decidimos convertir el almacén anexo en un bar dedicado a Hemingway". 

Un personaje común

Las paredes de la sala están decoradas con fotos de Hemingway en Cuba. En algunas de ellas, el Premio Nobel aparece junto a Fidel Castro, a quien conoció en 1960, tras el triunfo de la revolución.

Poco después, Hemingway regresaría a EE.UU. para someterse a tratamiento médico y acabaría suicidándose en 1961.

Con el tiempo se convertiría en un símbolo cubano más. Dos bares que solía frecuentar el escritor, el Floridita y la Bodeguita del Medio, son hoy dos de los mayores atractivos turísticos de la Habana Vieja.

Su casa en las afueras de La Habana, Finca Vigía, es un museo que alberga miles de sus cartas, manuscritos y otros documentos.

A quienes promueven su figura como puente entre Cuba y EE.UU. les gusta decir que Hemingway se sentía cubano y estadounidense.

Y en ocasiones como las de este jueves, el legendario escritor les permite a cubanos y estadounidenses reunirse para que, tomando un mojito y fumando un habano, hablen de un personaje común.

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