Arthur González - El Heraldo cubano.- El 23.11.2011 el sitio “Capitol Hill Cubans” publicó una declaración del candidato presidencial Douglas Richard, sobre la posible estrategia para liberar al norteamericano Alan Phillip Gross”, detenido en Cuba por ejecutar acciones para derrocar a la Revolución, bajo la fachada de ser un contratado por la USAID.


Según el senador Richard es necesario, obligar a la Administración de Obama de adoptar un conjunto de medidas de presión hacia Cuba, la que contempla entre otras:

• Suspensión de todos los vuelos civiles entre los EE.UU. y La Habana.

• Emisión de avisos a los navegantes y aviadores para suspender los viajes hacia o desde Cuba a través de EE.UU. imposibilitando utilizar el espacio aéreo y las aguas (incluyendo la zona económica exclusiva).

• Suspensión de todas las transacciones financieras a Cuba desde los EE.UU.

• La cancelación de visas de EE.UU. en poder de cualquier funcionario cubano, incluida la misión de la ONU de Cuba en Nueva York.

Es evidente lo que busca el senador Douglas Richard, más Guerra Económica contra Cuba para ganarse la gracia de los congresistas de origen cubano, a fin de que lo apoyen financiera y políticamente en su campaña, pues todo el que desea sentarse en la Casa Blanca, sabe que el respaldo de la mafia de origen cubano es importante, porque esta, con el soporte que les dio el ex presidente Ronald Reagan, lograron cambiar la política exterior norteamericana en el caso de Cuba, convirtiéndola en un aspecto de política doméstica.

Pero lo que no dice el Senador es que Alan P. Gross violó las leyes cubanas, al cumplir las órdenes que recibió de los Servicios Especiales Norteamericanos, bajo la fachada de la USAID.

Según el sitio Web de la USAID, su programa para Cuba tiene como meta favorecer una transición rápida y pacífica a la democracia, eufemismo para decir que trabajan para derrocar a la Revolución. ¿Es esto legal en los Estados Unidos?

Si Cuba empleara una organización gubernamental para ayudar a los ocupantes de Wall Street a lograr una transición rápida y pacífica hacia el socialismo, ¿Cómo lo interpretaría el gobierno norteamericano? ¿Sería visto de forma amigable por ellos? El senador Richard debería estudiar lo que acordó la Asamblea General de la USAID durante su reunión de mayo del 2008, para la distribución de nada menos que 45,7 millones de dólares, asignados por el propio gobierno yanqui para provocar la ruptura del proceso revolucionario cubano. ¿Esto es legal y noble?

Pero también la USAID en este mismo concilio, aprobó promover el envío clandestino de material electrónico a Cuba, valiéndose de intermediarios, favorecer los viajes de agentes a nuestro país, empleando “licencias humanitarias” para realizar evaluaciones en el terrero. Además, acordó hacer llegar a la Isla propaganda, celulares y equipos de comunicaciones modernos, computadoras y software, lo mismo que realizó Alan P. Gross en Cuba y por lo que fue detenido, juzgado y sancionado.

Alan P. Gross no vino a nuestro país a disfrutar de las playas cubanas, a pesar de que arribó con visa de turista, lo cual viola las leyes norteamericanas, pues los ciudadanos de Estados unidos tienen prohibido hacer turismo en Cuba. Vino cumpliendo los objetivos de la USAID de trabajar por lograr una “ Transición rápida y pacífica hacia la democracia ”, lo mismo que establece el Plan de Acción Encubierta de 1960 aprobado por el entonces presidente Eisenhower, que con otras palabras por ser un plan secreto de inteligencia, dice que el objetivo es derrocar al gobierno de Fidel Castro e instaurar uno más aceptable para los EE.UU.

Como se sabe, el plan actual de la USAID contra Cuba es similar al empleado por la CIA para derrocar al gobierno polaco. En este sentido, el presidente Reagan firmó una directiva secreta en 1982, sobre la decisión de Seguridad Nacional, conocida como la NSDD-32, la cual autorizó un grupo de medidas para llevar a cabo operaciones encubiertas en Polonia que incluían propaganda y ayuda organizativa al Sindicato Solidaridad; promoción de los derechos humanos, presiones económicas y el aislamiento diplomático, casi lo mismo que propone ahora el senador Richard.

Además, la NSDD-32 acordó suministrar a la contrarrevolución polaca, ayuda técnica en periódicos y revistas, transmisiones, propaganda clandestina, financiamiento, ayuda organizativa, asesoramiento, abastecimiento de teléfonos, radios de onda corta, cámaras de video, fotocopiadoras, computadoras y otros equipos más, a través de agentes norteamericanos.

Lo mismo que hacen contra Cuba y para lo que fue enviado Alan P. Gross 27 años después, pero con los nuevos avances tecnológicos como son los equipos de comunicación satelital de última generación BGAN, que introdujo en la Isla, “casualmente” similar a otro entregado por la CIA en la Habana a un supuesto agente de ellos que trabajaba para la seguridad cubana, agente que también era orientado y abastecido por un supuesto funcionario de la USAID y viejo oficial de la CIA.

Coincido con el Senador Richard en que la familia Gross merece algo mejor, pero el pueblo cubano también merece que se le permita construir la sociedad que desea y que cesen los actos terrorista contra Cuba, la Guerra Económica, las acciones de espionaje y el respaldo financiero y estimulación a los grupos contrarrevolucionarios.

 

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