En marcha nueva agresión contra Cuba, de Iroel Sánchez, quedó develado a tiempo cómo desde Estados Unidos de América continúan las acciones hostiles contra nuestro país a cargo de gente como Ramón Saúl Sánchez con un conocido historial de actos vandálicos, a juzgar por una noticia de El Nuevo Herald de Miami. Fue lo acontecido el pasado nueve del corriente con la provocación frente a las costas cubanas. Iroel en el mismo trabajo significó el papel de la Casa Blanca en hechos de tal naturaleza, tanto en Washington como en La Habana, incluyendo que en la capital de la Isla tendría lugar un desayuno en la residencia oficial del Jefe de la diplomacia norteamericana con personas como Yoani Sánchez —intencionalmente obviada por medios de prensa importantes en su condición de simpatizante de delincuentes políticos radicados en la Florida.
(“En marcha nueva agresión contra Cuba” queda significado: En paralelo, Diario de Cuba, una las publicaciones que — financiada por el gobierno español— actúa como caja de resonancia a esta extraña alternatividad intelectual y fabrica todos los días falsas noticias de represiones y detenidos, ya divulga una “solicitud de Acción Urgente” de la ONU en la Isla porque “no debe esperarse la pérdida de más vidas humanas, como está sucediendo en Siria“).
Asimismo, en La flotilla de la provocación, de Lázaro Fariñas, se hace constar que con globos, pitos y matracas salieron los payasos desde Cayo Hueso, hasta los límites de las aguas territoriales cubanas con la intención pública de lanzar algunos fuegos artificiales para que los habitantes de La Habana vieran a los “patriotas defensores de la democracia” en pleno carnaval, y desnuda el suceso:
“La intención privada es provocar algún tipo de incidente para crear un conflicto entre Cuba y los Estados Unidos. La pública es un hazme reír, la privada es algo más serio. Siempre ha sido la intención de estos personajes el provocar un conflicto que lleve a una confrontación entre ambos países.
“Hace unos años atrás, en un programa de televisión, le dije a José Basulto, jefe de aquel grupo de provocadores que se llamaba Hermanos al Rescate, que él sabía perfectamente que todo lo que había estado haciendo con sus vuelos en el espacio aéreo de Cuba era provocar un incidente. Recuerdo que, en una ocasión, ese grupo enseñó un video en el que se veía a Basulto y a otras personas que lo acompañaban volando sobre el malecón habanero y tirando volantes sobre la capital cubana. Incluso, después, iban a los programas de radio en Miami para afirmar que los aviones cubanos no tenían gasolina para interceptarlos. Claro, todos sabemos, que aquellas provocaciones, permitidas por el gobierno norteamericano, trajeron consigo el incidente de las avionetas derribadas”.
Por el mismo estilo aparecen trabajos como Cuba: Cinco razones sobre la Flotilla de la provocación de Ramón Saúl Sánchez, de Yusmany Hdez, Además de contrarrevolucionarios, son antiecológicos: Los mayameros lanzaron sus luces, Cuba ni las vio y dejaron el mar Caribe hecho un asco, de Aporrea, y Cuba denuncia nueva provocación imperialista, de Ah nO jOdAs!, que incluye manifestaciones del pueblo cubano en apoyo a su Revolución.
Sin embargo, busqué y volví a buscar cómo habían recepcionado el tema de marras los detractores de la obra que construimos la inmensa mayoría de cubanas y cubanos que se abrazan a cualquier clavo caliente siempre que ello sirva para desprestigiar hasta lo que reconocen sujetos pocos sospechosos de filiación comunista —reitero esta idea sin aludir a nombres concretos para evitar otra acusación de tratarse de un problema personal—, y también encontré un casi absoluto silencio cómplice en este asunto —expresado así, para decirlo de algún modo.
Entretanto, leí Fidel Castro entra en el Libro de los Récord Guinnes, de La Mancha Obrera, donde se consigna el número de atentados planificados por los servicios de inteligencia Made in USA —hasta el 2006 se contaban 638, apenas lo que se ha podido registrar— y resalta que en el 2000, el ex agente de la CIA Luis Posada Carriles, procurado en la actualidad por terrorismo en Cuba y Venezuela, colocó 200 kilogramos de explosivos bajo el pódium del paraninfo universitario donde debía hablar el Líder Histórico de la Revolución Cubana en su visita a Panamá. Entonces, hallé prudente recordar que en Razones para excusar a Los Cinco acoté que Antonio, Gerardo, Fernando, Ramón y René penetraron las entrañas de la delincuencia política con epicentro en Miami, precisamente para impedir actos terroristas contra Cuba, Estados Unidos y terceros países. Y más allá del denominado “estado de necesidad” que tuvieron ellos (ocultar una realidad desde una posición ética —para el caso, no declarar el porqué estaban en el “Norte revuelto y brutal”, so pena de descubrir la médula de una actitud justa y dignad), existen al menos cuatro revelaciones contundentes que confirman cómo fue amañado el proceso contra estos auténticos antiterroristas, amén de persistir la infamia en el particular de René González.
