The Scarlet Revolutionary.- Éstos no son, ni de lejos, Los Cuatro Fantásticos. Son, por no decir lo más, cuatro memos integrales que solamente contribuyen a hacer de la política burguesa e injerencista el blanco de los ataques, o, mejor dicho, defensas, que vienen de cualquier persona medianamente progresista, inteligente e informada.


Santorum, Gingrich, Romney y Paul parecen fugitivos de una gran pantalla sobre la que se haya proyectado insoportables filmes como “Harry el sucio”, “Rambo III” o “Independence Day”. Con papá e hijo Bush la bandera yanqui pareció embarrarse al máximo de sus posibilidades. Pero con este cuarteto de indeseables disfuncionales podemos esperar aún más y mayores anomalías, que insultan hasta lo indecible las más elementales ideas acerca de lo que es la democracia en sí misma.

La peña ultrafascista que sueña con la Casa Blanca, en este largo año electoral para Estados Unidos, ha debatido en Tampa, estado de Florida, sobre política exterior en América Latina y medidas antiinmigratorias (por más que alguno de los interfectos lo haya negado).

A pesar de que sólo una insignificante minoría de descendientes de cubanos que añoran los tiempos de don Fulgencio constituye el lobby “anticastrista” en la península de fálica forma, la gran prensa corporativa no renuncia a considerar a estos “cubano-americanos” como los más autorizados representantes del “exilio” isleño en territorio estadounidense. Por consiguiente, los cuatro mamarrachos que, ante cámaras y micrófonos, hicieron el ridículo supremo tuvieron que recurrir al guataqueo de la mafia antirrevolucionaria floridana para pescar apoyos necesarios en este contexto.

Romney y Gingrich, durante el debate anterior al de este jueves pasado, soltaron payasadas tales como hablar de una Cuba gobernada por Fidel Castro dictatorialmente y desear la pronta muerte del líder de la Revolución Cubana. El mismo jueves, 26 de enero, se propusieron, los muy infelices, en ayudar al pueblo cubano a alcanzar “libertad que ese pueblo desea”. La vieja, estúpida y ridícula historia de transiciones desde “dictaduras” hasta “democracias”. Estos impresentables quizás no sean conscientes de que ellos representan la tiranía del capital frente a las dictaduras del pueblo, las cuales sí son genuinamente democráticas.

Por eso estos engendros no comprenden que atacar a gobiernos progresistas latinoamericanos como el de Venezuela o haber aplaudido golpes de Estado como el que sufrió Honduras en 2009 muestra bien a las claras que el peor enemigo del pueblo norteamericano es su propia dirigencia, fiel servidora de los más inhumanos intereses económicos y financieros. ¡Cuánto ama la plutocracia usamericana a la insaciable industria armamentística de su patria!

Se prevé que si otro “republican” accede a la Presidencia de la Nación, dentro de esta delicadísima coyuntura, adquieran especial fuerza los falsos pretextos que se vienen usando para intentar desprestigiar a los Jefes de Estado del que tiende a dejar de ser el patio trasero del Imperio. Pueden volver a esgrimirse las infundadas acusaciones de violación sistemática de los derechos humanos, la escasez de democracia, el narcotráfico o el favorecimiento del terrorismo.

Demócratas y republicanos en US no difieren prácticamente en nada. Pero con distintas tácticas e idénticas estrategias tratarán, por todos los medios a su alcance, de socavar los cimientos de un sólido edificio que desea seguir añadiendo plantas a la construcción.

Y esa obra mencionada no es otra que Nuestra América.

¡¡¡SIEMPRE HASTA LA VICTORIA!!!

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