Vincenzo Basile - Cubainformación.- En los días pasados, durante la Cumbre de las Américas en Cartagena, el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunciaba que dará “la bienvenida a una Cuba libre en la próxima Cumbre”, que “cuando eso pase (Cuba) va a tener los brazos abiertos en Estados Unidos” y que esa decisión no se debe a “un cálculo electoral sino a sus convicciones personales


¿Cuáles son estas “convicciones personales” que guían al presidente norteamericano? ¿Democracia? ¿Paz? ¿Libertad?

Lo primero que he estudiado en mi clase de Relaciones Internacionales es que, como dijo Zbigniew Brzezinski -politólogo de origen polaco y Consejero de Seguridad Nacional del Presidente Jimmy Carter- hay dos tipos de éxitos en las negociaciones internacionales. Si el objetivo es el acuerdo, entonces el diplomático debe ser paciente, no debe amenazar o insultar. Pero, una estrategia exitosa para un diplomático es también hacer descarrilar las negociaciones haciendo aparecer la otra parte intransigente y por lo tanto culpable del fracaso de la diplomacia. En ese sentido, el diplomático anunciará de antemano que la condición para negociar es el cambio del régimen y del gobierno ya sabiendo claramente que la otra parte considerará inaceptables tales condiciones.

No creo que haga falta explicar que el presidente norteamericano está aplicando, paso a paso, esos “consejos”. Tampoco quiero hacer un análisis de las relaciones internacionales de Estados Unidos.

Lo que aquí me interesa subrayar es como, en mi opinión, ese tipo de diplomacia ya no puede aplicarse exitosamente hoy en día. En la era de Internet, de la información rápida y digitalizada y de Wikileaks es evidente que estas “estrategias” no pueden funcionar y que las declaraciones democráticas, pacifistas y libertarias ya no convencen a nadie y chocan con lo que finalmente es la real política exterior de los países.

¿Quién puede creer en las declaraciones de Obama? Estados Unidos han declarado a China –que como Cuba tiene un partido único- “nación favorida”. China controla la deuda exterior de Estados Unidos. Estados Unidos han tenido “buenas relaciones” con Mubarak en Egipto y con Ben Ali en Túnez. El amante de la libertad y de la democracia, Obama, se ha encontrado con Abdalá bin Abdelaziz al-Saud, el Rey de Arabia Saudita y esos dos países tienen buenas relaciones políticas y económicas a pesar de que Arabia Saudita es una monarquía absoluta. La lista es larga y podría seguir citando las relaciones que el “imperio democrático” tiene con las otras monarquías de Oriente Medio, con algunos régimenes corruptos de África o de Asia. Pudiera citar las relaciones que Estados Unidos han tenido con la Colombia de Uribe. Ni hablar de la que, históricamente, ha sido la política exterior norteamericana.

Es hora de que Estados Unidos y Europa entiendan que ya no pueden engañar a la opinión pública mundial. Es hora de que la opinión pública mundial empice a indignarse frente a esos intentos de los poderosos de la tierra de tratarnos como seres no pensantes. Es hora de que la ética política vuelva a unirse con una ética moral y que se acabe la gestión maquiavélica de la política.

Es hora de que el mundo comprenda cual ha sido y sigue siendo la culpa de Cuba. Cuba ha querido obtener una independencia plena, rechazando el simple pasaje desde una condición de colonia a una de satelite. Cuba sigue pagando un alto precio por no ponerse de rodilla frente al imperio más sangriento de la historia de la humanidad. Cuba tiene la imperdonable culpa de haber puesto en el centro de su política la dignidad plena del hombre oponiéndose a unos cuantos intereses particulares. Cuba actúa, desde hace más de medio siglo, una politica exterior basada en la solidaridad y que claramente choca con la política asesina del Norte. Cuba tiene la culpa de haber desafiado a su poderoso vecino proponiendo un modelo de desarrollo humano inconcebible para los imperialistas.

Es hora de que el mundo entienda que la única Cuba con la que los Estados Unidos quieren hablar es una Cuba colonizada, sumisa y que nunca más vuelva a desafiarlos.

Mientras escribo esta entrada, en Cuba se celebra el aniversario 51 de la declaración del carácter socialista de la Revolución cubana (16 de abril de 1961) y me acuerdo de algo que dijo Fidel Castro en esa ocasión:

"Porque lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es que estemos aquí, lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba.

Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!  ¡Y que esa Revolución socialista la defendemos con esos fusiles!

Compañeros obreros y campesinos, esta es la Revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes. Y por esta Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, estamos dispuestos a dar la vida."

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