Arthur González - El Heraldo Cubano.- Todo lo que identifique a los cubanos y los una, causa dolor y rabia a los integrantes de la mafia anticubana radicada en Miami.


Así se demuestra en el artículo del 21.05.2012 del diario El Nuevo Herald, EE.UU., donde se refieren a la reunión efectuada en la Sección de Intereses de Cuba en Washington a finales del mes de Abril. Como si fuese algo extraordinario que los cubanos se reúnan, los que se oponen a cualquier diálogo entre las familias y apoyaron las medidas impuestas por el ex presidente G.W. Bush cuando impidió los viajes a la Isla de los cubanos radicados en los EE.UU, limitándolos a una vez cada tres años y solo para padres, hijos, hermanos y esposos, ahora rechazan los encuentros calificándolos de forma muy negativa. En qué quedamos, ¿quieren o no contactos?.

 

Para este sector de la extrema derecha, el que un cubano residente en EE.UU. critique la Guerra Económica impuesta hace 50 años, es considerada una traición, porque ellos tratan de matar por hambre y enfermedades a toda una Nación, sin importarles que entre los muertos estén sus madres, padres, hermanos, tíos o primos. No soportan que se denuncie que en Miami se pasea libremente uno de los terroristas más peligrosos de estos tiempos, Luis Posada Carriles, autor de la voladura de un avión civil cubano en pleno vuelo y las bombas en hoteles y restaurantes de la Habana, y mucho menos que se exija justicia para los “Cinco cubanos” que cumplen injustas sanciones por impedir que se ejecuten esos actos terroristas contra Cuba y contra el pueblo norteamericano, como la recién voladura de las oficinas de vuelos Charters a Cuba situada en la zona de Coral Gables en Miami.

Estos críticos de Cuba no hablan de la denegación constante de visas para visitar temporalmente a los EE.UU. que hace la Sección de Intereses en la Habana, lo que impide que miles de familiares se puedan reunir armoniosamente, algo que debe ser flexibilizado por el gobierno yanqui y no imponer tantas trabas para esas visitas familiares como parte de un proceso humanitario, donde ya los turnos para ser atendido por un cónsul para ver si clasificas para un visado están para el año 2016. Por tanto, que Cuba sea la responsable de las restricciones migratorias es un eufemismo, porque sin una visa nadie puede ni siquiera reservar un pasaje aéreo. Otorguen más visas y los cubanos podremos visitar más a las familias.

Para Cuba los viajes no son ningún problema político/ideológico inaceptable, pero sí lo son para la Mafia de Miami que no deja que los norteamericanos visiten Cuba y vean realmente la obrar revolucionaria, con sus virtudes y defectos. Son ellos los que temen que estudiantes, académicos, hombres de negocios y simples ciudadanos disfruten de las bondades del clima y de su naturaleza, pues no quieren que comprueben como manipulan a su antojo la realidad cubana. Solo hay que leer las leyes impuestas y los gritos de histeria de los congresistas de origen cubano para sacar conclusiones.

Algo debe quedarles claro a los que difaman del proceso revolucionario y se oponen a la reconciliación, y es que no fue el gobierno cubano quien inventó la “Operación Peter Pan”, asustando con mentiras de quitarles la patria potestad a padres y madres, obligándolos a enviar a los EE.UU. a inocentes infantes solos y separados por años de sus progenitores. Fue la CIA y sus amigos de la contrarrevolución interna. No es Cuba la que impide las visitas familiares, son los norteamericanos con sus leyes excluyentes los que seleccionan a quien otorgar una visa. No es Cuba la que limita la ayuda financiera a los familiares, son los EE.UU. los que ponen cota a la cantidad que pueden enviar. No es Cuba la que prohíbe el envío directo del correo postal, son los yanquis con sus regulaciones medievales contra los cubanos. No es Cuba la que impide que los norteamericanos y cubanos puedan invertir y negociar bilateralmente, son los norteamericanos que prohíben la adquisición de productos en los EE.UU. o fabricados en ese país que se puedan adquirir en terceros mercados, ni que un norteamericano pueda fumarse un puro cubano o comerse un caramelo hecho con azúcar cubana.

Por tanto, las disociaciones familiares, frustraciones, sentimientos y lejanía son impuestas por la mafia anticubana de Miami, en función de perpetuar las prohibiciones y la imagen de un gobierno cubano al que deben derrocar, para seguir recibiendo del gobierno los 20 millones USD anuales que destinan al trabajo contra la Revolución y del que han vivido y siguen viviendo muchos cubanos en Estados Unidos, porque al final para ellos la guerra contra Cuba es un negocio muy jugoso que no quieren ni pueden perder.

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