Jorge Ángel Hernández -Blog Ogun Guerrero.- De acuerdo con la norma de trabajo de la disidencia cubana, toda muerte que ocurra alrededor de sus miembros será investida de sospechas. Para ello se cuenta tanto con el apoyo de medios subvencionados ad hoc como de monopolios de la información.


Huelguistas de elemental sentido práctico y fácil manipulación psicológica, como Zapata Tamayo, o enfermos graves como Soto García y Laura Pollán, se convierten en “sospechosas víctimas”. Y así ha ocurrido otra vez con el accidente de tránsito en que perdieran la vida los cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero, producto de la negligencia del español Ángel Carromero, quien solo recibió una herida sin consecuencias graves en la cabeza. La primera de todos fue Yoani Sánchez, quien desde su cuenta de twitter lanzó la posibilidad del tema. Descarto de momento las reacciones que pueda haber detrás de las declaraciones familiares, pues el dolor de la repentina pérdida de un ser querido suele nublar la voluntad y la razón.

Sin embargo, medios que en otras ocasiones han aceptado como posibles las invectivas falaces de Sánchez, prefirieron tomar precauciones y citar, siempre con el calificativo de que se trata de información “oficial” u “oficialista”, las fuentes noticiosas cubanas como una variable, dejando las “comprobaciones” para cuando se concrete la salida del país de los sobrevivientes. Tampoco es un secreto que, con semejante técnica de manipulación, se busca garantizar la irracionalidad incrédula de quienes así se han comportado, sobre todo si viven fuera de Cuba.

Las declaraciones de Carromero reconocen, de acuerdo con la agencia EFE, siempre complaciente con estos entramados informativos, que sobrepasó el nivel de velocidad admitido para ese tramo de la vía y que perdió el control del vehículo. De este modo, el integrante de la organización derechista Nuevas Generaciones, del PP español, reconoce el más elemental de sus delitos. Su acompañante extranjero, Jens Aron Modig, preside la Liga de la Juventud Demócrata Cristiana de Suecia (KDU) y, tras ser atendido en el hospital granmense, partió para La Habana con la intención de regresar de inmediato a su país. Y a Carromero, por su parte, lo esperaba un diplomático español con impaciencia, también, según declaraciones de prensa, para que retornara a España lo más pronto posible.

¿Por qué el apuro?

Porque además de la contravención legal de no respetar la velocidad permitida para el tramo de vía, debidamente señalizado al parecer, habían ingresado al país como turistas cuando en verdad desarrollaban una actividad de subversión política. Lo que la propia agencia de noticias EFE considera un subterfugio para evitar que le negaran su ingreso en la Isla, se convierte en un acto violatorio de la ley y puede recaer de lleno sobre estas personas y sus organizaciones. Se trata, por demás, de un acto más de injerencia. Es este señor, entonces, el verdadero responsable de las muertes de los dos cubanos. Carga sobre sí una irresponsabilidad que, para los esmerados exaltadores de Payá y acusadores prdeterminados de Cuba, como la propia Yoani Sánchez, no debiera quedar impune.

Sin embargo, y para cumplir el patrón estándar que el injerencismo mediático aplica para Cuba, no se hace notar en lo más mínimo. Y hasta se prefiere la complicidad con el culpable de las muertes, antes que ceder en la estrategia de injerencia.

 

 


 

Carromero retenido en Bayamo

La Habana, 25 jul (EFE).- El español Ángel Carromero sigue retenido en la ciudad oriental de Bayamo donde pasó su segunda noche en dependencias policiales, informaron hoy a Efe fuentes diplomáticas españolas en La Habana.

El cónsul adjunto español, que permanece desde hace dos días en Bayamo para ofrecer asistencia a Carromero, no pudo verle el martes a pesar de que había una cita concertada para tal fin.

Las autoridades cubanas encargadas de la custodia de Carromero alegaron que se encontraba prestando declaración, según las citadas fuentes.

Carromero, vicesecretario de Nuevas Generaciones del Partido Popular en Madrid, era el conductor del vehículo que se accidentó el pasado domingo en las cercanías de Bayamo, a 750 kilómetros de La Habana, y en el que viajaban el opositor Oswaldo Payá y su compatriota Harold Cepero, que fallecieron en el siniestro.

El español y el sueco Jens Aron Modig, que también viajaba en ese automóvil, resultaron heridos leves.

Tras ser dados de alta el lunes en el hospital donde fueron atendidos, comenzaron a prestar declaración ante las autoridades locales encargadas de la investigación del suceso.

El funcionario consular español que está en Bayamo ha solicitado copias del informe médico de Carromero así como de la declaración que firmó sobre las circunstancias del accidente.

Según la versión oficial cubana, el siniestro ocurrió cuando el conductor de un auto turístico de alquiler perdió el control e impactó contra un árbol.

Sobre la situación de Modig, la Embajada de Suecia no ha facilitado información alguna en estos días y, consultada por Efe, se remite al Ministerio de Asuntos Exteriores de su país.

El gobernante Partido Popular (PP) español confía en que el Gobierno cubano colaborará para agilizar los trámites para que Carromero, pueda regresar a España "lo antes posible", según dijo a Efe en Madrid el diputado de esta formación Teófilo de Luis.

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