Por Noel Vidal Ferrera*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- Señores y Señoras del Departamento de Estado de los Estados Unidos, en mi lectura y búsqueda de hoy, encontré un artículo denominado: “Movida política de Cuba: en EE.UU. el Departamento de Estado aclara que cambio no es democracia” (http://www.martinoticias.com/media/video/19874.html). 

Cuándo van ustedes a comprender, señores, integrantes del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Lo que ustedes llaman democracia, nosotros en Cuba, lo denominamos REVOLUCIÓN. Es simplemente un problema léxico, sin ninguna insignificancia semántica. Es como decimos en Cuba, el mismo perro con diferencia de collar y forma.

Los cambios democráticos en la concepción norteamericana, se pueden medir en millones de dólares y toneladas de sufrimientos para los pueblos; contrariamente a los cambios revolucionarios que sólo pueden ser medidos en toneladas y millones de sacrificios en la búsqueda de un bienestar colectivo. En este caso, para el pueblo cubano. Aquí radica la esencial diferencia, entre vuestra concepción de democracia y la nuestra.

Sepan que Cuba no cambiará el ritmo en las transformaciones trazadas. No cambiará tampoco el métodos en las innovaciones, pues siempre nos han aportados los resultados esperados. La isla, Sres. del Departamento de Estado, sí quiere y está desarrollando los cambios que considera indispensables y necesarios. En estos momentos identificados con la crisis económica más profunda del sistema “democrático” de los países capitalistas desarrollados. Y que en su infortunio, nos han conducido a todos, al desastre. Aún más, a los países pobres y endeudados.

Está claro para mí, que todo lo que hagamos en Cuba, por avanzar revolucionariamente; no será jamás, bien visto. Menos interpretado de una forma lógica, por ustedes. Siempre querrán pedirnos más y que los cambios vayan hacia el lado opuesto, al de los legítimos sueños de los cubanos que radican en la isla. Toda esa estrategia que desde dentro y en condiciones difíciles de bloqueo y de coyuntura económica mundial desastrosa, ellos lo han definido, como una nueva concepción y transformación del proceso revolucionario en Cuba.

Qué tiene de malo, el rejuvenecer la dirección del país, después de una explicación clara y convincente como la otorgada, por el Presidente Raúl Castro, durante la reunión del parlamento cubano. Puedo comprender que esa generación de jóvenes que no emana, del proceso revolucionario de la Sierra Maestra, pueda crear un poco de miedo. Es comprensible que ustedes teman, pues es la generación que se educó con el proceso revolucionario, con los sufrimientos infringidos por los EE.UU. a nuestra isla, desde hace más de cinco década. Es la generación del enraizamiento revolucionario y del desarrollo económico en circunstancias especiales. Es una generación mejor y más profunda, revolucionariamente hablando que la generación del centenario. Nada podrá honrar más y mejor nuestra isla que esos cambios útiles y sensatos, sobre todo, en estos momentos de duras dificultades.

Cuba sigue dando lecciones de modernidad y de evoluciones, asumidas y legítimas. Nada se aproxima más, a una verdadera democracia que este período de profundas transformaciones en el proceso revolucionario. Donde el cambio, posee la idea y el sentir de todas las generaciones que nos precedieron y que por ello murieron.

Hagan de una vez la cruz: al inmoral e inhumano bloqueo, a todas las resoluciones y leyes contra Cuba. A todo deseo de imposición y de determinismo geográfico. Nada ni nadie podrá cambiar el curso de la historia que están escribiendo en América, las naciones del sur del continente. A fuerza de unidad y de sacrificio de nuestros pueblos. A fuerza de respeto y de igualdades comerciales. A fuerza del reconocimiento y agradecimiento a la dirección de las instituciones y del gobierno cubano. Sepan que el liderazgo de las naciones ha radicado y seguirá radicando en los pueblos. No es la edad de los líderes que definen las modernidades y las tomas de decisiones. Ellas radican en el deseo, el sentir y las exigencias de los pueblos.

* Noel Vidal Ferrera residente cubano en Francia.

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