Por Arthur González/El Heraldo Cubano.- Desde que el Presidente Barack Obama declaró durante su pasada visita a Miami que “había que actualizar la política con Cuba”, los viejos y retrógrados dinosaurios de la mafia anticubana entraron en pánico, ante la posibilidad de que se les acaben las jugosas entradas financieras de las que han vivido medio siglo, a costa de sus ataques a la Revolución cubana.


No es secreto que la Casa Blanca durante 53 años ha destinado miles de millones de dólares en sus intentos por acabar con el gobierno cubano, al ejecutar numerosos planes de asesinato a Fidel Castro y otros líderes, invasiones militares, cientos de actos terroristas a lo largo y ancho del país, acciones contra aviones, barcos y sedes diplomáticas cubanas en el exterior, unido a una guerra económica, biológica y sicológica, con la consiguiente carga de muertos, heridos, mutilados y pérdidas, contabilizadas en miles de millones de dólares.

Estas agresiones se recogen en documentos oficiales de la CIA y del Departamento de Estado, desclasificados y publicados sin el menor pudor.

Solo el Programa Cuba de la USAID creado en 1996, ha destinado más de 250 millones de dólares sin resultados, a lo que se suman 20 millones anuales que aprueba la administración Obama, solo para acciones subversivas.Martianos-Hermes

El miedo entre los grupos mafiosos anticubanos de Miami está basado en que la mayor parte de esos fondos, históricamente han ido a parar a sus bolsillos y sospechan que ante un cambio de política se reduzcan sustancialmente y afecte el alto nivel de vida de sus integrantes, lo que les permite frecuentar clubes exclusivos, adquirir suntuosas mansiones, autos lujosos, aviones y yates de recreo, además de inversiones que acumulan en grandes consorcios.

Algunos de estos mafiosos fueron empujados hacia posiciones políticas a partir de 1981, cuando el Presidente Ronald Reagan aplicó varias de las propuestas efectuadas por el Comité de Santa Fe, con el propósito de crear un lobby anticubano en el Congreso estadounidense, que impidiera cualquier cambio favorable en la política hacia Cuba, como logró su antecesor James Carter.

En ese impulso participó la CIA, asumiendo escaños en la cámara de representantes y en el senado, Lincoln Díaz-Balart, Ileana Ros-Lehtinen y Bob Menéndez, y años más tarde Mario Díaz-Balart, Albio Sires y Marco Rubio, entre otros más.

Martianos-HermesEl 28.01.2014 el sitio oficialista de Washington “Diario de Cuba”, España, publicó la noticia de que los mafiosos anti cubanos Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz-Balart y Albio Sires, enviaron una carta al Departamento de Estado solicitándole una reunión urgente para discutir la política hacia Cuba.

Los mafiosos dicen estar “preocupados”, léase aterrados, por las continuas conversaciones directas de la administración Obama con el régimen castrista.

Según la representante Ros-Lehtinen “los contactos pueden ser más amplios que los puntos de la agenda, lo que “socavaría la confianza” del pueblo norteamericano en la gestión y llevaría a muchos a dudar de la posición del gobierno hacia el régimen de Castro.”

Chantaje y amenazas son usuales en el leguaje de esta señora, que es una de las que más miedo le tiene a perder su capacidad de influencia en la política anticubana.

Ileana Ros es hija de un funcionario del derrotado gobierno del dictador Fulgencio Batista, asesino de más de 20 mil cubanos, al igual que los Díaz-Balart, cuyo padre fue Ministro del Interior del tirano, y han trasladado al Congreso su odio viseral a la Revolución cubana, haciendo de la política anticubana un medio de vida.

Martianos-HermesCada año la política norteamericana respecto a Cuba pierde más apoyo dentro del Congreso, y el éxito de la II Cumbre de la CELAC demuestra el aislamiento de Washington en América Latina, sumado a la revocación de la Unión Europea sobre las sanciones impuestas a la Isla en 1996, bajo las presiones yanquis.

Las recientes visitas a La Habana de los senadores Tom Harbin y Bob Graham, son señales muy peligrosas para esa mafia, al emitir criterios más objetivos sobre la necesidad de un cambio real en la caduca política de su gobierno,  prisionera de las manipulaciones de un minúsculo grupo de Miami que ya no representa los intereses de la inmensa mayoría de los cubanos residentes en ese país.

Sin dudas, José Martí no se equivocó cuando dijo que:

“Suele ser así el miedo, natural consecuencia de la culpa…”

Martianos-Hermes-Cubainformación

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