Por Arthur González/El Heraldo Cubano.- La representante del partido republicano Ileana Ros-Lehtinen, se encuentra a las puertas de un infarto masivo del miocardio, debido a la crisis hipertensiva que sufre después de constatar el éxito de la II Cumbre de la CELAC, celebrada recientemente en La Habana, Cuba.
A pesar de las campañas difamatorias que desplegó contra Cuba desde su bancada en el Congreso de Estados Unidos, no pudo impedir que a esa cita viajaran 32 países de Latinoamérica y el Caribe, más Cuba, con la presencia de 31 presidentes y 33 cancilleres, algo que enfermó a la Congresista e integrante de la mafia anticubana.
Sin darle oportunidad para recuperarse, otra noticia la hizo recaer. Ahora fue el cambio de opinión de cientos de ciudadanos norteamericanos que visitaron el archipiélago cubano, bajo licencias otorgadas por el Departamento de Estado y del Tesoro, como parte del programa People to People.
Según una encuesta realizada por la agencia de viajes Friendly Planet Travel, entre 432 estadounidenses que visitaron a Cuba en diciembre pasado, solo el 19 %, (6,08 personas) consideran al gobierno cubano como represivo. O sea, después de comprobar personalmente la realidad, cerca de 426 personas llegaron a la conclusión que las campañas mediáticas fomentadas por la mafia anticubana, de la cual la representante Ros-Lehtinen es miembro fundadora, son puras mentiras.
Como se ha demostrado con anterioridad, esta es la razón fundamental por la cual los mafiosos se niegan a todo cambio en la política Norteamérica hacia Cuba y aun más si de libertad de viajes se trata.
Pero la tapa al frasco, se la pusieron las declaraciones del magnate azucarero Alfonso Fanjul al diario The Washington Post, al asegurar que “Si hay un acuerdo entre Cuba y Estados Unidos y se puede hacer legalmente, estaría considerando invertir en Cuba, ya que él mantiene la mente abierta”.
Esto fue más que suficiente para que Ileana Ros tuviera presión alta, taquicardias y falta de aire. Sus asistentes se mostraron preocupados por su salud, al ver la forma tan descompuesta que asumió y los calificativos ofensivos empleados contra Fajul.
Alfy Fanjul no es cualquier ciudadano, ni un simple empresario, es un hombre multimillonario con suficiente influencia en la política estadounidense y desde el Capitolio ha contribuido a financiar las campañas de algunos legisladores que ahora lo critican.
Con su dinero apoyó las campañas y causas del ex presidente William Clinton y no se descarta que pudiera ser un importante donante de Hillary, si ella finalmente decide postularse a la presidencia en el 2016, lo que le daría el privilegio de asesorarla en temas relacionados con Cuba.
Motivos suficientes para que integrantes de la mafia anticubana teman que un giro de política favorable a Cuba, los deje fuera del juego por sus posiciones inflexibles, caducas y opuestas a todo cambio.
Los argumentos esgrimidos al Nuevo Herald por Ileana Ros-Lehtinen, resultan cada vez más ridículos y poco creíbles; su retórica no se actualiza, mostrando solo intereses pasionales.
Sus ataques contra Fanjul carecen de objetividad, porque según ella “son momentos en que los activistas por la democracia en la isla encaran represalias más fuertes por parte del brutal régimen cubano”.
Los seguidores de Ileana fueron Mario Díaz-Balart y el senador Marco Rubio, todos integrantes de la misma cofradía y expresaron el viejo y gastado cuento de la “represión”.
Pero mientras los tres integrantes de la mafia anticubana, aseguraban que el gobierno de Castro “reprimía” a los activistas asalariados de Washington, arribaba al Aeropuerto Internacional de Miami vistiendo su mejor ajuar, la inculta y grosera Berta Soler, auto proclamada presidenta de las Damas de Blanco, lo que echa por tierra la supuesta “represión y limitación de libertades individuales”.
La inculta y grosera recibió una amplia cobertura televisiva y a su llegada relató su breve encuentro con el presidente chileno Sebastián Piñera, el único de los 31 presidentes que aceptó escucharla durante la Cumbre de la CELAC.
A pesar de que no existen indicios de cambios en la política hacia Cuba, más de medio siglo es mucho tiempo y la realidad de América Latina e incluso la de sus aliados europeos, indican que Estados Unidos se queda aislado, y no pasarán muchos años para que reconozcan que la mafia anticubana ya no tiene peso en la política floridana y menos aun en las elecciones presidenciales.
Ese es el miedo de Ileana y sus cómplices, pues cada día el agua le sube más al cuello.
