Manu Pineda* - Cubainformación.- El bloqueo que sufren el pueblo cubano y el palestino en Gaza son un castigo colectivo ilegal según el Derecho Internacional. Además, se trata de un crimen contra poblaciones inocentes e indefensas, un crimen que causa muertes. Ni Cuba ha sido nunca un Estado que promueva el terrorismo, ni Hamás una organización que haya llevado a cabo atentados terroristas contra Israel.


El pasado 17 de diciembre se dieron ciertos movimientos históricos en distintos tableros en los que se juega una misma partida de política internacional. Mientras el gobierno cubano liberaba, por razones humanitarias y a petición de los Estados Unidos, al espía norteamericano Alan Gross, de 65 años, condenado en Cuba por espionaje, Washington hacía lo propio con Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, los tres héroes cubanos antiterroristas que seguían en prisión condenados a penas de cadena perpetua desde que fueron detenidos en 1998 junto a René González y Fernando González (liberados en octubre de 2011 y febrero de 2014 respectivamente, tras cumplir las condenas que les fueron impuestas por un tribunal de Miami en 2001), por detectar y denunciar ante las autoridades norteamericanas a grupos de la extrema derecha cubana que organizaban y financiaban acciones violentas contra Cuba.

Gross fue arrestado el 4 de diciembre de 2009 cuando se disponía a salir de la isla a la que había viajado por quinta vez, en este caso con un contrato de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) para brindar "apoyo humanitario comunidad judía en la isla" y fue condenado en marzo de 2011 a 15 años de prisión en Cuba por trabajar en un programa para introducir ilegalmente tecnologías de telecomunicaciones a Cuba y así realizar labores de espionaje

A la declaración pública del presidente Raúl Castro anunciando este intercambio de prisionero/rehenes, le siguió otra del presidente Barak Obama en la que reconocía el fracaso de más de cinco décadas de bloqueo contra Cuba en su intento de hacerla doblegarse ante los intereses imperialistas. Anunció el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, así como el compromiso de revisar la consideración de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo.

Los 5 héroes cubanos ya están libres y en casa, y Cuba lo celebra como una victoria sin paliativos de su pueblo y su gobierno frente al vecino imperialista. El pesimismo histórico de la izquierda nos impide en la mayoría de los casos celebrar nuestras victorias, y ésta lo es sin duda. Pero no deberíamos echar las campanas al vuelo, sería un error considerar que EE.UU. se ha rendido a las evidencias y ha renunciado a acabar con el proceso revolucionario cubano. Más acertado sería concluir que el Presidente Obama ha visto que el choque frontal que mantenía la administración USA con el gobierno de la isla no estaba dando los frutos deseados. Que el “cáncer cubano”, lejos de ser extirpado, estaba desarrollando metástasis que estaban dejando fuera del control del imperio su patio trasero y se ha decidido a cambiar su política respecto a América Latina. En este nuevo escenario tendrá mas peso la vía diplomática cuyo objetivo prioritario será el de romper UNASUR y acabar con la alianza de Venezuela, Bolivia y Ecuador con Brasil y Argentina, apoyandose para este objetivo en Colombia y la omnipresente CIA. Respecto al caso concreto de Cuba, el Presidente Obama hará gestos que evidencien su interés en ir reduciendo el bloqueo a la isla pero achacará a la mayoría republicana en las cámaras (siempre al servicio del segundo mayor lobby político en EE.UU. justo por detrás del sionista, el de la extrema derecha cubana), la imposibilidad de estos avances, y lo apostará todo a que la nueva situación permita que la contaminación económica destruya la Revolución Cubana desde dentro.

Ese mismo día se adoptaban en la Unión Europea dos importantes medidas relacionadas con Palestina. La primera de ellas tiene una importancia más simbólica que real, se trata del reconocimiento por parte del Parlamento Europeo de un boceto de Estado Palestino en el 22% de sus territorios históricos, y al que en la práctica no se le otorga ningún tipo de derecho ni atributo, apostando por la llamada “solución de los dos estados” lo que conlleva implícitamente la legalización de la ocupación israelí sobre el 78% del territorio palestino y renunciando tácitamente al derecho al retorno de los seis millones de refugiadas y refugiados palestinos que según la Resolución 194 de la Asamblea General de la ONU tienen derecho al retorno a sus casas y sus tierras que que el régimen israelí incumple al igual que otras más de doscientas resoluciones de este mismo organismo sin que por ello haya sido sancionada nunca.

La segunda fue la decisión, menos efectista pero más efectiva, del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de eliminar de la lista de organizaciones terroristas al Movimiento de Resistencia Islámica Hamás. Hamás ganó las últimas elecciones legislativas en Palestina, pero el hecho de estar incluido en esa lista impidió que el gobierno de unidad nacional formado tras esas elecciones fuese reconocido por las instituciones internacionales. Este hecho desembocó en una “miniguerra” civil que llevó a la división administrativa de lo proyectado como “Estado palestino” en los Acuerdos de Jericó/Oslo de 1993. Es decir, quedaron dos entidades con distintos gobiernos: en la franja de Gaza se instauró un gobierno monocolor de Hamás, mientras que en Jerusalén Este y Cisjordania otro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), liderado por Fatah.

El régimen israelí ordenó un bloqueo sobre el enclave costero con el pretexto de que estaba bajo control de una organización terrorista. Esta decisión es una clara violación del Derecho internacional en cuanto supone un castigo colectivo contra la población civil de la franja de Gaza.

La comunidad internacional ha declarado ilegal este bloqueo en innumerables ocasiones, pero sólo con declaraciones o resoluciones vacías encaminadas más a lavarse las manos por las consecuencias de este bloqueo que a acabar con el mismo. Ninguna de estas resoluciones ha ido acompañada de medidas punitivas en caso de que Israel desoyera los distintos llamamientos a levantar el bloqueo. De hecho este asedio persiste de un modo más hermético que nunca. Hasta el momento no se ha aprobado ninguna sanción contra los responsables de esta criminal situación.

Lejos de adoptar medidas punitivas contra la entidad sionista, muchos organismos -tanto nacionales como supranacionales- mantienen infinidad de acuerdos de todo tipo con el régimen de Tel Aviv; entre ellos, destacan el Tratado Preferencial de Comercio entre Israel y la Unión Europea, y el Tratado de Libre Comercio entre Mercosur y la entidad ocupante. No enumero, por incontables, los acuerdos entre el régimen sionista y Estados Unidos.

El asedio que sufre la franja de Gaza es un crimen contra la humanidad; un crimen sobre una población de un millón ochocientas mil personas a las que se les impide no sólo el acceso a los más básicos bienes de primera necesidad como medicinas, carburante, material de construcción o alimentos, sino el libre tránsito de personas que no pueden salir de la franja para cursar sus estudios fuera, o familias que no pueden reagruparse y ni siquiera visitarse. Esta imposibilidad de salir afecta incluso a las personas que necesitan recibir un tratamiento médico o una operación quirúrgica urgente y no pueden hacerlo en Gaza. Son muchas las personas, especialmente niñas y niños, que están muriendo por esta imposibilidad de recibir el tratamiento que necesitan.

Este lento genocidio ha sido tolerado por la comunidad internacional con el pretexto de que esta zona palestina estaba bajo control de una organización terrorista, pero esta excusa ya ha desaparecido.

La Franja de Gaza, como el resto de Palestina, sufren la ocupación colonial de su territorio desde hace más de 67 años, al enclave costero se le suma el bloqueo que padece desde el año 2006, intensificado desde el golpe de estado en Egipto en Julio de 2013. Tras la masacre sufrida este verano bajo el nombre de “Operación Margen Protector” en la que las fuerzas israelíes de ocupación mataron a cerca de dos mil doscientas personas, más de quinientos de estas personas eran niñas y niños, y dejaron mal heridas a otras once mil, y se detruyeron decenas de miles de viviendas, hospitales, colegios, centros de discapacitados y geriátricos, la única central eléctrica que seguía en uso, etc, la situación es catastrófica. El Sr. Dr. Yousef Mousa, director de la UNRWA, Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Rafah, ha declarado recientemente “Nunca en mi vida he visto tanto sufrimiento. La población tiene un exceso de dolor acumulado y la Comunidad Internacional tiene que dar respuestas. La situación es desesperada, no existe en el mundo ningún lugar que viva en las condiciones que vive Gaza”

El bloqueo sobre la franja de Gaza, que es un crimen desde el primer día de aplicación, podríamos considerarlo en la situación actual como una medida genocida. Es, pues, un momento inaplazable para exigir al régimen israelí el levantamiento del estado de sitio sobre Gaza. Cualquier demora supondrá más muerte y sufrimiento sobre una población a la que si algo le sobra es muerte y sufrimiento.

¿Qué hacer?

En este escenario sería una quimera esperar que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobase ninguna sanción contra el régimen israelí ya que éste cuenta con lo que el Sr. Obama definió como una “alianza fraternal, eterna e inquebrantable” por parte de EE.UU., en términos más prosaicos esto se concreta con que Washington usará su derecho de veto para impedir cualquier medida punitiva contra la entidad sionista. Pero esta complicidad del “gendarme del mundo civilizado” con este régimen criminal no puede servir de excusa al resto de la comunidad internacional para quedarse de brazos cruzados.

Tenemos que exigir a nuestras instituciones, desde las locales hasta las supranacionales, que cancelen cualquier tipo de acuerdo con Israel. Tenemos que hacer que la Unión Europea haga uso del art. 2 del Tratado Comercial Preferencial, según el cual este tratado debe ser revocado si cualquiera de las partes viola los derechos humanos. En este sentido, además hay que hacer llegar a los gobiernos venezolano y boliviano, tan sensibles con el sufrimiento de los pueblos y más concretamente con el pueblo palestino, la petición de que acaben con el Tratado de Libre Comercio de Mercosur con Israel.

El levantamiento del bloqueo sobre la franja de Gaza no sería más que una pequeño parche que en absoluto acabaría con la injusticia que está sufriendo el pueblo palestino desde hace ya casi siete décadas. Pero sería una medida que salvaría muchas vidas, mejoraría la calidad de muchísimas más y sería un paso en el buen camino.

Esto nunca podría suponer la renuncia a la reivindicación palestina del fin total de la ocupación de todos sus territorios históricos, del derecho al retorno de los refugiados ni de ninguno de sus derechos inalienables.

Ni Cuba ha sido nunca un estado que promueva el terrorismo ni Hamás una organización que haya llevado a cabo atentados terroristas contra Israel.

Mientras Cuba envía médicos a África para luchar contra el ébola, EE.UU. envía militares bajo el compromiso público de su presidente de que “ninguno (de los integrantes) de esa fuerza militar proporcionará cuidado directo a los pacientes de ébola” Desde que en 1963 el pueblo cubano enviase su primera brigada médica a Argelia en el año 1963 han sido constantes las misiones solidarias en distintos paises africanos entre los que destacaría Angola, Etiopía, Guinea Bissau, Congo Brazzaville, Zimbabue. Pero estas misiones no se han limitado al continente africano. Cuando en 2005 el huracán Katrina azotó las costas atlánticas de EE.UU. el gobierno cubano hizo un llamamiento a la comunidad médica para solidarizarse con su “vecino del norte” al que respondieron de forma voluntaria e inmediata 10 mil médicos y enfermeras. La soberbia del entonces presidente George W. Bush no permitió que las víctimas de este huracán y de las desigualdades sociales norteamericanas recibieran la solidaridad del Pueblo Cubano pero a brigada se ha mantenido activa y ha sido noticia –casi siempre local– en otras situaciones de desastre, como las que han asolado Pakistán, Indonesia, Bolivia, Chile y Haití. Según el diario The New York Times “En los 50 años de revolución, Cuba ha enviado más de 185.000 profesionales de la salud en las misiones médicas a por lo menos 103 países”

En paralelo. EE.UU. ha estado involucrado en 201 de los 248 conflictos armados que han habido en 153 áreas del planeta desde el final de la II Guerra Mundial, siendo responsable de 41% del gasto militar a nivel mundial.

Hamás, y el resto de la resistencia palestina, ejerce legítimamente el derecho de cualquier pueblo ocupado a resistir frente a la potencia ocupante por todas las vías a su alcance, incluyendo la vía armada. Éste es un derecho recogido en el Derecho Internacional.

Mientras Israel, la fuerza ocupante, está involucrada de forma directa en todos los conflictos en la zona habiendo agredido no sólo al Pueblo Palestino, también lo ha hecho a Egipto, Jordania, Líbano, Irán y Siria. Hace unos días violó el espacio aéreo sirio para bombardear las inmediaciones del aeropuerto internacional de Damasco. Este verano llevó a cabo una operación de 51 días sobre la Franja de Gaza en la que mató a cerca de 2200 personas, el 88 % de ellas civiles.

¿Qué autoridad tienen los EE.UU. o Israel para decidir quienes son organizaciones terroristas o estados que patrocinen el terrorismo?

Con estos datos ¿quiénes deberían ser organizaciones terroristas o estados que patrocinan cuando no ejercen directamente el terrorismo?

El bloqueo que sufren el pueblo cubano y el palestino en Gaza son un castigo colectivo ilegal según el Derecho Internacional, pero además son un crimen contra poblaciones inocentes e indefensas, un crimen que causa muertes, como las del medio millón de niñas y niños que, según reconoció la ex Secretaria de Estado de la administración Clinton, Madelein Albright, murieron a causa el bloqueo decidido por EE.UU. contra la población iraquí entre los años 1990.

SI ISRAEL Y ESTADOS UNIDOS DISPARAN Y ASEDIAN Y LA COMUNIDAD INTERNACIONAL CALLA. ES ESTE SILENCIO EL QUE MATA

NO SEAMOS CÓMPLICES DE ESTOS CRÍMENES

* Manu Pineda es Presidente de la Asociación Unadikum (www.asociacionunadikum.org) y de la Asociación de Amistad Hispano Cubana de Málaga. Habitualmente reside en Gaza, donde ha vivido las dos últiman operaciones israelíes contra la franja.

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