"El Consejo Nacional de las Artes Plásticas, luego de largas conversaciones con Tania Bruguera, ha decidido mantener su decisión de no apoyar el proyecto El susurro de Tatlin que la artista viene gestando a través de la plataforma Yo también exijo. Según las actuales circunstancias, resulta inaceptable la realización de este pretendido performance en el simbólico espacio de la Plaza de la Revolución, especialmente teniendo en cuenta la amplia cobertura mediática y la manipulación que ha tenido en los medios difusores de la contrarrevolución".


 

NOTA OFICIAL DEL CONSEJO NACIONAL DE LAS ARTES PLÁSTICAS SOBRE TANIA BRUGUERA

El Consejo Nacional de las Artes Plásticas, luego de largas conversaciones con Tania Bruguera, ha decidido mantener su decisión de no apoyar el proyecto El susurro de Tatlin que la artista viene gestando a través de la plataforma Yo también exijo. Según las actuales circunstancias, resulta inaceptable la realización de este pretendido performance en el simbólico espacio de la Plaza de la Revolución, especialmente teniendo en cuenta la amplia cobertura mediática y la manipulación que ha tenido en los medios difusores de la contrarrevolución.

El CNAP ha propuesto a la artista un grupo de alternativas y principios a partir de los cuales se podría desarrollar esta acción. Dichas alternativas se sustentan en: mover el performance de la Plaza de la Revolución para una institución cultural de prestigio en el ámbito de las artes visuales, teniendo en cuenta que es una actividad desde el arte y ese debería ser su escenario natural; el espacio que se decida estaría abierto libremente a las más diversas personas de sectores sociales disímiles. Sin embargo, se reserva el derecho de admisión a sujetos cuyo único interés sea la provocación en función de generar conflictos que pongan en riesgo la libertad de creación que ha caracterizado la gestión de nuestras instituciones. Y por último, la duración del performance no sería ilimitada, sino que extendería por 1 hora y 30 minutos, tiempo suficiente para que una considerable cantidad de asistentes emitan libremente sus juicios, criterios y propuestas. Lamentablemente la artista ha decido rechazar estos principios.

La Habana, 29 de diciembre del 2014

Declaración de la Presidencia de la Asociación de Artistas Plásticos de la UNEAC sobre performance de Tania Bruguera

La conocida artista Tania Bruguera ha convocado a un supuesto performance este 30 de diciembre en la emblemática Plaza de la Revolución en La Habana. Ello ha sucedido al margen de cualquier institución cubana y, como sucede en esos casos, la iniciativa ha sido ampliamente difundida por medios de la contrarrevolución, especialmente por el libelo Diario de Cuba, que tomó tempranamente partido contra las declaraciones de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama del pasado 17 de diciembre. Llevamos años en esta batalla frente a los enemigos de la Revolución. No somos ingenuos, el significado de este performance no va a ser interpretado en modo alguno como una obra artística. Se trata de una provocación política, orientada en el mismo sentido de las tesis de los que la han difundido.

Esta acción no persigue otro propósito que el de situarse en contra de las negociaciones que dan esperanza a muchos seres humanos, en primer lugar a los once millones de cubanos. Será secundada, si acaso, por los pocos mercenarios locales de la política que el mismo Presidente Obama ha considerado fracasada, por los únicos que podrían esperar beneficios de cualquier intento por obstaculizar las negociaciones en curso.

Los escritores y artistas cubanos merecen conocer esta nueva maniobra y no se dejarán confundir por una operación que pretende presentar este performance como un proyecto de pura creación artística. Su evidente intención política se afirma en el propio mensaje de una artista que no busca otra cosa que un protagonismo circunstancial.

Todo nuestro pueblo festeja hoy el regreso a la Patria de nuestros Cinco Héroes, así como el anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos. Rechazamos cualquier acción oportunista que trate de opacar este momento histórico.

La Habana, 29 de diciembre del 2014

TANIA BRUGUERA: EL EXTRAVÍO DE UN SUSURRO

Entrevista con Rubén del Valle Lantarón

Tania Bruguera regresó a La Habana el pasado viernes 26 de diciembre. Desde hacía varios días, la artista conducía un despliegue mediático, fundamentalmente en las redes sociales, invitando a una nueva edición de su conocido performance El susurro de Tatlin, verificado durante la Décima Bienal de La Habana (2009) en el Centro Wifredo Lam. Evidentemente, esta vez la operatoria de la artista se conduce desde y hacia la praxis publicitaria, evadiendo los mecanismos rectores del sistema institucional del arte y buscando insertarse directamente en el campo del activismo político. ¿En qué punto de este performance se involucra el Consejo Nacional de las Artes Plásticas?

Por la manera en que se han sucedido los acontecimientos, más que un performance creo que se trata de un reality show. Los antecedentes de esta acción están en una carta que Tania publica desde la ciudad del Vaticano titulada “Querido Raúl, dear Obama y querido Papa Francisco”. En este documento felicita a las tres personalidades por la trascendental decisión adoptada y se plantea un grupo de cuestionamientos sobre el futuro de Cuba. Según me cuenta la propia Tania, la carta simplemente tenía la intención de ser un documento catártico de sus sentimientos personales en ese momento ante los acontecimientos que estábamos viviendo, dándole una connotación metafórica a su llamado a que los cubanos salieran a la calle. Continúo citando a Tania cuando te cuento que días después recibió la invitación de varias personas a convertir esta alegoría en una acción concreta.

A partir de ese momento crearon la plataforma Yo también exijo convocando a los cubanos a “exigir públicamente sus derechos civiles el próximo 30 de diciembre a las 3 p.m. en la Plaza de la Revolución de La Habana”. Dicha convocatoria pasa inmediatamente al periódico digital Diario de Cuba, de marcada orientación contrarrevolucionaria, y desde sus páginas varios textos replican y cubren la noticia. Como dato significativo apunto que este mismo periódico a menos de 24 horas de las declaraciones de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama difundió un texto de Carlos Alberto Montaner, con probado historial terrorista, donde condenaba la decisión de Obama y defendía la necesidad de mantener la política hostil hacia el gobierno cubano, en contraste con la unísona aprobación que esta decisión había generado entre los más diversos sectores nacionales e internacionales. Esta convergencia, inmediatamente, llama nuestra atención. 

Mi gestión al frente del CNAP ha buscado privilegiar y promover el diálogo franco, abierto y respetuoso con todos los artistas, cumpliendo así uno de los principios cardinales de la política cultural de la Revolución. Por lo tanto, ante el complejo escenario que estas señales perfilaban, consideramos invitar a Tania a discutir su propuesta, a exponer nuestras diferencias en la manera en que estaba abordando su trabajo y a tratar de buscar soluciones desde las prácticas artísticas. A esta conversación llegó Tania conminándonos a apoyar logísticamente su propuesta, incluso por escrito.
Permíteme en este punto una breve digresión. Tras más de cinco décadas de hostilidades, de una política que pretendía colapsar esta pequeña porción de tierra que llamamos Cuba, el representante del imperio más poderoso del mundo ha confesado haber fracasado en su intento de doblegar por la fuerza esta nación soberana. Esa debería haber sido una lección para todo el mundo, y especialmente para Tania. El método de la presión, del chantaje, de las agendas impuestas no funciona en nuestro país. Un proyecto construido desde el exterior, convocado desde los órganos de prensa de la contrarrevolución, al margen de la legalidad y del sistema institucional no será respaldado, en tales circunstancias, por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas ni por el Ministerio de Cultura.

Los cubanos hemos compartido en estos días acontecimientos históricos inéditos en la historia nacional: regresan a la Patria los tres cubanos encarcelados y los presidentes Raúl Castro y Barack Obama anuncian el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los EE.UU. Sin dudas un momento complejo, de promisorias esperanzas y proyecciones de futuro, pero también propenso a despliegues extremistas, intransigentes de muy diverso signo.

Y entonces, reitero, ¿por qué la recibió? ¿Por qué entonces usted, y Jorge Fernández, cuando están concentrando todas sus energías en la organización de la próxima edición de la Bienal de La Habana deciden invitarla a debatir en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam?

En primer lugar porque considero que Tania es fruto de esta Revolución y de uno de sus proyectos más hermosos: el sistema de enseñanza artística. Tania estudió por 12 años en los distintos niveles de enseñanza artística especializada, y luego realizó un máster en el Instituto de Chicago. Tania pertenece a una generación de jóvenes creadores que fueron proyectados hacia la escena internacional por nuestro sistema institucional, y especialmente por la Bienal de La Habana. A partir de ahí ha construido una carrera que parte de concebir el arte como una actitud vital, de profunda reflexión crítica, de vocación universal, entronizada en la rica tradición de formalización estética del pensar y sentir desde lo social.

Me parecía, entonces, imprescindible, agotar todos los recursos posibles desde el terreno del diálogo. Dígase encontrar una solución colegiada, constructiva, de posibles alternativas a su necesidad indagadora pero despejada de un contexto de segura manipulación desde la política. Ella buscaba encontrarse y dialogar con el cubano de a pie, haciendo mucho énfasis en el estereotipo de que el cubano tiene miedo a expresarse. Aduje que nuestras calles son un permanente foro de debate, le sugerí la posibilidad de organizar su proyecto en fábricas, en universidades, en la parada de la guagua o en el agromercado. Ninguna de estas propuestas fue aceptada.

Considero que fue una conversación honesta, respetuosa. Pero también creo que Tania llegó a La Habana con muchos condicionamientos externos, con una propuesta muy publicitada y avanzada y no estaba en condiciones de reajustarse, de negociar. Llegó resuelta a iniciar un despliegue que podría llegar a ser autodestructivo. Incluso, en este punto no debemos desechar la posibilidad que algunos sugieren de que estemos inmersos en una estrategia de simulacro, donde desde el inicio la artista se empeña en concretar un proceder insostenible porque lo realmente importarte en esta operatoria son las consecuencias que pueda provocar la represión de este pretendido activismo, tanto legal como personalmente.

Según su personal experiencia, ¿en qué punto un proyecto de inserción social como este se extravía de las estrategias artísticas para afiliarse a los procederes de la publicidad política?. Valga decir, ¿cómo esta acción que Tania presenta como parte de un performance ya conocido por el público cubano desdibuja los muy discutibles márgenes de la creación artística...?

Mi opinión sobre este complejo tema no va desde la crítica de arte, sino desde la gestión cultural y la implementación de la política cultural. La expansión de los márgenes o los límites del arte es uno de los temas más polémicos que hemos heredado del pasado siglo XX. Hoy en día el debate sobre lo que es o no arte continúa inundando los más diversos foros de discusión y es ese uno de los mayores retos de la institucionalidad a la hora de acompañar los procesos de la creación.
Las prácticas artísticas contemporáneas comportan cada día más ejecutorias que se insertan en los entresijos de la sociedad, ya sea desde los ejercicios cercanos a lo cotidiano y procesual o desde aquellas aristas que atañen a la política y a las estructuras gubernamentales rectoras en un contexto determinado. Continúan siendo imprecisos, y en expansión, los límites entre el arte y la política, entre la creación y la vida misma. Un debate que hoy se sustenta sobre la base de la responsabilidad ética y el compromiso moral de todos sus actores.

En el orden personal, ese que atañe al artista como individuo, considero que los límites son infinitos: hoy el arte se extiende más allá de las disciplinas implícitas en la creación para abarcar la ciencia, la tecnología y los saberes más recónditos; se privilegian los enfoques interdisciplinarios, transdisciplinarios y la institución debe estar preparada para asumir, legitimar y potenciar estas formas de expresión. Como radicalización de estas estrategias artísticas estaríamos considerando la autoagresión, ya sea desde lo físico o desde lo psicológico. Estos procederes están sujetos a cuestionamientos múltiples que hoy no están dilucidados. Sin embargo, cuando esos procederes involucran a otros, —como en este caso que discutimos, cuando implican a los cubanos en su calidad de sujetos activos de la sociedad civil—se impone, por encima de otros análisis, la dimensión ética de la implicación de la “acción artística”. Y acoto: la libertad debería estar acompañada de una gran responsabilidad, como diría Juan Marinello. En este caso, ese sentido de la responsabilidad le ha sido esquivo a Tania. Ha vulnerado los principios fundamentales según los cuales debería haber evaluado contexto, circunstancias, alcances, disposiciones legales, sujetos involucrados, obsesionada en su pretensión de erigirse un lugar protagónico en medio de acontecimientos que desbordan sus capacidades y que son inéditos en la historia nacional. Tania pretende reproducir modelos foráneos y proyectarse como artífice de un consenso para Cuba que desborde las ideologías y las concepciones políticas por obra y gracia de su voluntad artística. Y me pregunto: ¿pretenderá Tania convertirse en arquetipo de un nuevo Mesías?

La proyección mediática de Tania a propósito de la plataforma Yo también exijo se autodefine como de “izquierda”, “anticapitalista”, “antimercado”. Sin embargo, sus principales promotores y su tribuna informativa están representados por medios y personas cuyo proyecto esencial para el futuro de Cuba es la restauración del capitalismo y la penetración de las ideas de la ultraderecha norteamericana en todos los órdenes de la vida nacional. Resulta entonces un contrasentido pretender darle espacio y voz en la simbólica Plaza de la Revolución a sujetos políticos totalmente deslegitimizados en la escena cubana, muchos de los cuales se oponen incluso a la normalización de las relaciones entre nuestro país y los EE.UU.

Uno de los momentos más tristes de mi vida profesional fue constatar que el resultado más mediatizado durante la Décima Bienal de La Habana fue la presencia de Yoani Sánchez en el performance El susurro de Tatlin. Los grandes medios no estaban interesados en la praxis de Tania, ni en el extraordinario performance del chicano Guillermo Gómez Peña. Solo replicaron la implicación de la intervención de Yoani Sánchez. Fue así eclipsado el extraordinario alcance cultural, social, humano de esa edición del evento, fueron silenciadas todas las estrategias discursivas que reflexionaban en torno los retos de la humanidad ante los efectos de la globalización para posicionar en los canales internacionales de información al último constructo de la industria contrarrevolucionaria, legitimándola como intelectual influyente en la política mundial. ¿Cuán ingenuo e irresponsable sería repetir la experiencia, multiplicando la escala exponencialmente?

Evidentemente, esta sexta edición de El susurro de Tatlin no se corresponde con el nivel de riqueza estético y conceptual demostrado antes por Tania, y resulta más una réplica “teatralizada” de cierto método habitual de enfrentamiento político que una propuesta para la recepción estética inteligente y movilizadora. Parece estar agotándose, si así fuera, la variabilidad sugerente y a veces agresiva de un modo artístico de ser que ha sido altamente valorado por críticos, curadores y artistas. Ese desgaste de su condición primigenia, como derivación reproductiva, atenta contra la esencia misma de su génesis y solo podría leerse, en mi opinión, como el extravío de una artista que de alguna manera parece estar perdiendo la conexión esencial con el contexto cubano. Un susurro que parece derivar inevitablemente en naufragio.

Tania Bruguera, #Cuba y la nación que deseamos

Blog de Raúl Antonio Capote

Todos estamos trabajando voluntariamente, desinteresadamente”, comentó Bruguera. “a lo mejor tenemos más suerte y la gente quiere quedarse más tiempo, a lo mejor podemos crear algo como Occupy Wall Street en La Habana” 

Durante los últimos 10 años el gobierno de los EE.UU ha intentado reproducir en Cuba escenarios similares a los construidos en Serbia, Ucrania, Kirguistán, Georgia, Siria, Libia, Irán, Venezuela, etc. Países donde la aplicación de la estrategia del Golpe Suave ha logrado, en la mayoría de los casos, la caída del gobierno.

Falsas huelgas de hambre, desinformación, manipulación mediática, guerra económica, creación y uso de redes sociales ilegales, planes de becas para formación de líderes de cambio, construcción de símbolos, intentos de marchas, no faltaron contra Cuba, ninguna de las 198 tareas recomendadas por Gene Sharp para acabar con gobiernos poco dados al servilismo o sencillamente incomodos. Todas las tentativas fracasaron.

Recientemente la AP denunció un plan de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) para utilizar a músicos cubanos en acciones contra el gobierno y provocar un cambio de régimen en Cuba, el plan involucró al conocido grupo de rap Los Aldeanos.

Ahora que el pueblo de Cuba celebra el fracaso de la estrategia obsoleta de intentar poner de rodillas a todo un pueblo, ahora que se abren las posibilidades de un acercamiento real entre dos naciones vecinas, después de más 55 años de una unilateral guerra sin sentido, los representantes del ala fracasada de la política anticubana en USA quieren recrear su Maidan en La Habana.

Según señala el Nuevo Herald, la artista cubana Tania Bruguera y un grupo de cubanos que crearon la plataforma “#Yotambiénexijo” están convocando a una acción en la Plaza de la Revolución el próximo 30 de diciembre, a las tres de la tarde, para que las personas “discutan” a micrófono abierto “qué nación desean”.

No es para crear un espacio de dialogo, no es el arte lo que mueve a los organizadores, pues espacios existen en la sociedad cubana actual para debatir cualquier tema, no buscan la paz, ni la libertad de expresión, buscan generar enfrentamientos, provocar confusión, desorden, en momentos en que la derecha fascista de Miami tiembla ante el fin de su hegemonía del terror, el tiempo corre contra ellos y el gran negocio de la guerra contra Cuba se les viene abajo.

La biografía de Tania Bruguera señala que es una artista que trabaja principalmente con el arte de conducta. Su trabajo explora el rol del público en performances y la relación entre la ética y el deseo. Realizó estudios en el Instituto Superior de Arte de La Habana y en el Instituto de Arte de Chicago. En 2002 creó la Cátedra Arte de Conducta en La Habana y en 2011 creó la Asociación de Arte Útil como plataformas de encuentro e implementación de sus proyectos.

Ha recibido reconocimientos como la Beca Guggenheim, el Meadows Prize (Dallas, EEUU) y el Premio Príncipe Claus, curiosamente este premio ha sido recibido también por la bloguera mercenaria Yoani Sánchez y Dagoberto Valdés quien dirigió el proyecto “Espacio Laical”. Sin embargo Tania Bruguera ha sido duramente criticada por sus intervenciones, donde muchas veces la ética más elemental brilla por su ausencia, en el afán de la artista de usar la provocación como estrategia cruza cualquier límite.

En el VII Encuentro Hemisférico del Performance que tuvo lugar en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Bogotá sirvió cocaína en tres bandejas que ofreció al público asistente, las bandejas de cocaína aparecieron llevadas por una asistente de Bruguera, muchos miraron con recelo la acción y otros consumieron. Varios artistas presentes salieron de la sala. Al final, el acto fue suspendido por la Universidad y recibió la repulsa del público y de los medios masivos de comunicación.

En otra de sus intervenciones, en la galería Tate de Londres, llevó a un grupo de policías a caballo que acorralaron a los asistentes y controlaron sus movimientos, en Autosabotaje, obra que presentó en Venecia en el 2001, jugó a la ruleta rusa con una pistola, al cuarto intento, levantó el arma y disparó, causando pavor en el público que había sido convocado para escuchar una conferencia de la artista. 

Existe un antecedente a su actual puesta en escena, durante la décima Bienal de La Habana en el 2009, armó una tarima con un telón marrón en el Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam, e invitó al público a que dijeran lo que quisieran durante un minuto. La bloguera Yoani Sánchez, parte esencial del espectáculo, intentó robarse el show haciendo uso de sus habituales diatribas contra la Revolución. La obra titulada Susurro de Tatlin, intentó crear un acto mediático de protesta.

La escritora cubanoamericana Achy Obejas señala algo muy significativo sobre el futuro evento del día 30 “veremos cómo reacciona el gobierno ante el evento: si dejan a la gente tranquila o si los botan de la plaza o los arrestan”.
“Personalmente estoy sintiendo la misma emoción que sentí cuando nosotros comenzamos Occupy Wall Street, que éramos un pequeño grupo de personas. Todos estamos trabajando voluntariamente, desinteresadamente”, comentó Bruguera. “a lo mejor tenemos más suerte y la gente quiere quedarse más tiempo, a lo mejor podemos crear algo como Occupy Wall Street en La Habana”

La semejanza de este discurso con los del serbio Srdja Popovic, líder de OTPOR, no es casualidad, Popovic llamaba a los serbios a ocupar espacios públicos, plazas, tribunas, esquinas, parques, para “hablar libremente sobre el futuro de Serbia”, curiosamente también se parece mucho al discurso de Vladimir Viatrovich, líder de la Revolución Naranja en Ucrania, “debemos ocupar cada espacio público para someter a debate el futuro de Ucrania”, o el de Ausama Monajed, líder del “levantamiento Sirio” ,” llamamos a ocupar las plazas para que el pueblo se exprese con libertad sobre el futuro de Siria”, durante Maidan  en Kiev, se realizaron acciones plásticas, se realizaron conciertos de música alternativa, para mantener ocupadas las plaza, el organizador de estas “actividades artísticas” el serbio Rajko Bozic es un veterano de OTPOR, el mismo que a sueldo de la USAID, intento promover acciones similares en Cuba usando a los grupos de rap y los festivales de música electrónica que se realizaban en La Rotilla, en la costa este de la Habana.

Según plantea Gene Sharp, de quien los antes mencionados son discípulos aplicados, una de las primeras acciones recomendadas para comenzar una revuelta es ocupar las plazas públicas, es una de las más importantes armas no violentas, de las 198 recomendadas en el libro de Sharp “De la Dictadura a la Democracia”, detrás de esta acción hay siempre una bien planeada estrategia de relaciones públicas, donde intervienen verdaderos emporios del arte del mentir y falsificar la realidad, como el Grupo Rendon o Burson-Marsteller, detrás de estas armas de combate, como bien las define el coronel retirado del Ejército de los EE.UU, veterano de Vietnam y estratega sobre el terreno de Gene Sharp, Bob Halvey, están los expertos en guerra psicológica, los magos de la percepción, los fabricantes de la “Verdad”, el arte de Tania Bruguera empalidece hasta desparecer ante las performance que pueden crear estos señores.

El arte debe servir para enriquecer el alma de los seres humanos, también para cuestionar, para increpar, debe combatir, transgredir, debe atreverse a cruzar fronteras, romper esquemas, debe emocionar, alegrar, entristecer, elevar, disgustar, violentar, pero cuando el arte se bastardea al servicio de la infamia, cuando se pone al servicio de los peores planes de los poderosos de este mundo, cuando sirve al dinero y se inclina ante el egoísmo, cuando se entrega como arma en manos de quienes pretenden mancillar a un pueblo, deja de ser, se convierte es triste espectáculo de feria barata.

Debe ser triste bufonear en los salones del Imperio, a cambio de un rinconcito en su Parnaso, ese Parnaso donde la vergüenza y el vacío desalma a más de un sombra que pudo ser y pervivir en la memoria de su pueblo.

El performance y la subversión

Percy Francisco Alvarado Godoy - Blog "Descubriendo verdades".- Esta vez el tiro le saldrá por la culata a Tania Bruguera. Pocas palabras dedicaré a este asunto. Quienes piensen que permitiremos aprobar aquellas manipuladas propuestas de dudoso arte, cargadas de evidente contenido contrarrevolucionario, se equivocan.

El mercenario conocido como El Sexto, quien pretendía ofender en uno de estos shows a las figuras de Fidel y Raúl, debe ser juzgado con todo el peso de la ley, tal como hubiera sucedido en otras naciones –incluidos los Estados Unidos-, para quien intente ofender a mandatarios y personas ilustres.

Es un error tratar de usar una supuesta libertad de expresión para ofender y manipular la realidad.

En el caso de la señorita Tania Bruguera, quien en busca de un desmedido protagonismo ha tratado de montar una provocación para mañana en la Plaza Revolución, escenario histórico de nuestro pueblo, convocando y recibiendo el apoyo de los grupúsculos contrarrevolucionarios internos, la misma debe de atenerse a la digna respuesta de nuestro pueblo.

Los tomates y los huevos, que son parte imprescindible de nuestra dieta diaria, no tan abundante como debiera ser, pueden ser parte también del repudio de nuestro pueblo ante tal acción provocadora. Allá ella, si es punto de mira de los huevazos y tomatazos de algún descontento ciudadano de nuestro pueblo, que la convertirán en un remedo de espagueti por parte del performance ciudadano.

Insto a nuestras autoridades a responder enérgicamente ante tal pretensión de esta señorita, quien en los últimos días –ya en Cuba-, se ha dedicado a buscar el apoyo de connotados contrarrevolucionarios. No podemos permitir acciones de este tipo en un sitio donde nuestro pueblo ha reafirmado durante décadas su apoyo a nuestra Revolución.

La acción dudosa conocida como la plataforma #YoTambienExijo, impostada en las redes sociales por los enemigos de la Revolución, no tendrá éxito alguno, ni seguidores dentro de nuestro pueblo.

¡Aténgase a las consecuencias quien pretenda ofender a la sensibilidad y el apego del pueblo cubano a sus convicciones y apoyo a la Revolución!

#YoTambienExijo que se respete, por parte de estos provocadores, el sentir mayoritario de los cubanos.

Las encrucijadas del arte y la política

Jorge Fernández Torres

Son muchos los debates que se establecen desde la contemporaneidad sobre la función social del arte en el momento actual, y dentro de ello la relación que puede existir entre arte y política. En esta encrucijada se mueve la propuesta de performance Yo Exijo de la artista cubana Tania Bruguera, continuidad de lo presentado durante la Décima Bienal de La Habana en el 2009 en el Centro Wifredo Lam y titulado El Susurro de Tatlin, en que el público, durante un minuto, opinaba tanto sobre cuestiones que se referían a aspectos internos de la propia Bienal, como de situaciones que involucraban a la macro sociedad en su conjunto.

Un elemento a destacar en ese entonces, fue la intervención de la bloguera Yoani Sánchez, una de las más activas opositoras al Gobierno Cubano, quien ha recibido cuantiosas sumas de dinero por mantener su estatus de disidente y que llegó a justificar en entrevistas públicas la guerra de Georges W. Bush contra Iraq. Aun cuando la obra de Tania Bruguera suscitara una gran polémica, se desarrolló hasta el final y no fue interrumpida. La tolerancia distinguió el curso de esa acción.

En esta ocasión Tania pretende realizar un performance que ya fue hecho en Cuba como hemos referido, y que en otros países donde ha ocurrido no ha tenido una segunda edición. En los procesos que suceden en la actualidad, donde las fronteras entre el arte y la vida son borrosas, no nos podemos desgastar en las bizantinas discusiones de que si esto o aquello es arte o no. Pienso que lo que está en juego es el sentido que tenemos de la ética.

Entre otras cosas, Cuba ha podido negociar con los Estados Unidos por haber preservado un país sin cometer crímenes y haber respetado los derechos elementales del ciudadano de a pie. Para nadie es un secreto la cantidad de imágenes de violencia dura de personas agredidas y asesinadas en el mundo entero por manifestarse pacíficamente. Si eso hubiera sucedido en este país, estoy seguro que íbamos estar en la agenda del Consejo Seguridad de la ONU. Nuestra estabilidad, a pesar de haber atravesado por situaciones complejas, es lo que nos ha hecho llegar hasta aquí.

Nosotros hemos tratado de no agotar el diálogo con Tania Bruguera y sigo pensando que es una gran artista y que tiene un lugar merecido en las colecciones del Museo de Bellas Artes de Cuba. En recientes conversaciones con ella, nos ha hecho saber su desvelo porque el modelo del capitalismo más brutal no se apodere de Cuba. Sin embargo, le hemos expresado también nuestras preocupaciones porque se puedan ver involucrados en sus proyectos personas de una llamada oposición que enuncian las tendencias más fundamentalistas en la relación con el futuro de la Isla.

Considero que en nombre del arte y en la búsqueda de una concertación nacional no se puede generar una plataforma que pueda destruir el sustento ético y moral de una nación. Este es un país que ha tenido que sufrir muchas tensiones para defenderse y que entendió muy bien aquella máxima del escritor cubano José Lezama Lima cuando decía que son tiempos de salvación y que su signo era una fogosa resistencia.

No es momento de estimular acciones que puedan derivar en la violencia, sino de encontrar la paz y el entendimiento. Esto no quiere decir que no se creen mecanismos para abrir un debate permanente con la participación de todos los cubanos y cubanas sobre cómo transformar nuestra realidad con nuevas ideas.

En tiempos donde muchas personas celebran la normalización de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos y donde en los barrios se derramaron lágrimas por la liberación de los tres cubanos encarcelados, no corresponde incitar a un debate del que pueda emanar una confrontación dañina a los retos por venir. Pensar que con micrófonos abiertos en la Plaza de la Revolución –desde una aparente convocatoria a la diversidad– vamos a resolver nuestros conflictos y diferencias, es un error. Con ello lo único que se lograría es potenciar tensiones y odio. Abriríamos las puertas a acciones indeseables, expresión de las frustraciones de aquellos que sienten que el negocio del que han vivido llega a su fin con las alocuciones de los Presidentes Raúl Castro y Barack Obama; y podría ralentizar un proceso de acercamiento que solo comienza.

Cuando uno revisita la Historia del Arte, la Historia de las Revoluciones y la Historia de la Política, los intentos del arte en el epicentro de la política solo han logrado intervenir pequeños espacios, no por ello menos trascendentes. Pero en estas confrontaciones siempre sobrevive el arte como gesto; aunque muchas veces se piense lo contrario.

Trabajar el espacio público conlleva el reconocimiento de regulaciones y el ejercicio de negociaciones. En ningún lugar del mundo se entrega irresponsablemente. Tania no puede pedir que Cuba haga algo que no puede hacer en otro país.

Contra Cuba
Cubadebate Un jurado declaró hoy culpable al senador de Estados Unidos Bob Menéndez de los 16 cargos que enfrentó en el juicio federal por corrupción que sacó a la luz cómo el político “puso su p...
Lo último
Isabel Rubio, razones para la libertad
Marilys Suárez Moreno - Revista Mujeres.- Dicen que fue una mujer de armas tomar y su historia de vida no deja dudas sobre la también llamada Capitana de Vuelta Abajo. Ferviente seguidora de los planes insurreccionales de José Ma...
Ver / Leer más
La Columna
La Revista