Mayle González - Progreso Semanal / Tomado de Cubadebate - Foto: Bill Hackwell / Cubadebate.- Progreso Semanal contactó vía e-mail con el abogado cubano, residente en Washington, José Pertierra, con el fin de aclarar algunas de estas dudas relacionadas con la Ley de Ajuste Cubano.


¿Cómo sería el proceso para derogar la Ley de Ajusto Cubano y qué tiempo podría durar este? ¿Puede el Presidente de los Estados Unidos, sin el apoyo del Congreso, modificar y/o regular dicha Ley? ¿Qué tipo de modificaciones pudiera hacer?

JP: La Ley de Ajuste Cubano fue creada por el Congreso de los Estados Unidos en 1966, para amparar legalmente a los supuestos refugiados políticos cubanos que llegaban. Como no existía (hasta 1980) una ley de asilo, no había un mecanismo legal que permitiera tramitarlo. El Congreso inventó la Ley de Ajuste con el propósito de facilitar la legalización de los cubanos que decían ser refugiados.

Dicha Ley le da al Ejecutivo la discreción para permitir que un cubano que haya entrado con visa o con parole al país luego del año y un día, se haga residente permanente de Estados Unidos. En inglés dice que el ejecutivo “may in his discretion” concederle la residencia.

La clave está en las palabras “may” y “discretion”: en castellano “puede” y “discreción”. Esto quiere decir que el Presidente “puede” utilizar su discreción y su autoridad presidencial para conceder la residencia a esos cubanos. O no. No es algo automático, como erróneamente piensan muchas personas -incluso abogados.

Es decir, si el Presidente decide mañana que no es conveniente para los Estados Unidos que los cubanos que hayan llegado con visa o con parole hace más de un año reciban la residencia, entonces con un plumazo el Presidente cambiaría las reglas del juego y se acabaría la Ley de Ajuste como la conocemos hasta ahora. Existiría la legislación, pero como cascarón nada más. Igual que la ley le da al Presidente la potestad para poder, en su discreción, concederle la residencia a los cubanos, también dice que el Presidente tiene la potestad para, discrecionalmente, negársela. Esto se llama autoridad presidencial y es el mismo poder que utilizó Obama para licenciar una serie de actividades comerciales y financieras que anteriormente estaban prohibidas debido al bloqueo contra Cuba.

La otra variante es que el Congreso decidiera eliminar la Ley de Ajuste como tal. Ese proceso sería más largo y engorroso. Tendría la Cámara de Representantes que aprobar la derogación de la ley en comité y posteriormente en el pleno de la Cámara. Lo mismo tendría que hacer el Senado. Entonces el Presidente tendría que firmar el proyecto de ley. Sería mucho más rápido inhabilitar la ley a través de autoridad presidencial, porque eso lo pudiese hacer Obama con un plumazo. Derogar la Ley por la vía legislativa tardaría un año, si hay voluntad política en el Congreso; y muchos años, si los legisladores están divididos sobre el tema. El Congreso estadounidense está contaminado por una politiquería que ha paralizado el proceso legislativo en general. No creo que esos politiqueros estén dispuestos en el próximo futuro a tomar cartas en el asunto.

Si la Ley de Ajuste es inhabilitada próximamente, será el Presidente el que lo haga. No el Congreso.

Si la Ley de Ajuste Cubano fuera derogada o modificada, ¿cómo quedarían las personas que están en el tránsito de su estatus legal, de no haber cumplido el año y un día en el momento del cambio?

JP: No me sorprende que muchos estén pensando que la Ley de Ajuste cubano pueda ser derogada. Incluso algunas personas influyentes han hecho declaraciones sobre esto. Por ejemplo, la exjefa de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en Cuba, Vicky Huddleston, diez días después del anuncio de Obama, pidió en el New York Times que la Ley de Ajuste se derogara para poder “fomentar una migración segura y ordenada, además de salvar vidas”.

Es una ley anacrónica. También es una ley dispareja, porque solamente les otorga residencia permanente a los cubanos. El resto de los indocumentados quedan fuera. Finalmente, es una ley que estimula la inmigración ilegal en los Estados Unidos. Washington siempre ha estado preocupado de que brote una ola de balseros hacia el país, y esta ley incita a las personas llegar a tierra firme estadounidense de una manera o de otra.

Es imposible predecir exactamente qué pasará si la Ley de Ajuste es derogada o modificada. Por supuesto es lógico asumir que quedarán fuera de su amparo aquellos que aún no han solicitado la residencia en el momento en que la ley sea derogada. Pero prefiero no especular, porque el Presidente tiene la potestad para decidir los detalles de cualquier cambio que decida hacerle a la implementación de la ley. El Presidente puede anularla, modificarla, ampliarla o simplemente dejarla en pie. Tiene esa potestad.

La Ley de Ajuste Cubano permite a los refugiados regularizar su status a residentes temporales y luego de 5 años a ciudadanos americanos, de ser derogada dicha Ley ¿pudiera interrumpirse el proceso de la ciudadanía para quienes tienen la residencia? ¿Por qué?

JP: Después de que una persona reciba la residencia permanente en los Estados Unidos, no tiene que preocuparse. La residencia es por definición “permanente”. También el carril hacia la posible naturalización en el futuro, es seguro. Los que tienen que preocuparse son los que aún no han recibido la residencia, cuando ocurra cualquier cambio.

Se ha reportado un mayor número de cubanos arriesgándose en travesías marítimas para alcanzar las costas de Estados Unidos, durante las últimas semanas ¿Considera usted que la Ley de Ajuste Cubano pudiera continuar vigente por mucho más tiempo?

JP: No lo sé. Todo es posible en la viña del señor. Por ejemplo, no pensé que el bloqueo pudiera continuar vigente por mucho tiempo, y dura 54 años. Igual que el bloqueo, la Ley de Ajuste cubano no le conviene a los Estados Unidos. Estimula la inmigración ilegal. Tampoco les conviene a los cubanos que piden visas para visitar familiares en los Estados Unidos. El hecho de que exista una ley que premia a los que se quedan ilegalmente en el país milita contra uno de los elementos claves para poder calificar para la visa de visitante: que uno prueba que tiene un domicilio en Cuba al cual piensa regresar. Si el cónsul estadounidense piensa que el solicitante se quedaría en EEUU al otorgarle una visa de visita temporal, entonces está más apto para negarle esa visa. Sin la Ley de Ajuste, el consulado otorgaría más visas a los cubanos. Finalmente, muchos cubanos han fallecido tratando de cruzar el estrecho de la Florida en embarcaciones precarias para poder acogerse a la Ley de Ajuste y encontrar el efímero sueño dorado en los Estados Unidos.

Hay otras maneras de emigrar legalmente a los Estados Unidos que hasta ahora no han sido posible para los cubanos debido al bloqueo. Por ejemplo, las visas H-1B y L-1 para profesionales. También el proceso llamado certificación laboral permite que se les otorgue la residencia a las personas cuya labor es solicitada por una empresa en los Estados Unidos. Hasta ahora esas vías para emigrar no han estado disponibles para los cubanos, debido a las restricciones del bloqueo. Cuando esas restricciones vengan abajo, será posible que algunos de los que desean emigrar puedan hacerlo sin tener que arriesgar sus vidas y las de sus hijos.

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