Jorge Legañoa Alonso, enviado especial - Foto: Juana Carrasco - AIN - Video: Cuba MINREX.- Venimos con espíritu constructivo, tratando de acercar las posiciones de ambas partes, dijo en esta capital Josefina Vidal Ferreiro, directora general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), al frente de la delegación cubana a la segunda ronda de conversaciones entre la Isla y Estados Unidos.


Vidal reiteró que Cuba espera recibir respuesta a algunos temas que se deben resolver para crear el contexto adecuado que permita formalizar el restablecimiento de relaciones diplomáticas y abrir embajadas en nuestros países.

En cuanto a la propuesta que Cuba trae a estas conversaciones, referido a los derechos humanos, la funcionaria cubana adelantó que se va a discutir cómo se desarrollarán este tipo de reuniones.

En el mes de julio del 2014 Cuba propuso desarrollar un diálogo abierto y recíproco sobre el tema de los derechos humanos, proposición reiterada el pasado mes de enero en La Habana y “en esa área tenemos cosas que mostrar”, aseguró Josefina Vidal.

Como parte de la agenda se tratará nuevamente el tema de sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, cuestión que es importante resolver para crear el contexto adecuado que permita dar el paso al restablecimiento de relaciones diplomáticas.

La directora general Estados Unidos de la Cancillería adelantó a la prensa cubana que se reunirá en esta capital con un grupo de personas que históricamente han tenido interés en lograr mejorar las relaciones bilaterales y un acercamiento entre nuestros dos países y pueblos.

Entre los encuentros que sostendrá la delegación cubana está uno con representantes del sector empresarial de Estados Unidos, todos muy motivados con las posibilidades de negocios que puedan abrirse para ellos cuando el bloqueo sea levantado.Josefina Vidal Ferreiro, directora general de Estados Unidos del MINREX ofrece declaraciones a la prensa cubana desde Washington la víspera de la segunda ronda de conversaciones entre Cuba y Estados Unidos. De igual forma Vidal Ferreiro se reunirá con miembros del Congreso estadounidense, en particular con algunos de los líderes que han hecho grandes esfuerzos para mejorar las relaciones entre las dos naciones.

La decisión política de restablecer relaciones fue anunciada por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama el pasado 17 de diciembre, pero será un proceso lento que llevará tiempo, como han reiterado las delegaciones en los diálogos realizados.

A diferencia de los encuentros sostenidos en Cuba donde fueron abordados varios temas como el cumplimiento de los acuerdos migratorios y los asuntos bilaterales, en esta ocasión las conversaciones en Washington se centrarán en el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas.

Los diálogos entre los representantes de Cuba y Estados Unidos se desarrollarán este viernes 27 en el Departamento de Estado, a escasas cuadras de la Casa Blanca, y se espera que en horas de la tarde de mañana, Josefina Vidal y Roberta Jacobson, subsecretaria de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental ofrezcan declaraciones a la prensa.

En Washington delegación de Cuba a conversaciones con EE.UU.

La Habana, 26 feb (AIN) Arribó a la capital estadounidense, en la tarde de ayer, la delegación cubana a la segunda ronda de conversaciones con EE.UU., la cual está presidida por la Directora General de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal Ferreiro.

Recuerda el diario Granma hoy que con esta nueva ronda de conversaciones entre Cuba y EE.UU. se dará continuidad al diálogo iniciado en enero de este propio año, en La Habana, sobre el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la apertura de las Embajadas respectivas en ambas capitales.

La Directora General de Estados Unidos Josefina Vidal, junto al resto de los miembros de la delegación cubana que la acompañan, cumplimentará un intenso programa de actividades durante su estancia en la capital estadounidense.

Cronología de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos

Jorge Legañoa Alonso, enviado especial.

Washington, 26 feb (AIN) El 17 de diciembre último, los presidentes de Cuba y Estados Unidos, Raúl Castro y Barack Obama, anunciaron la intención de ambos países de comenzar un proceso de diálogos para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y el inicio del camino hacia la normalización de las relaciones bilaterales.

Desde el propio triunfo de la Revolución cubana, el primero de enero de 1959, y la posterior entrada en La Habana del Ejército Rebelde, comenzarían las acciones de las distintas administraciones de Estados Unidos para derrocar al gobierno cubano.

En 1960 EE.UU. decreta el embargo a las exportaciones cubanas, en lo que constituyó el inicio del bloqueo comercial a Cuba. Al año siguiente, el gobierno norteamericano rompe relaciones diplomáticas con Cuba, luego de que soberanamente la Isla nacionalizara empresas y bancos estadounidenses.

A continuación, algunos de los principales momentos en la historia de las relaciones diplomáticas entre los dos países y un resumen cronológico de lo acontecido desde el 17 de diciembre:

- Enero, 1961. El gobierno de Estados Unidos rompe relaciones diplomáticas y consulares con Cuba, decisión seguida por una ordenanza del Departamento de Estado de limitar los viajes de norteamericanos a la Isla a no ser que sirvieran a sus intereses.

- Abril, 1961. Es derrotada en 72 horas una invasión mercenaria por Playa Girón que contó con el auspicio del gobierno de EE.UU. El Comandante en Jefe Fidel Castro proclama el carácter Socialista, Marxista y Leninista de la Revolución cubana.

- Febrero, 1962. El presidente John F. Kennedy, ordena el embargo total a Cuba.

- Octubre, 1962. Crisis de los Misiles.

- 1966. El Congreso de los EE.UU. aprueba la Ley de Ajuste Cubano, que legaliza a los inmigrantes ilegales que alcancen sus playas y les facilita trabajo. Una política hostil que durante décadas ha estimulado la emigración ilegal de ciudadanos cubanos hacia ese país.

- 1977. Los gobiernos de Cuba y EE.UU. acuerdan establecer Secciones de Intereses para resolver cuestiones bilaterales en las capitales de ambos países. Se soslaya la prohibición de comerciar con Cuba.

- 1981. La nueva administración del presidente Ronald Reagan reinstituye una política más hostil contra Cuba.

- Septiembre, 1992. El Congreso de EE.UU. aprueba la Ley Torricelli, que incluye el bloqueo a las subsidiarias de empresas estadounidenses que actúen en otros países.

- 1994. Crisis de los "Balseros".

- Septiembre, 1994. Cuba y EE.UU. firman los segundos Acuerdos sobre Inmigración.

- Marzo, 1996. El presidente Bill Clinton, promulga la Ley Helms Burton, que permite demandar a quienes negocien con propiedades nacionalizadas a estadounidenses en la Isla.

- Junio, 2004. El gobierno del presidente George W. Bush aprueba nuevas restricciones de viajes a la Isla.

- Enero, 2011. El presidente Barack Obama anuncia la eliminación de ciertas restricciones de viajes y envío de remesas, que entran en vigor dos semanas después.

- Abril, 2014. La AP revela que la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo internacional (USAID), mantuvo hasta 2012 su proyecto de red social para Cuba llamado 'ZunZuneo' con el fin de subvertir a la juventud cubana.

- 17 de diciembre, 2014. Después de 18 meses de conversaciones secretas, los gobiernos de Cuba y EEUU anunciaron la intención de comenzar un proceso de diálogos para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y el inicio del camino hacia la normalización de las relaciones bilaterales.

- 17 de enero, 2015. Entran en vigor las medidas anunciadas por el presidente Barack Obama el 17 de diciembre del 2014, que eliminan algunas restricciones al comercio y los viajes de ciertas categorías de estadounidenses a Cuba.

- Enero. Una coalición bipartidista de ocho senadores -los demócratas Patrick Leahy, Dick Durbin, Tom Udall y Sheldon Whitehouse, junto a los republicanos Jeff Flake, Jerry Moran, Mike Enzi y John Boozman- introdujo un proyecto de ley para eliminar la prohibición de viajes a Cuba y permitir que los estadounidenses hagan turismo en la Isla.

- Enero. Ronda de conversaciones en La Habana entre Cuba y Estados Unidos. Se abordan diversos temas en varias sesiones de trabajo que incluyeron el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas, la marcha de los acuerdos migratorios y asuntos bilaterales de interés.

- Enero. Una encuesta del Pew Research Center -tanque pensante de EE.UU.- señala que la mayoría de los estadounidenses apoyan la normalización de las relaciones con Cuba. El 63 por ciento apoya la decisión de Obama de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba, mientras que el 66 por ciento está de acuerdo con el fin del bloqueo.

- Febrero. La demócrata Amy Klobuchar presentó en el Senado un proyecto legislativo bipartidista que propone eliminar las restricciones del bloqueo referidas al comercio, los viajes y la transportación marítima. Los copatrocinadores de la iniciativa son sus colegas demócratas Debbie Stabenow, Patrick Leahy y Dick Durbin, junto a los republicanos Mike Enzi y Jeff Flake.

- Febrero: Según la encuestadora Gallup: la opinión de los estadounidenses sobre Cuba es la más favorable en 20 años.

- Febrero. Los senadores estadounidenses Claire McCaskill, de Missouri, Amy Klobuchar, de Minnesota, y Mark Warner, de Virginia, todos del Partido Demócrata, visitan La Habana y afirmaron sentirse optimistas por el futuro de las relaciones entre ambos países al tiempo que señalaron estar impresionados por las oportunidades que ofrece la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, luego de un recorrido por a ese puerto.

- Febrero. Nancy Pelosi, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes del Congreso de EE.UU. visita La Habana junto a otros ocho congresistas. Pelosi afirma que hay un fuerte apoyo bipartidista para el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. contra Cuba. Son recibidos por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

Prensa cubana en Washington para cobertura de conversaciones

Jorge Legañoa Alonso, enviado especial

Washington, 26 feb (AIN) Una delegación de la prensa cubana arribó al filo de la media noche de hoy a esta capital para reportar los pormenores de la segunda ronda de conversaciones entre Cuba y Estados Unidos sobre el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas y la apertura de Embajadas en ambos países.

La comitiva de la Isla está integrada por personal periodístico de los diarios Granma y Juventud Rebelde, el sitio Cubadebate, Radio Rebelde, la Televisión Cubana y esta Agencia.

Minuto a minuto el pueblo conocerá de primera mano cuanto acontezca sobre los diálogos entre los representantes gubernamentales de Cuba y EE.UU., que tendrán lugar mañana viernes en el Departamento de Estado, donde la comitiva de la Isla espera recibir respuesta sobre asuntos planteados en la ronda efectuada en La Habana.

Según trascendió, la parte cubana trae una propuesta para concretar un diálogo bilateral sobre derechos humanos en condiciones de igualdad y reciprocidad.

En la primera ronda de conversaciones Cuba expresó sus preocupaciones por la garantía y protección de los derechos humanos en EE.UU., al tiempo que aseguraron la Isla tiene resultados y experiencias interesantes que mostrar y compartir sobre este tema.

La prensa conoció que los representantes del gobierno cubano asisten al diálogo en la capital estadounidense con espíritu constructivo, con expectativas respecto a dos asuntos importantes para crear el contexto apropiado para el restablecimiento de relaciones diplomáticas y apertura de embajadas: la exclusión de Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo y la solución de la situación bancaria que enfrenta la Sección de Intereses en Washington para sus operaciones financieras desde hace más de un año.

Esta segunda ronda de conversaciones en Washington está antecedida por la visita este mes a La Habana de tres senadores y nueve congresistas estadounidenses, entre ellos la líder de la minoría demócrata en la Cá¬mara de Representantes, Nancy Pelosi, quien fue recibida en La Habana por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

Segundo encuentro Cuba-EEUU: Un viaje por dos Washington

Ismael Francisco, Rosa Miriam Elizalde - Cubadebate

I

Washington parece envuelta en un sudario esta mañana. Amaneció con una fuerte ventisca, que amontona la nieve sobre todo lo que no está bajo techo, incluidas las ramas secas de los miles de árboles que bordean el Potomac, de donde cuelgan carámbanos y pequeños nudos de hielo. Son tan blancas las carreteras, las casas, el río congelado que no hay modo de distinguir dónde empieza la calle ni dónde termina la ribera. Nos recuerda aquella “infinita ceguera blanca, como un mar de leche” que padecían los personajes de la célebre novela de José Saramago.

Pero esta ciudad monumental, meca del capitalismo, también resulta extraña porque no hay un solo cartel publicitario en el paisaje, salvo las múltiples estatuas que, por su tamaño y elegancia, son como apoteosis de los héroes –el de Lincoln, Jefferson, Martin Luther King, Simón Bolívar frente a los muros del Departamento del Interior, Benito Juárez junto a Watergate. El aire espectral lo refuerza el hecho de que hay poca gente y automóviles en las calles a las ocho de la mañana. Por la dureza del clima y las bajas temperaturas, las autoridades emitieron un aviso que permite a los funcionarios llegar dos horas más tarde al trabajo y las escuelas no han abierto hoy.

Coincidimos, Ismael Francisco -el fotógrafo de Cubadebate- y yo, en que este ambiente fantasmagórico parece el decorado de una película que podría ubicarse en cualquier época. En el Siglo XIX, por ejemplo. Y aquí estamos frente al antiguo edificio que albergó la Secretaría de Estado de hace 125 años, tal como lo vieron sus contemporáneos. Quien conozca las crónicas que escribió José Martí para La Nación, de Buenos Aires, recordará las descripciones de este lugar, donde sesionó la Primera Conferencia Internacional de las Naciones Americanas, que iniciara el “panamericanismo” y que se celebró en “aquel invierno de angustia” de 1889. Martí nos habla de los representantes de “las dos nacionalidades de América” y diferencia a los del Sur de los anfitriones del Norte, hijos de aquella “América con un pueblo de intereses distintos, composición híbrida y problemas pavorosos (…), un pueblo agresivo de otra composición y fin”.

Martí nunca visitó Washington. Seguía este acontecimiento desde Nueva York, por los periódicos. A despecho de los pronunciamientos oficiales del entonces Secretario de Estado, James G. Blaine, que hablaban de inteligencias mercantiles, comunicaciones navieras, arbitrajes y otras inocencias aparentes, la prensa más sincera dejaba entrever el pulmón del águila, un animal tallado en las piedras de la antigua sede de la Cancillería, que se conserva como entonces, a un costado de la Casa Blanca. Ismael toma la instantánea. La fachada es idéntica a la que lucen las fotos de 1889. Con un poco de imaginación se pueden ver a los caballeros de ambas Américas –salvo el representante de República Dominicana, que soberanamente decidió no estar, y el de Cuba, entonces bajo dominio Borbón- enfundados en sus gruesas capas y sus sombreros de fieltro, posando para la foto oficial bajo los arcos del edificio. Martí narra el momento:

“Al otro día, a las doce, fue la delegación en masa a la Secretaría de Estado. En la sala diplomática los esperaba, de pie, un hombre pálido, de ojo incisivo y cabello a la frente, de sonrisa imperial y mano suave. Y en el primer fulgor empezó su discurso, el discurso de la sentencia maravillosa, del Mail and Express, el discurso de las sonoras evasivas del Evening Post, ‘Poder, comunicaciones más rápidas’.”

Blaine, que vivió y murió en el Siglo XIX, sigue siendo un contemporáneo de los funcionarios del actual Departamento de Estado.

II

A cinco minutos de la Casa Blanca está Foggy Bottom, el barrio hacia donde se mudó, durante la II Guerra Mundial, el actual Departamento de Estado. Foggy quiere decir “neblinoso” y Bottom “fondos”. Era eso, advierte la escritora Suzanne Berry Sherwood: son los bajos fondos de la ciudad, una zona turbia y espesa, contaminada por los gases opacos de las fábricas de gas, cristales y cerveza, donde trabajaban los más pobres, inmigrantes irlandeses y alemanes, y negros prófugos de las plantaciones de algodón del Sur.

No tenía nada que ver la imagen de entonces a la actual que proyecta este barrio, con sus edificios de estilo moderno, columnas de mármol rosa y lámparas Tiffany titilando a través de los cristales en cafés de moda –en uno de ellos, Jackie le dio el sí a un prometedor político, John Kennedy, y en otro, Marilyn Monroe tuvo encuentros furtivos con el Presidente asesinado en 1962. Pero por aquí pasó mucho antes el escritor inglés Charles Dickens, a quien le gustó el barrio más que la aparatosa ciudad que iba naciéndole al costado: Washington –dijo- es la meca del “desagradable engaño electoral, los manejos a escondidas de las autoridades, y los ataques cobardes a los adversarios, con periódicos difamatorios como escudos y bolígrafos contratados para ser dagas”.

Un recorrido rápido por Foggy Bottom, donde un ejército de trabajadores riegan sal y palean nieve en la calle, lleva al Edificio Harry S. Truman. Es la sede del Departamento de Estado, que ha tomado el nombre del Presidente que lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki. Aquí tendrá lugar mañana la segunda ronda de conversaciones entre Cuba y Estados Unidos para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, y lo interesante de darse una vuelta hoy por estas inmediaciones, es que no hay manera de ignorar que, casi a la vuelta de la Secretaría de Estado, esté el no menos célebre Edificio Watergate.

Con un diseño circular y una relevancia única, el edificio quedó clavado en la historia de este país como sinónimo de escándalo, por aquel célebre que llevó a la renuncia al presidente Richard Nixon. Cinco hombres fueron sorprendidos y apresados en 1972, cuando se disponían a instalar unos equipos electrónicos para espionaje en la oficina del Partido Demócrata, que estaba ubicada en el hotel Watergate, dentro de este complejo. Los cincos eran miembros de la CIA y tres de ellos habían nacido en Cuba, integraron la Brigada 2506 que invadió la Isla en 1961 y habían sido canjeados por compotas, después de la derrota en Playa Girón.

En el 2009, uno de los “plomeros cubanos” de Watergate, Eugenio Martínez, reconoció la frustración de su vida: “Yo quería derribar a Castro y desgraciadamente derribé al presidente que nos estaba ayudando, a Richard Nixon”.

III

Cuba está en esta ciudad. A unos minutos del Watergate se encuentra el Memorial Lincoln, dedicado al presidente asesinado en 1865, sitio donde Martin Luther King hizo su histórico discurso antes de correr igual suerte. Hay una foto histórica de 1959, tomada por Alberto Korda, que nos muestra al joven Primer Ministro de Cuba, Fidel Castro, al pie de la figura pensativa y en mármol de Abraham Lincoln.

Si se cruza el puente de ese Memorial (el Memorial Bridge), sobre el río Potomac que dividió las tropas del norte y del sur en la Guerra Civil, se llega al Cementerio de Arlington. En ese trayecto, que hicimos cuando ya comenzaban a salir los primeros rayos del sol en el día, obligatoriamente hay que pasar por el Monumento al Soldado estadounidense que participó en la Guerra de Cuba (1998-1902), y dentro de la necrópolis está, nada menos, que el mástil principal del Acorazado Maine. Fueron enterrados en Arlington los restos de este buque de guerra que pudieron ser recuperados y llevados a Estados Unidos, junto con los cuerpos de 229 tripulantes, localizados tras el sabotaje de esta embarcación frente a las costas de la Isla, el 16 de marzo 1912.

No solo están relacionados estos hechos por la geografía que los acerca en Washington. También, porque la historia oficial glorifica en ambos casos una versión interesada de la realidad. El Maine fue el pretexto para la intervención en la Isla y los soldados que murieron en la Loma San Juan, de Santiago de Cuba, no estaban defendiendo al pueblo cubano, sino invadiendo el país. Eran los hijos de “un pueblo agresivo de otra composición y fin”, del cual nos habló el cubano que mejor conoció a los Estados Unidos.

Pero este mismo viaje que comenzó con frío y terminó con el sol derritiendo la nieve, tal como lo muestra Ismael Francisco, prueba que hay un Washington imperial, y otro espléndido, el de la resistencia de los desposeídos. Porque es también la capital del Imperio y el lugar que acogió a los esclavos que se escapaban del sur y llegaban a través del Underground Railroad, la red de rutas secretas y casas de seguridad utilizadas por los negros de origen africano para escapar a los estados libres y Canadá, con la ayuda de los abolicionistas que simpatizaban con su causa en el Siglo XIX.

Es el lugar donde Martin Luther King congregó a su gente para expresarles que tenía un sueño de otro país sin discriminación racial. Él tiene parques y monumentos a su memoria, como Malcom X, próximos a la Casa Blanca, símbolo del poder que los persiguió y despreció. Pero frente a la emblemática Casa Presidencial, una mujer anuncia que hará una vigilia indefinida para que se detenga el genocidio contra los palestinos, plan de Israel con el apoyo tácito del gobierno de EEUU. Apenas asoma un poquito el sol, las ardillas salen al Parque Lafayette a comer avellanas que les regalan los turistas, mientras hay pobres que a esa misma hora se acuestan en plena calle sobre los registros del metro para aliviar el crudo invierno.

Este es el emporio de los congresistas y senadores, algunos de ellos sin alma, y también el espacio que habita un pueblo mayoritariamente negro, con una alcaldesa descendiente de africanos y amada por su gente. Aquí está la plaza donde Pete Seeger cantó “esta tierra es nuestra” y llamó a los obreros a tomar las fábricas. Es Washington, ciudad imperial y ciudad esperanza, que sabe que Cuba no es un país terrorista y jamás habría puesto a la Isla del Caribe en esa lista infame. Veremos qué Washington recibe en la mañana de este viernes a los cubanos en el Departamento de Estado.

De los canales secretos a la diplomacia directa

Destacados intelectuales y diplomáticos estadounidenses dialogan con la prensa cubana sobre las oportunidades y desafíos que representa el nuevo escenario emanado del anuncio de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama el 17 de diciembre

Sergio Alejandro Gómez - Granma.- Peter Kornbluh esperaba una noticia grande antes de finalizar el 2014, pero el alcance del anuncio de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama el 17 de diciembre lo sorprendió tanto como al resto del mundo.

“El secreto más grande era un cambio casi total en el futuro de la política de los Estados Unidos hacia Cuba”, aseguró en respuesta a una pregunta de Granma el analista del Archivo de Seguridad Nacional norteamericano y autor del libro Back Channel to Cuba: The Hidden His­tory of Negotiations Between Washington and Havana (Canales secretos hacia Cuba. La historia oculta de las negociaciones entre Washington y La Habana).

Pocos libros como el suyo, escrito junto al profesor William M. Leogrande y publicado a comienzos del pasado año, tienen la suerte de lograr tal sincronización con los acontecimientos que narran. Quizá no sea del todo una casualidad, pues Kornbluh dice que hay que “contar la historia, para crear la historia”.

El texto recoge detalladamente los intercambios que, por corrientes subterráneas, han surcado el Estrecho de la Flo­rida desde la administración de Dwight D. Eisenhower hasta la de Barack Obama. Pero el último capítulo, que no aparece en sus páginas, se escribió en Canadá durante cerca de 18 meses.

Desde entonces, Cuba y Estados Unidos pasaron de los canales secretos a la diplomacia directa.

“El cambio empezó con un paso fuerte, pero aún faltan muchos otros”, afirmó Kornbluh en una conversación in­formal con varios periodistas cubanos a pocas horas de co­menzar la segunda ronda de conversaciones entre los dos países para el restablecimiento de relaciones.

Con Leogrande, el otro autor del libro, este diario intercambió mucho antes, apenas unos días después del histórico acuerdo.

Para el profesor de Gobernanza en la Universidad Ame­ricana de Washington y reconocido articulista de diarios como The New York Times, Washington Post y Le Monde Diplomatique, el hecho de que ambos mandatarios desde un inicio hayan acordado restablecer relaciones es un cambio radical. “Es el símbolo de la decisión de Estados Unidos de tratar a Cuba como un igual, un país soberano e independiente con el que podamos tener una relación civilizada a pesar de nuestros desacuerdos”.

“No hay duda de que el presidente Obama ha cambiado la política que introdujo por primera vez el presidente George H. W. Bush, que condicionó la mejoría de las relaciones a un cambio en el sistema político y social cubano”, valoró Leogrande en aquel momento.

Kornbluh coincide en la dimensión del cambio y lo interpreta como una aceptación de la legitimidad de la Revo­lución Cubana y su liderazgo, aunque ello no signifique que se van a acabar todos los problemas.

“Obama hizo algo que ningún otro presidente había hecho: decir que va a cambiar la política porque no cumple con los intereses de Estados Unidos”.

Pero ir de las palabras a los hechos ha demostrado no ser tan sencillo.

Kornbluh asegura que el presidente tiene apoyo interno y las fuerzas contrarias son pequeñas, incluso en Miami. Sin embargo, algunas fuerzas contrarias a la mejoría aún son poderosas e influyentes en el Congreso, sobre todo del partido republicano, dijo.

Aun así, cree que el Legislativo podría remover la restricción que pesa sobre los ciudadanos estadounidenses que quieran viajar libremente a Cuba.

Levantar el bloqueo es más difícil con los republicanos al frente de la Cámara y el Senado, pero no imposible, agregó. Hay un fuerte lobby del sector de la agricultura y miles de personas y empresas que quieren visitar la isla y hacer negocios.

Kornbluh está seguro de que una coexistencia, un modus vivendi, puede ser posible entre nuestros países. Recordó la frase del General de Ejército Raúl Castro respecto a que los nexos entre Cuba y Estados Unidos eran como un puente destruido durante una guerra. “Ahora lo importante es reconstruirlo sin que nadie salga perdiendo”, dijo.

Aclaró que Estados Unidos no va a dejar “de ser el país que es” y siempre va a “empujar” hacia sus intereses. Pero “empujar” en un contexto de relaciones civilizadas es muy distinto a hacerlo en un contexto de agresión o de guerra de baja intensidad como ha sido durante el último medio siglo.

Roberta Jacobson, la jefa de la delegación norteamericana a la primera ronda de diálogos en La Habana a finales de enero, dijo claramente que su país estaba cambiando los métodos pero no los objetivos.

De cualquier manera, la normalización será un proceso largo y complejo. El encuentro de este viernes entre las personas que tienen que materializar los acuerdos de los presidentes, girará sobre temas más específicos y tiene un objetivo mucho más claro: abrir el camino que permitirá izar las banderas de las misiones diplomáticas en La Habana y Washington.

Uno de los puntos claves es la injusta inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo internacional que elabora el Departamento de Estado.

Kornbluh cree que a ese error no le queda mucho tiempo y apuesta porque Estados Unidos se moverá para revertirlo antes de la Cumbre de las Américas a comienzos de abril.

Primero —apuntó— no tiene ningún sentido avanzar en un diálogo sobre relaciones diplomáticas con un país que afirma que uno apoya el terrorismo.

Pero lo más importante, añadió, es que es una mentira y un insulto a Cuba. “Obama y su equipo saben eso”.

La situación bancaria de la misión cubana en Washington es otro tema espinoso y está en las manos del Ejecutivo norteamericano encontrar una solución para garantizarle ese servicio vital.

Cómo funcionarán esas futuras sedes diplomáticas, dado el historial de injerencias de la Oficina de Intereses de Washington en La Habana, es otro tema que causa preocupación.

Granma le preguntó a Wayne Smith cómo se imaginaba la nueva embajada junto al Malecón. El joven que estuvo junto a Philip W. Bonsal, el último embajador norteamericano en La Habana y que luego fue jefe de esa sección entre 1979 y 1982, respondió que sería muy distinta a la de antes.

Aquella embajada, dijo en referencia a la de inicios de la Revolución, no quería dialogar ni lograr entendimientos sobre nada y eso ahora es distinto, sostuvo.

Pero la gran preocupación de muchos es hasta qué punto son irreversibles los pasos que se han dado hasta ahora.

Para Leogrande, mientras mayor sea el éxito de la política, menos probable es que el próximo presidente o cualquier otra persona intente revertirla.

Para Kornbulh, la clave está en abrir una puerta lo suficientemente grande para que entren todos los asuntos que conciernen a Cuba y Estados Unidos de tal manera que nadie la pueda cerrar.

Para Wayne Smith, lo importante es mantener la disposición de hablar, consultar e intercambiar.

El experimentado diplomático dijo que aspira a estar en La Habana cuando se abra la nueva embajada. Siendo un muchacho, le tocó el trabajo de cerrarla por lo que creyó serían algunos meses, pero que se ha prolongado por más de medio siglo.

“Esperé 53 años por este momento. Soy optimista”, concluyó.

Cuba y EEUU: segundo round

Dalia González Delgado - Cuba Contemporánea.- Este viernes se vuelven a ver las caras Josefina Vidal y Roberta Jacobson. Las jefas de las delegaciones negociadoras de Cuba y Estados Unidos se sentarán en el Departamento de Estado, en Washington, en la segunda ronda de conversaciones encaminadas a restablecer las relaciones diplomáticas bilaterales.

¿Cómo se llega a este momento? Para intentar responder a esa pregunta hay que hacer un recuento noticioso de lo que ha ocurrido desde los anuncios históricos del 17 de diciembre.

Apenas un mes después, el Departamento del Tesoro publicó nuevas regulaciones sobre Cuba, que convirtieron en hechos lo que el presidente Barack Obama había adelantado. Así, desde el 16 de enero quedaron eliminadas algunas restricciones para los viajes a Cuba de ciudadanos estadounidenses que califiquen dentro de las 12 categorías autorizadas, aunque eso no incluye la posibilidad de hacer turismo. Esos viajeros podrán usar sus tarjetas de crédito y débito en la Isla. También se autorizó a líneas aéreas y agencias de viajes a organizar visitas.

En cuanto al comercio, se mantienen las restricciones a las exportaciones de Estados Unidos a Cuba, especialmente de productos de alta tecnología, con excepción de algunos materiales de construcción, equipos e implementos agrícolas destinados a particulares.

Por otra parte, si bien continúan limitadas las exportaciones de productos cubanos al mercado estadounidense, ahora los visitantes norteamericanos podrán llevar consigo algunos regalos de regreso a su país, siempre que no excedan el valor de 400 dólares, de ellos solo 100 en ron y tabaco. En cuanto a inversiones, hasta el momento el sector de las telecomunicaciones es el único autorizado a realizarlas.

Esas regulaciones dejan fuera cuestiones medulares que dificultan la normalización de las relaciones. Por ejemplo, Cuba sigue sin poder utilizar el dólar en sus transacciones internacionales, y no puede adquirir en terceros países equipos que contengan más del 10% de componentes estadounidenses.

Sin embargo, como ha reconocido el gobierno cubano, las medidas son un paso en la dirección correcta, aunque lo principal -el fin del bloqueo- está sin resolver.

Las reacciones de los sectores de negocios en Estados Unidos ante el nuevo escenario no se hicieron esperar, como si todos quisieran posicionarse ante lo que se avecina.

Así, cinco grandes aerolíneas estadounidenses (Delta, American Airlines, United, JetBlue y Southwest) declararon que en un futuro cercano ofrecerán vuelos comerciales directos hacia nuestro país.

Netflix anunció que brindaría sus servicios a Cuba cuando mejore la conectividad y se amplíe la disponibilidad de tarjetas de crédito y débito. Quizás el gigante de distribución de películas y series de televisión vía Internet no esté pensando solo en potenciales clientes cubanos, sino en los propios estadounidenses que visiten la Isla. Apple también se montó en el tren del cambio, e informó que algunos de sus productos se encuentran dentro de las categorías legales para ser exportados a Cuba.

En esta línea, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A., ETECSA, y la compañía norteamericana IDT Domestic Telecom, INC. (IDT), concluyeron conversaciones para suscribir un acuerdo que permitirá la interconexión directa entre ambos países.

El sector agrícola estadounidense, que durante largo tiempo ha presionado por una normalización del comercio bilateral, acogió con beneplácito los anuncios hechos por su gobierno, y en enero pasado fue lanzada oficialmente la Coalición Agrícola de Estados Unidos para Cuba (USACC, por sus siglas en inglés), formada por una treintena de organizaciones y empresas.

Paul Johnson, presidente de Chicago Foods International LLC y vicepresidente de la USACC, se refirió en una entrevista reciente con Cuba Contemporánea a la importancia del mercado cubano y al “imperativo moral” de levantar el bloqueo.

Y es que aunque el jefe de la Casa Blanca ha tomado algunas medidas ejecutivas en este sentido -y podría tomar otras-, como consecuencia de la Ley Helms-Burton la eliminación total de ese cerco económico depende del Congreso.

A pesar de que las batallas legislativas en Estados Unidos son difíciles, más aun con un Congreso contrario al actual presidente, el tema ya se está moviendo en los pasillos del Capitolio.

Por una parte, una coalición bipartidista de ocho senadores introdujo un proyecto de ley para eliminar la prohibición de viajes a Cuba. Luego, la demócrata Amy Klobuchar presentó también en el Senado un proyecto legislativo bipartidista que propone levantar algunas de las restricciones del bloqueo referidas al comercio.

Klobuchar no solo promovió sus intereses dentro del Congreso, sino que vino a Cuba para conocer de primera mano la realidad nacional. Junto a sus colegas Claire McCaskill y Mark Warner recorrió las calles de La Habana. Los tres senadores se reunieron con el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, y fueron los primeros miembros del Congreso en visitar la Zona Especial de Desarrollo de Mariel.

“Provengo de un estado donde cultivamos frijoles, maíz y arroz; tenemos vacas, cerdos. Ya veo barcos anclados en el Mariel y contenedores con comida producida en Missouri, pero para lograrlo tenemos que seguir adelante con este proceso tan complicado de relaciones entre ambos países”, afirmó McCaskill en conferencia de prensa en la capital cubana.

En ese mismo encuentro, Klobuchar dijo que regresaba a su país con los objetivos del viaje cumplidos: “la razón principal fue venir e intercambiar con el pueblo cubano, cosa que pudimos hacer, caminar por las calles, regresar y decirles a nuestros colegas lo que hemos visto, que hay un espíritu empresarial aquí, que el pueblo quiere mejores relaciones con Estados Unidos”.

La visita de los senadores fue seguida por otra de miembros de la Cámara de Representantes. Al frente vino Nancy Pelosi, líder de la minoría demócrata y la más notoria de los legisladores que han visitado Cuba después del 17 de diciembre.

Pelosi, quien fue recibida por el primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel, aseguró que hay apoyo bipartidista para el levantamiento del bloqueo, aunque reconoció que “no es completo, todavía hay divisiones entre quienes tienen la potestad de llevar a discusión un proyecto de ley”.

La batalla en el Congreso está anunciada. Todavía hay muchos que insisten en mantener una política fracasada y condenada a nivel internacional. Sin embargo, el hecho de que tanto demócratas como republicanos apoyen iniciativas como las presentadas hasta ahora, apenas dos meses después del 17 de diciembre, indica que hay muchos intereses -los que esos congresistas representan-, presionando o haciendo lobby para promover un cambio.

Por lo pronto, la segunda ronda de negociaciones entre ambos países, que tiene lugar este viernes, se centra en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas. En este sentido, uno de los principales obstáculos es la permanencia de Cuba en la lista de estados patrocinadores del terrorismo, asunto que el presidente Obama prometió revisar.

El año pasado, el Departamento de Estado publicó esa lista el 30 de abril. En esta ocasión podría adelantar un poco las cosas, si quiere llegar a la Cumbre de las Américas en Panamá con ese tema resuelto.

Durante la primera ronda de conversaciones en La Habana, calificada por ambas partes como constructiva, quedó claro que los desacuerdos aún son serios pero la intención es superarlos y cooperar en los asuntos que sean de interés común y ofrezcan beneficios mutuos, siempre que sea en un clima de respeto a la soberanía.

“Confío en un futuro mejor para nuestros países, en eso confío. Vemos cómo países con profundas diferencias pueden convivir civilizadamente”, dijo entonces Vidal.

Pero no parece que Estados Unidos haya renunciado a sus objetivos esenciales con respecto a Cuba. Jacobson lo dejó claro: “Queremos superar 50 años de dificultades y aislamiento entre los dos países y los dos pueblos; no podemos hacerlo en un día, en un mes, pero el fin de ese proceso es el mismo de antes”.

“Las tácticas, las medidas para implementar esas políticas, tienen que cambiar, porque después de 50 años no podemos continuar haciendo lo mismo”, enfatizó en conferencia de prensa un día después de que tuvieran lugar las conversaciones.

Con muchas preguntas llegamos a este segundo round entre Cuba y Estados Unidos. ¿Hará falta un tercero, o la apertura de embajadas está a la vuelta de la esquina? ¿Cuánto tiempo le queda al bloqueo? Y más allá, ¿cómo sería una relación “normal” con un país como Estados Unidos? Por lo pronto, queda esperar y estar atentos a lo que suceda el viernes en Washington.

*Periodista. Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU), de la Universidad de La Habana

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