Engage Cuba, es una coalición que busca montarse en la ola de los anuncios del 17 de diciembre para acabar de romper el bloqueo estadounidense contra nuestro país

Sergio Alejandro Gómez, enviado especial de Granma - Foto: Ismael Francisco / Cubadebate.- En el 1301 de la Pennsylvania Avenue, a cinco cuadras del Capitolio de Washington y a unos metros de la Casa Blanca, están las oficinas de Engage Cuba, una coalición que busca montarse en la ola de los anuncios del 17 de diciembre para acabar de romper el bloqueo estadounidense contra nuestro país.


Con las alfombras recién estrenadas y aún sin libros en los armarios, nos recibió James William, su joven presidente, acompañado por el asesor jefe, Luke Albee, un veterano en los pasillos del Congreso que tiene una relación de larga data con Cuba.

“Las cosas se están moviendo muy rápido”, coincidieron. Nuestro encuentro se dio pocas horas antes del inicio en el Departamento de Estado de la tercera ronda de conversaciones para el restablecimiento de relaciones y la apertura de embajadas.

El lanzamiento oficial de la coalición está previsto para el 16 de junio, pero no hay tiempo que perder y lo saben.

Engage Cuba contacta desde hace semanas con líderes empresariales, organizaciones no gubernamentales, políticos influyentes y todo aquel que pueda mover fuerzas a favor del acercamiento entre La Habana y Washington en el Capitolio.

“Lo hacemos a la manera antigua. Estamos identificando miembros, estamos dándoles información, estamos promoviendo los viajes a Cuba y vamos a ir construyendo esto paso a paso”, nos relató Albee.

El influyente periódico Wall Street Journal les dedicó un artículo a mediados del mes pasado y destacó que ya han obtenido el compromiso financiero de actores de peso como el Consejo Nacional de Comercio Exterior, que representa las mayores corporaciones y lobbies para la expansión de los negocios internacionales.

Nuestro objetivo es crear una “organización sombrilla”, que reúna a personas de diversos sectores, que tienen diferentes criterios y perspectivas, pero coinciden en que el camino abierto por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro es el correcto, apuntó Williams.

El presidente de Engage Cuba acumuló experiencia de cabildeo y asesoría política en instituciones como el Grupo Bonner y la fundación German Marshall.

Su interés por este proyecto nació del contacto directo con la Isla, según nos contó. “Hay una magia que atrae hacia Cuba que es difícil de definir”.

A pesar de que muchos analistas coinciden en que los “peces grandes” de la economía estadounidense nunca han estado verdaderamente interesados en un mercado de apenas 11 millones de habitantes, lo cual justificaría la permanencia del bloqueo más allá de las consideraciones políticas, Williams cree que el movimiento sísmico del 17 de diciembre puede haber cambiado las cosas.

“Hasta ahora no hemos encontrado una sola compañía que no esté interesada de alguna manera”, dijo.

El asesor principal de Engage Cuba, por su parte, nos mostró su confianza en que cada vez más corporaciones y actores políticos se sumarán al rechazo de las limitaciones a los viajes y los negocios, una política que el pueblo estadounidense considera fallida. “Tenemos el viento a nuestro favor”.

Para lograr sus objetivos, esta coalición ha reunido a algunos experimentados operadores políticos de ambos partidos con fuertes lazos en el liderazgo legislativo y los intereses de las grandes corporaciones.

En cuanto a su afiliación política, son más demócratas que republicanos los que aprueban el deshielo de las relaciones, nos confesó Albee, quien es demócrata.

Sin embargo, nos recordó que en el terreno conservador todavía hay un gran espacio para trabajar, pues muchos intereses comerciales de ese partido no están a favor de la política de aislamiento.

“Nosotros creemos que el Congreso de Estados Unidos es una institución muy disfuncional, no solo en la política hacia Cuba sino en absolutamente todo”, nos confesó este asesor político que pasó cerca de 27 años trabajando en los hemiciclos del Capitolio.

Sin embargo, en el caso de Cuba se rompe la práctica reciente de que los republicanos se oponen a cualquier cosa que haga Obama, dijo.

El asesor principal de Engage Cuba trabajó como colaborador del senador Patrick Leahy, un fuerte defensor del cambio de política hacia Cuba, y estuvo en el Latino Americano en el histórico enfrentamiento con los Orioles de Baltimore.

En aquella oportunidad sostuvo un encuentro con Fidel que se prolongó cerca de seis horas y marcó su interés por el conflicto que transita por el Estrecho de la Florida.

Ahora ha decidido que la naciente coalición es la mejor manera de volcar sus energías por un tema que evidentemente lo apasiona.

Sin embargo, no son pocos los prejuicios que aún quedan por romper.

A falta de una cobertura noticiosa honesta por parte de los grandes medios, un buen paseo por el Malecón y el contacto directo con el pueblo cubano pueden ser la solución para muchos estadounidenses que tienen su visión sobre Cuba anclada en la Guerra Fría.

“Por eso levantar la prohibición sobre los viajes es tan importante”, apuntó Williams.

Pero también en nuestro lado del Estrecho de la Florida, tras medio siglo de agresiones y falta de confianza, aparecen dudas lógicas sobre los intereses de fondo de organizaciones como Engage Cuba.

Nosotros no estamos en el negocio del cambio de régimen. Nuestro nombre es “Engage (Involucrarse con) Cuba” no Change (cambiar) Cuba”, concluyó Albee.

Hay pocas voces obstinadas en Washington contra el comercio con la Isla, afirma Engage Cuba Coalition

Waldo Mendiluza - Prensa Latina.- Activistas políticos estadounidenses abogaron hoy en Washington por un cambio efectivo en la proyección del gobierno de su país hacia Cuba, que incluya el fin de las prohibiciones de viajar y comerciar con la isla.

Según James Williams y Luke Albee, presidente y asesor principal, respectivamente, de la coalición Engage Cuba, después del anuncio de acercamiento bilateral realizado el 17 de diciembre por los mandatarios Raúl Castro y Barack Obama, el escenario es propicio para avanzar en múltiples sectores.

Vemos unas pocas voces obstinadas, pero es mucho más grande el grupo que busca el cambio, afirmó Williams en declaraciones a la prensa cubana, acreditada para cubrir mañana una nueva ronda de diálogo La Habana-Washington sobre el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas.

De acuerdo con el consultor, resulta importante aprovechar el actual momento para impulsar los nexos, que generan expectativas tras décadas de hostilidad de la Casa Blanca, con el bloqueo económico, comercial y financiero y el interés del cambio de régimen como puntas de lanza de su política.

Engage Cuba será lanzada oficialmente el 16 de junio, con el propósito de promover desde la sociedad norteamericana una posición en el Congreso favorable al acercamiento, en particular el cese de las prohibiciones de viaje y de comercio.

Al respecto, Albee advirtió que el camino es complejo, “dada la disfuncionalidad del Congreso en cualquier tema”.

Debemos ir paso a paso para lograr el cambio, se trata entre otras cuestiones de un asunto generacional, personas que no tienen por qué aceptar los lastres del pasado, dijo.

“Es difícil explicarle a un estadounidense de 20 años que no puede viajar a Cuba, no tiene sentido”, subrayó.

Para el asesor principal de Engage Cuba, Estados Unidos debe competir con otras naciones por el mercado de la isla, sin restricciones.

Mañana, delegaciones de ambos países instalarán aquí, en la sede del Departamento de Estado, una nueva ronda de pláticas, centradas en la reanudación de los vínculos diplomáticos y el funcionamiento de las futuras embajadas en las respectivas capitales.

La reunión sigue a las celebradas el 22 de enero, en La Habana, el 27 de febrero, en Washington, y el 16 de marzo, también en la capital de la mayor de las Antillas, además de varios encuentros sobre temas de interés común, como el migratorio, las telecomunicaciones, el correo postal y las tecnologías de la información.

El nuevo diálogo transcurre en un escenario diferente, luego de la decisión del presidente Obama de excluir a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo, que debe hacerse efectiva el 29 de mayo, y los avances en la gestión para garantizar los servicios bancarios de la sección de intereses de la isla aquí.

Julia Sweig: Es muy difícil que pueda revertirse el proceso de cambio de la política hacia Cuba en EEUU

Ismael Francisco, Rosa Miriam Elizalde - Cubadebate.- En los próximos 18 meses, período en que Obama concluye su mandato, se deben generar acciones políticas, económicas, diplomáticas y en la opinión pública que impedirían que un nuevo presidente revierta lo que ha se avanzado hasta aquí en las relaciones con Cuba, aseguró esta tarde Julia Sweig, académica experta en temas cubanos de la Escuela de Relaciones Públicas Lyndon B. Johnson, en Austin, Texas.

En declaraciones a la prensa cubana que asiste a la tercera ronda de conversaciones en Washington, la experta en estudios latinoamericanos y ex integrante del influyente Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations), reconoció que es optimista ante el futuro de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

Aunque admitió que “nuestro sistema político está un poco estancado en cuanto a la producción de nuevas leyes y la polarización entre el Partido Demócrata y el Republicano es muy aguda ahora”, dijo que “hay un apoyo público dentro de los mismos Estados cuyos representantes son republicanos para un cambio con Cuba. Es cuestión de tiempo que el Congreso apruebe leyes relacionadas con la apertura hacia Cuba”.

Sin embargo, si llegan Marco Rubio o Ted Cruz a la Casa Blanca, “no tengo la menor duda de que intentarán deshacer lo que Obama ha hecho. Pero la base económica y política del Partido Republicano quiere otra cosa”, concluyó.

Sobre las competencias del Presidente Barack Obama para avanzar en el levantamiento del bloqueo, la experta aseguró que “la autoridad ejecutiva tiene mucho más espacio legal, regulatorio, para hacer cosas”.

Añadió que “hay una línea entre lo político y lo legal. La Casa Blanca ha determinado que ha llegado a los límites en cuanto al uso de la autoridad política ejecutiva, pero en la medida en que el momento político consolide éxitos bilaterales, diplomáticos y económicos, (estas prerrogativas del Ejecutivo) irán amplíandose”.

Cumbre en Panamá

Sweig, autora de un libro emblemático sobre el Movimiento 26 de Julio encabezado por el líder cubano Fidel Castro -Inside the Cuban Revolution-, consideró que, a pesar de que las intervenciones de los Presidentes latinoamericanos en la Cumbre de Panamá fueron “un poco agudos” en relación con Estados Unidos, “Obama tuvo una recepción muy positiva”.

Considera que a partir del diálogo entre los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Estados Unidos, “Obama comenzó a reconstruir su relación con América Latina”, al ubicar a la Isla en un espacio que no es el de la confrontación.

Consideró que este es un elemento geopolítico regional muy importante que condujo a los anuncios del 17 de diciembre, donde pesan también otras cuestiones. “Por ejemplo, él está preocupado por cuál será su legado”.

En cuanto a política exterior podrá contar cuando concluya su mandato con otros éxitos, pero “creo que cuando entremos (en el futuro) en el Museo y la Biblioteca presidencial de Obama, lo que veremos es que Cuba será una de las primeras cinco iniciativas más exitosas de su mandato”.

Mirado este legado frente a la opinión pública de EEUU, Cuba representa una oportunidad para Obama, aseguró.

En el plano doméstico, la opinión pública ha cambiado no solo en todo el país, sino en la Florida. Aunque la voces más fuertes en ese Estado siguen siendo opuestas al cambio, “lo que vemos en la práctica son las relaciones orgánicas, de familia, económica, sociales, que están desplazando las viejas ideologías que antes dominaban”.

Puso como ejemplo la campaña del ex Gobernador Charlie Crist, quien se postuló nuevamente por el Partido Demócrata el año pasado: “parte de su campaña era abogar por una nueva política hacia Cuba, y llegó a ganar el voto cubano de la Florida”, recordó.

A todo esto se suma el problema que parecía insoluble de Alan Gross y los Cinco cubanos presos en los Estados Unidos. “Llegó a entender Obama que había precedentes, tanto bilaterales como internacionales, para buscar un arreglo que solucionara el problema de los presos”.

La política de cambio de régimen tiene que terminar

Sweig reconoció que es necesario “aumentar la sensibilidad aquí en Washington al tema del uso del lenguaje”, en relación con la retórica frecuente en los discursos oficiales, que hablan de mantener la misma estrategia política hacia Cuba, pero cambiar las herramientas para destruir la Revolución. “Eso tiene que terminar”, enfatizó.

Dijo que “los pasos de Obama representan un reconocimiento al gobierno revolucionario de Cuba”. Añadió que el ambiente diplomático ha cambiado, pero “todavía la cultura política no lo refleja”.

Consideró que dejar atrás los programas de cambio de régimen que ha mantenido por décadas el gobierno estadounidense, sería una señal “importante” de que la política hacia Cuba se ha modificado.

Siete claves para entender lo que está pasando

Hoy inicia en Wa­shing­ton la tercera ronda de conversaciones a nivel de funcionarios para avanzar en el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la reapertura de embajadas

Sergio Alejandro Gómez, enviado especial de Granma

WASHINGTON.— Han transcurrido cinco meses desde que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro anunciaran el pasado 17 de diciembre su intención de abrir un nuevo capítulo en las relaciones entre Es­tados Unidos y Cuba.

Tras un encuentro histórico de los dos mandatarios en la VII Cumbre de las Américas, hoy inicia en Wa­shing­ton la tercera ronda de conversaciones a nivel de funcionarios para avanzar en el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la reapertura de embajadas.

Izar las banderas de las misiones de Washington y La Habana sería ya de por sí un hito entre dos naciones vecinas que han carecido de nexos formales durante más de medio si­glo. Sin embargo, constituiría solo el inicio de una etapa mucho más larga y compleja.

Los malos entendidos y también las manipulaciones intencionadas han acompañado este proceso desde un inicio. Granma comparte con sus lec­­tores siete claves para ayudar a entender las dimensiones de lo que está pasando entre La Habana y Wa­shington y la etapa que se avecina.

1. Los presidentes tomaron una decisión, lo que falta es llevarla a la práctica

El 17 de diciembre, entre otras noticias de importancia para ambos pueblos, Raúl Castro y Barack Obama anunciaron simultáneamente que han decidido restablecer las relaciones diplomáticas entre Cuba y EE.UU, rotas hace más de medio siglo.

Ahora, la voluntad de los presidentes debe pasar por los canales oficiales de cada país para materializar ese paso.

Las delegaciones que se han reunido en La Habana y Washington en varias rondas de conversaciones y encuentros técnicos, están llevando adelante ese proceso.

La importancia de estas reuniones es que establecen las bases sobre las cuales van a funcionar los nexos di­plomáticos, para no incurrir en los errores del pasado.

2. Ninguna de las partes ha condicionado el restablecimiento de relaciones

Una de las principales líneas de ataque mediático contra las conversaciones ha sido hablar de “condicionamientos” entre las partes.

Tanto los diplomáticos cubanos co­mo estadounidenses han sido claros en que el ambiente de trabajo lo ha marcado el respeto y la profesionalidad, en un clima de reciprocidad y sin injerencias.

Cuba lo que sí hizo desde un inicio fue señalar aspectos que resultaría necesario solucionar antes de dar un paso: el fin de su injusta inclusión en la lista de países terroristas y la situación de su misión en Washington, que ha carecido de servicios bancarios por más de un año.

Ambos aspectos ya están en camino de su solución definitiva, según ha trascendido.

Entretanto, los funcionarios estadounidenses han hablado sobre la movilidad de sus representantes en la futura embajada en La Habana (la de los diplomáticos cubanos también está limitada en Washington), así como el acceso de los cubanos a sus instalaciones.

Al respecto, Cuba ha insistido en la importancia de cumplir con las Con­venciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y Consulares, que establecen la importancia de cumplir las leyes del país anfitrión y no inmiscuirse en sus asuntos internos.

Una misión debe poder relacionarse con las personas del país anfitrión, pero respetando preceptos y normas, explicó recientemente un di­plo­má­tico cubano.

3. El restablecimiento de relaciones no es lo mismo que la normalización de relaciones

Confundir el proceso de restablecimiento de los nexos diplomáticos con el de normalización de las relaciones, que es mucho más largo y complejo, es otro error común.

Después de contar con embajadas en ambas capitales, se abriría la eta­pa de la compleja búsqueda de la “normalidad” entre dos países que comparten una convulsa historia bilateral.

Las autoridades cubanas han se­ñalado varios puntos que se consideran indispensables para hablar de una normalización: el levantamiento del bloqueo, la devolución del te­rritorio de la Base Naval de Guan­tánamo, el fin de las transmisiones ilegales de radio y televisión, la cancelación de los planes de cambio de régimen y la compensación por los daños causados al pueblo cubano durante más de medio siglo de agresiones, entre otros.

Nunca se ha dicho que esos puntos necesitan solución para abrir las embajadas, como algunos medios han intentado manipular.

Incluso las autoridades estadounidenses han reconocido la posición cubana.

“Unas relaciones completamente normales no incluyen un embargo económico, no incluyen sanciones económicas”, dijo recientemente una funcionaria del Departamento de Estado de EE.UU. que pidió su anonimato.

Sin duda esta nueva etapa incluye la discusión de otros asuntos de interés para ambas naciones. Pero Cuba ha sido clara que no se le puede pedir que “dé algo a cambio”. Nuestro país no aplica esas medidas a Estados Unidos, ni tiene bases militares en territorio norteamericano, ni promue­ve un cambio de régimen.

Asimismo, Cuba ha dicho que no se le puede exigir que tenga que renunciar a sus ideales de independencia y justicia social, ni claudicar en uno solo de sus principios, ni ceder un milímetro en la defensa de la soberanía nacional.

4. El cambio de política de Washington es un triunfo del pueblo cubano y de la integración latinoamericana

No pecaríamos de chovinistas al reconocer, co­mo lo ha hecho la ma­yoría de la comunidad internacional, que el hecho de que Cuba haya llegado a este punto es resultado de casi siglo y medio de heroica lucha y fidelidad a sus principios.

Asimismo, no se podría pensar en cambios de política de este calado sin entender la nueva época que vive nuestra región, y al sólido y valiente reclamo de los gobiernos y pueblos de la Comunidad de Estados Lati­noa­mericanos y Caribeños (Celac).

En la II Cumbre de la Celac en La Habana se firmó un documento que no tiene referente en la historia he­misférica: la declaración de la región como Zona de Paz, la misma que reconoce “el derecho inalienable de to­do Estado a elegir su sistema político, económico, social y cultural, como con­dición esencial para asegurar la convivencia pacífica entre las naciones”.

5. Estados Unidos cambia los métodos, pero no los objetivos

Una de las grandes preguntas que ha seguido este proceso es en qué consiste y cuál es el alcance del cambio de política de Estados Unidos. El asunto no tiene una respuesta fácil y quizá sea muy pronto para poder hacer un análisis cabal.

Cuando el Presidente Obama hizo su anuncio, dijo que después de 50 años de una política fracasada, era hora de probar algo nuevo.

“Estamos en el camino hacia el fu­turo, dejaremos en la espalda las co­sas que hicieron el pasado complicado”, dijo Obama en Panamá respecto a Cuba.

Sin embargo, en varios momentos, las autoridades estadounidenses han dicho que cambian los métodos, pero no los objetivos. En esos objetivos está desde el 1ro. de Enero de 1959 el derrocamiento de la Re­volución.

“En Cuba, no estamos en el negocio del cambio de régimen”, precisó Obama durante la VII Cumbre de las Américas, en una declaración que llenó a muchos de esperanza.

Sin embargo, aún millones de dó­lares se destinan públicamente a pa­gar la subversión en Cuba, a lo que se suman otros fondos que no son de­clarados.

Por su parte, las autoridades cu­banas nunca han mostrado ingenuidad. “Nadie podría soñar que la nue­va política que se anuncia acepte la existencia de una Revolución socialista a 90 millas de la Florida”, dijo Raúl en su discurso durante la III Cumbre de la Celac.

6. Obama puede hacer mucho más

Obama acompañó los anuncios del 17 de diciembre con un grupo de medidas que modifican una pequeña parte de la aplicación del bloqueo, pero esa medida de agresión se mantiene en pie.

Cuba ha reconocido la valiente po­sición de Obama de involucrarse en un debate con el Congreso para po­nerle fin, algo que no había he­cho ningún otro presidente estadounidense.

Sin embargo, es falsa la matriz me­diática de que el presidente “ha he­cho todo lo que puede”.

Obama podría utilizar con determinación sus amplias facultades ejecutivas para modificar sustancialmente la aplicación del bloqueo, lo que está en sus manos hacer, aun sin la decisión del Congreso.

Pudiera permitir, por ejemplo, en otros sectores de la economía todo lo que ha autorizado en el ámbito de las telecomunicaciones con evidentes ob­jetivos de influencia política en Cuba.

7. Con respeto a la soberanía, no hay temas tabúes

Una de las lecciones de los últimos cinco meses —y quizá también del año y medio de conversaciones se­cretas que los antecedieron— es que Cuba y Estados Unidos pueden abor­dar cualquier asunto siempre que sea en un marco de respeto.

Cuba ha mostrado su voluntad a abordar incluso aquellos temas que más se han utilizado y manipulado para atacar a nuestro país, como de­mo­­cracia, libertad de expresión y de­rechos humanos, asuntos sobre los cuales tiene mucho que mostrar y opinar.

Quizá la clave más importante de todas, y la que resume este trabajo, es que el reto mayor entre Cuba y Es­tados Unidos es construir una con­vivencia civilizada basada en el respeto a sus profundas diferencias.

Actor Benicio del Toro pide fin del bloqueo norteamericano a Cuba

Cubadebate.- El reconocido actor y productor puertorriqueño, Benicio del Toro, pidió a Estados Unidos y a Cuba acelerar el proceso de normalización de las relaciones e instó a realizar los esfuerzos necesarios para avanzar en el proceso.

El ganador del Óscar ofreció las declaraciones al diario británico The Guardian durante el Festival de Cine de Cannes, donde destacó la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington a la isla caribeña, como uno de los aspectos fundamentales para el desarrollo de ese proceso.

“Estamos conscientes de que tomará tiempo, pero una vez iniciado (el proceso), tiene que avanzar. Beneficiará a los dos países y a sus pueblos”, recalcó.

Comentó que en su más reciente visita a Cuba pudo ver como los cubanos estaban felices con la medida diplomática. Ambos países enfrentan un proceso de restablecimiento de las relaciones, hasta el momento EEUU ha tomado la decisión de sacar a Cuba de la lista de países terroristas, así como ha flexibilizado otras medidas, pero el bloqueo económico aún sigue latente.

Del Toro ha sido ganador de importantes premios como el Óscar, Globo de Oro y un Goya. Actualmente se encuentra en Francia para participar en Festival Internacional de Cine de Cannes, donde se presenta como protagonista de filmes como Sicario y Un día perfecto.

Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas e implantó un bloqueo comercial, económico y financiero contra Cuba hace más de 50 años, que le ha costado billones de dólares y ha afectado el sistema de salud y educativo de la isla.

El pasado 17 de diciembre, y tras la liberación del espía estadounidense Alan Gross, por parte de Cuba, y de los tres héroes antiterroristas cubanos, por Washington, ambos presidentes anunciaron en discursos casi simultáneos la decisión de iniciar el proceso de la restablecimiento de las relaciones.

(Con información de agencias)

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