Recibo en mí laptop diariamente boletines, escucho radio internacional, hasta la emisora a la que le meten un ruido del demonio, así que estoy en “onda” con la derecha y la izquierda y con sus expresiones, pero es que el asunto de los gay, Cuba y la Revolución Cubana tilda ya como una fiebre que me ha hecho pensar que algunos de los que lanzan diatribas sobre el asunto lo hacen porque en su “fondo, fondo” como decía una parienta mía, les pisan los cayos.
Para nadie es un secreto la historia del UMAP en los primeros años de la revolución. Muchos pasaron por esos campamentos, nada agradables por cierto, a razón de los testimonios colectados por este autor entre sus compañeros de secundaria que fueron a parar a lugares donde los mosquitos parecían helicópteros. Para nadie es un secreto que en esa época que se ha llamado con razón “gris”, a la que yo siempre le añado el recuerdo familiar de nuestra casa donde se decía para referirse a algo malo aquello de ”…y con pespuntes negros”. Muchos homosexuales y otros teñidos de esa situación social sin serlo, fueron montados en camiones hasta parar a Camaguey y otros lugares y pasaron de la tranquilidad familiar, del barrio y de la escuela al mundo del agua podrida, los mosquitos del infierno y los alimentos a tutiplén… pero cocinados a la buena manera de especialistas culinarios aficionados.
Aquello quedó atrás, y todavía se desconoce quién “orientó” esa “tarea revolucionaria”. Quizás alguien algún día desenmascare algún archivo y aparezcan los documentos, pero el daño se hizo y se mantiene en la memoria de decenas de miles. La UMAP o Unidades Militares de Ayuda a la Producción hizo un daño terrible entre muchos, entre ellos el autor, que ya en esa época era miliciano de caminatas y miles de guardias, pero fue echado en el saco, no de los homosexuales, sino en el del apelativo pintado con lápiz rojo en su expediente militar, donde decía con letras claras y en molde : “CONFLICTIVO, VA A LA IGLESIA CATÓLICA LOS DOMINGOS”
Pues bien, así las cosas, ahora la prensa extranjera o internacional se ha cansado del teque de la UMAP y hay que decir, a fuerza de ser honestos y sinceros, que una gran parte de los “humaseros”, como ellos mismos se autollamaban, fueron después personas normales, profesionales en la técnica o con nivel universitario: padres ejemplares, abuelos, ,dirigentes, etc., etc., etc.
Ahora, desde hace unos años cambió el tono. Antes se decía que la revolución era enemiga de los homosexuales varones o hembras y elucubraban historias peliagudas sobre palizas de las “fuerzas policiales”, que no se les dejaba ser de los CDR, ni de la Juventud Comunista, ni se les daba trabajo en las instituciones del Estado Socialista. Hubo casos, no se puede tapar el sol con un dedo, a lo largo y ancho del territorio cubano, injusticias, porque por mucha revolución que haya habido en esta Isla caliente, la herencia hispana de la mojigatería clerical se trasladó por generaciones y hoy todavía lacera, junto con la sombra clandestina del racismo a muchos criollos. Pero la golondrina sola no puede hacer nido y hay que seguir hacia adelante en la historia y debemos recordar que un problema del socialismo es que a pesar de las leyes, cada burócrata estatal se auto arroga el derecho de interpretar como le viene en gana lo que se dicta “allá arriba” para el consumo popular.
Ese era el primer palo de nuestro artículo: que la Revolución Cubana era enemiga de los gays y sus variantes que cada día son más. Recientemente leía en el volumen EL TIGRE AZUL Y OTROS ARTÍCULOS, de Eduardo Galeano, que los aborígenes caribeños y otras culturas antiguas de esta América nuestra practicaban la homosexualidad como algo natural y sin prejuicios ni problemas con su base social. Yo por mí parte nunca me he encontrado ni he sabido de alguna resolución o ley, ni siquiera en la Constitución Cubana, que haya algún POR CUANTO, referido a prohibición sobre la actuación o preferencia sexual de un individuo.
Ahora el segundo palo periodístico en los medios “ de allá afuera”, es que hay una oficina estatal dedicada a luchar por los derechos de los gays en todo el país, una oficina o institución que organiza hasta desfiles y ha marcado el Día de la Homofobia como una fecha para celebrar en todos los pueblos, ciudades, villorrios y barrios. Peor, lo más simpático es que hay una “mala de la película”, por emplear un término del español cubano, que es la que “dirige todo eso”, esta última aseveración dicha por un locutor como si fuera una mala palabra y que la misma es pariente cercana del más alto dirigente del País. Y para colmo de los colmos, los gay que no están de acuerdo con el socialismo en Cuba, al cual solo llenan de errores y defectos, se han organizado o los han organizado en algo así como “gay independientes”, pasando a ser el modo de vida gay, que así es como debe ser llamado, en una actividad el gusto sexual con la política y ahora resulta que en Cuba, por obra y gracia de algún centro internacional, hay gays “oficialistas” y “gays independientes”.
Pues si señor, como expresaba al principio en esta nota: Palos porque bogas y palos porque no bogas…
*David G. Gross, historiador, escritor y periodista cubano.
Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación
