Prensa Latina.- Cuba subrayó que a pesar de las medidas adoptadas por el presidente estadounidense, Barack Obama, para modificar algunos aspectos del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por ese país contra Cuba, este se mantiene hoy vigente.
El informe presentado por el gobierno de la isla a la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas sobre el tema insiste en que, de acuerdo con la resolución 69/5 de la ONU y las reiteradas resoluciones de esa instancia existe la necesidad de poner fin tal medida punitiva causante de graves daños al pueblo cubano.
El documento recoge pormenorizadamente la incidencia que sobre la economía y toda la sociedad tiene el bloqueo desde 1962 y cuyo objetivo, nunca conseguido, es el de vencer la resistencia de la nación antillana y materializar la liquidación de su proceso revolucionario.
Igualmente refleja la vigencia de las leyes que mantienen inalterable sus propósitos originales a pesar de que el propio presidente Obama reconoció el fracaso cosechado durante más de medio siglo y el aislamiento de Estados Unidos del resto del mundo por ese empeño.
Entre las fundamentales leyes que lo sostienen aprobadas por el Congreso estadounidense está la llamada Ley de Comercio con el Enemigo que delega en el Ejecutivo la posibilidad de aplicar sanciones económicas en tiempo de guerra o en cualquier otro período de emergencia nacional.
Esas facultades fueron restringidas en 1977 pero la ley continuó aplicándose a Cuba a pesar de que Washington nunca declaró esa emergencia con relación a la nación caribeña. Sin embargo, bajo esta legislación se congelaron activos cubanos en Estados Unidos, fue prohibida la importación de bienes desde la isla y ella se convirtió en el único país para el cual rige.
La Ley de Asistencia Exterior autorizó al presidente norteamericano a establecer y mantener lo que denominó "embargo" total del comercio con Cuba y prohibió el otorgamiento de cualquier ayuda a ese país con el fin de provocar grandes necesidades y obstaculizar su subsistencia.
Le siguieron, como otros "hijos" de las disposiciones iniciales la Proclama Presidencial 3437, las regulaciones del Departamento del Tesoro y las mal llamadas leyes para la democracia cubana y para la Libertad y la Solidaridad Democrática, esta última conocida como Ley Helms Burton por el nombre de su autor.
Esta verdadera maraña de leyes, articulada para impedir una decisión presidencial contraria y consolidar el asedio, son las que deberá eliminar el Congreso de Estados Unidos para dejar atrás el triste episodio de sus últimas agresiones a Cuba.
