Por Arthur González/El Heraldo Cubano -Martianos-Hermes-Cubainformación.- En época de Jesús sin dudas los hubiese expulsado del templo y de Jerusalén por impíos; por supuesto que la referencia es a los asalariados de Washington, esos que no entienden ni aceptan las palabras del Papa Francisco, y como constantes pecadores mienten, ofenden y tergiversan la realidad de Cuba a cambio de cientos de dólares.
Uno de esos casos es el de la bloguera oficialista de Estados Unidos, Yoani Sánchez, la que en un arranque de odio y molestia, intentó dar una imagen negativa sobre la presencia del presidente Raúl Castro en las tres misas oficiadas por el Santo Padre en Cuba.
Sin argumentos para acusarlo, la asalariada escribió en el libelo construido por la CIA, “14yMedio”, uno de esos instrumentos diseñados para llevar a cabo la guerra mediática contra la Revolución cubana, que el presidente Castro asistió a todas las misas “como quien busca la absolución por una larga lista de pecados”.
En vez de destacar que son pocos los presidentes mundiales que le dispensan ese tratamiento al Papa, destila su veneno cual serpiente cascabel, con el fin de ganarse la sonrisa de la mafia anticubana de Miami, pero la verdad se impone y no por gusto el Santo Padre al despedirse del presidente cubano, le tomó la mano y se la puso sobre su corazón, gesto que encierra un sentimiento puro y de agradecimiento por las atenciones recibidas.
Durante la breve visita de Castro al Vaticano hace unos meses, le prometió al Papa Francisco que asistiría a cada oficio, donde volvería a rezar, lo que ha sido objeto de burla de la bloguera al servicio de la CIA.
No satisfecha con las ironías contra el presidente cubano, la subordinada de Carlos Alberto Montaner, arremetió contra la TV de la isla, según ella porque los conductores y periodistas que tuvieron a cargo la narración de las ceremonias religiosas, “moderaron su vocabulario y salpicándolo con las frases de salmos, alusiones bíblicas y reverencias a las figuras religiosas”.
Al quedarse sin elementos para acusar a Cuba de una mala recepción al Sumo Pontífice, mala calidad en la organización de las misas o la no divulgación total de las mismas a toda la nación, no han tenido otra alternativa que morderse la lengua viperina, pues sus calumnias y falsas acusaciones no podrán enturbiar la magnífica impresión que se llevó el Papa en su corazón, sobre el calor, amor y educación de los verdaderos cubanos.
La venenosa oficialista de Estados Unidos debe recordar a José Martí cuando expresó:
“Tiempo es ya de que el afecto reemplace en la ley del mundo al odio”.
